martes, 21 de diciembre de 2010

LEY ALCOHOLEMIA Y OTRAS


LEY DE ALCOHOLEMIA Y OTRAS
"Políticos y compañía"
Cuadro a óleo sobre lino pintado por Rivas
Año de 1978
(Pertenece a la colección González Dopeso)


Una ley seca encubierta e hipócrita, con la finalidad única de recaudar mediante la sibilina extorsión de estado, camuflada en un paternalismo desalmado y fingido, sobre una mayoría ciudadana, totalmente desprotegida, en este país sin leyes equitativas y espurias, ya que únicamente protegen a esos verdugos que tales decretos promulgan. Recuerdan a aquellos tiránicos monarcas de antaño que ahogaban con impuestos a los súbditos más humildes.
Las rentas más bajas y pobres pagando siempre los vicios y fraudes de los poderosos: políticos, banqueros, millonarios, antes y ahora a los reyes, clero y aristócratas, y todo tipo de sabandijas, quienes disfrutan, como antes y cómodamente de todo aquello que al obrero se le secuestra, una poca pero necesaria alegría estimulada por unas copas y unos cigarrillos. Y aquí no se habla de borracheras despreciables, hablamos solo de alegrarse un poco alejando las penas y dramas a los que por desgracia tan habituados están los trabajadores.
Como vampiros nocturnos están al acecho en los ocultos y sombríos recodos, armados hasta los dientes y provistos de grandes autos oficiales que nosotros, como todo lo que llevan encima, y para mayor vergüenza, pagamos. Contribuimos con nuestro esforzado óbolo a nuestro propio oprobio.
Saben que lo prohibido resulta más deseado. Y aunque no prohíben el alcohol en los bares, hipócritamente se castiga a quien lo toma, aunque sea en mínimas dosis y sale en su coche, ya sea en casa o fuera; muchos impuestos se sacan de él, lo mismo que de los cigarrillos. En los locales de hostelería se lucen frívolamente en todas las estanterías y anaqueles las mejores y más caras bebidas alcohólicas, haciéndonos guiños con que seducirnos. ¡Que prohíban de una vez su fabricación, sin tan dañinas resultan, lo mismo que las labores de tabaco! Pero ahí se fragua la trampa; te seducen con la presencia para que caigas, y pagues al padrastro estado ese bochornoso impuesto totalmente heterodoxo y desleal.
Juegan a divertirse de manera desvergonzada con las básicas y ancestrales adicciones de los pobres, que esos hipócritas fomentaron para potenciar sus propios negocios de alcohol y otras sustancias. Cuando se arruinen, y ya mucho no falta, entonces el ahora denostado alcohol volverá a reinar como antes.
Verdugos que beben y fuman sin medida y donde quieren; sus dineros, que de nosotros los han extraído, les permiten viajar como y a donde quieran sin problema alguno.
Ciertamente no hay sangre en este país que todo lo consiente; incluso si se orinan sobre nosotros aún diremos que es un bautismo divino, y si nos cagan en la cabeza, diremos que hermosa corona de oloroso y brillante oro nos han puesto. Los responsables de la mayoría de los medios, estómagos agradecidos y trompeteros partidistas, en su silencio, y aún cobarde consentimiento, se hacen cómplices de este delito de lesa humanidad. Un país donde no existen medios con independencia y criterio, no puede presumir de ser democrático, y si lo hace es una falacia. Esto ocurre en España. Para solo dos días que se vive nos los está haciendo infelices y difíciles con tales represiones nunca antes sospechadas. Es verdad que en ciertos lugares el fumar debe estar prohibido, pero jamás en aquellos de ocio destinados a los adultos. Y si se ha bebido en exceso, y la conducción resulta peligrosamente irregular, entonces la policía circulando por las vías, nunca apostada traicioneramente en recodos ocultos, ni practicando detenciones arbitrarias, deberá detener e imponer el castigo adecuado a ese o a esa borracha. El alcohol y el tabaco, como cualquier sustancia puede resultar beneficiosa o perjudicial; en la dosificación está el éxito o el fracaso. Si en vez de un vaso de leche te tomas cuatro botellas, y si en vez de un filete te comes la vaca entera, aunque ninguna de las dos cosas esté prohibida, posiblemente te mueras, y si en vez de tomarte una infusión de tres a cinco cabezuelas de manzanilla, te tomas más, vomitas que será lo contrario de lo que buscabas. ¡Dosificación! Con el alcohol y el tabaco sucede lo mismo por mucho que digan y redigan. Han bajado tanto el nivel, que la aplicación de esa ley se ha convertido en delito. Todas las criaturas que pueblan este planeta, me consta que conocen sustancias que alteran su conciencia y las alegran, utilizándolas cuando las necesitan. A los frutos rojos del enorme madroño que adornaba mi jardín, luego arrancado de cuajo por un vendaval, acudían a finales de cada verano todo tipo de aves, propias de estos contornos, y que tras ingerir los dorados y rojos frutos, cuya maduración es el resultado de una fermentación alcohólica, alcanzaban un estado de euforia y alegría tales que resultaba en trinos y cantos alegres y divertidos. Era cuando aves, naturalmente antagónicas, se relacionaban con alegría infinita y ruidosos cantos. Jamás olvidaré aquellas escenas tantos años disfrutadas. En estos gobiernos, todo es afán desmedido por recaudar, saqueando los siempre depauperados bolsillos de los más pobres y desprotegidos. Somos la especie más desgraciada e infeliz del planeta, siempre sometida al discurso interesado y torcido de la mayoría de nuestros abundantes y malos gobernantes y arrodillados ante decretos mezquinos.


Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 20-12-2010

martes, 14 de diciembre de 2010

CONTROLADORES AÉREOS Y OTROS BERGANTES


CONTROLADORES Y OTROS BERGANTES

Cuadro a óleo de Rivas, titulado: "Medusa atacando" de la colección: "PERSEO Y MEDUSA"
CONTROLADORES Y OTROS BERGANTES

Resulta indignante que un colectivo profesional pueda mantener en jaque a un gobierno y a todo un país. ¿Cómo se puede consentir que un puñado de trabajadores pueda detener durante tres días todas las operaciones de vuelo de un país, y aún una parte de otros?
Privilegios, los de los controladores aéreos, de todo tipo, incluso de monopolio, heredados de épocas ya pasadas y funestas, y no solo confirmados por los anteriores gobiernos del PP, sino aún por ellos potenciados, y en las que se ponía en manos de estas gentes el exclusivismo de ser ellos los que decidiesen, como oligarcas, quienes entraban o no, en ese así selecto club de tantas y variadas prebendas.
Yo conjeturo, y al comportamiento del PP me remito, desleal y acosador, que este partido político, al menos en un sector sustancial, reaccionario y nostálgico de épocas y comportamientos nada democráticos, que algo ha tenido que ver, ya explícito o tácito, ese sector al menos, muy cercano quizás al señor Aznar y su bandería, para que ese colectivo en su mayoría se atreviese a dar, con su despreciable comportamiento, una especie de intento de golpe de estado encubierto.
Creyendo que el plato de la victoria está a punto para ser degustado por ellos, en la precariedad y dificultades políticas y sociales en las que, debido a la crisis mundial, se encuentra el partido Socialista, actualmente en el gobierno, y pensando que de esta sería muy difícil salir sin convocar elecciones anticipadas. De ser así, como la justicia en este bendito país es tan lenta y tan confusa que resulta injusta; ya, tras el presumible triunfo, y aún con todo el bagaje procesal en pañales, se habría de ver beneficiado el colectivo de gandules controladores aún con más amplias sinecuras de las que hasta ahora han disfrutado. Todo ello, resultado de arteros vacíos legislativos que permiten todo tipo de abusos y apaños que benefician a los de siempre. Presumo esto, porque ningún colectivo de profesionales se atrevería a dar tal golpe, ya que las sentencias condenatorias y despidos fulminantes serían lo normal. Nadie se arriesga a quebrantos de sus vidas y salarios si no está bien seguro y apoyado en tales crímenes. Pienso también, que el ministro de fomento, el señor Blanco, con sus disposiciones de despojo de aquellos infundados privilegios a la búsqueda de una convergencia con los demás controladores europeos, y tras las anteriores trifulcas de ese colectivo de chantajistas, recibió toda la descarga de una venganza rencorosa y mezquina, preparada en el silencio más cobarde y despreciable. Las huelgas se anuncian. Insisto, esto para mi fue un golpe de estado encubierto y apoyado desde alturas políticas ultramontanas y aún otras. ¡Un pulso al estado anidado, como el huevo de la serpiente, en el desprecio al resto de la sociedad!

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 14-12-2010

miércoles, 17 de noviembre de 2010

AKHENATEN Y SU MISTERIO




AKHENATEN: ESTEATOPÌGIA EN LA SEMIÓTICA ANATÓMICA DEL FARAÓN, DE SU ESPOPSA NEFERTITI Y DEL CONTEXTO SOCIAL ARISTOCRÁTICO
Composición de fotos realizadas por el autor en el museo del Cairo




Las enormes y mutiladas estatuas que reproducen en piedra la figura del faraón hereje; Akhenaten, procedentes del Gempaaton de Karnak, tanto la vestida con el faldellín regio y la doble corona, y que pretenden confundirlas con la imagen desnuda, desposeída de los atributos genitales masculinos, con una reproducción del rey, dentro de un misticismo profundo y enfermizo que le hiciera sentirse un ser andrógino, llevándole hasta el delirio y la demencia teológica más descabellada, de ninguna manera, tras mis prolongadas observaciones y cuidadosos análisis comparativos entre ambas anatomías, la de apariencia desnuda y sin genitales masculinos, es la del revolucionario monarca.
En mi opinión, esto no puede ser, a la luz de mis propias, aunque humildes investigaciones, sino más que una confusión y desacuerdo entre los egiptólogos más serios y concienzudos, pero también tercos y obcecados. Sosteniendo sus tesis con tanto rigor como obstinación. Sacan a colación, entre otros, tanto el síndrome de Frölich como el de Marfan. Las consecuencias del primero dejarían convertido al monarca en estéril, invalidado para procrear, cuando se sabe que tuvo varias hijas con su esposa Nefertiti, con alguna de sus propias hijas, y posiblemente algún hijo con su segunda esposa, llamada Kiya. Las consecuencias del síndrome de Marfan son inexistentes debido al estudio semiótico de varias reproducciones de Akhenaten del primer período de reinado, así como las de la última etapa de su vida, en las que se reproduce a un ser con características anatómicas comunes, sucediendo lo mismo con las de la gran esposa real: Nefer-Neferuaton-Nefertiti; La-Belleza-que nos-ha-llegado. Es bien cierto también que un nivel menor de esteatopigia parece mostrarse en las figuras antes citadas, pero no es menos cierto que en los retratos de juventud de ambos personajes, así como en la imaginería tardía, no se perciben tales anomalías.
Se podría conjeturar que esa figura aparentemente desnuda y sin genitales masculinos, y sus compañeras, pudieran ser la representación de de Shu y Tefnut, la primera pareja autoengendrada por Re-Atum, y en donde se manifiestan los principios humanos por primera vez, según la teología heliopolitana, separados en dos géneros; el masculino y el femenino, dividiendo así la fuerza incomparable de la divinidad única configurada con los dos sexos, haciendo de esta manera, al ser humano, la perla de su creación, más débil que el demiurgo.
Teorizo también, con la posibilidad de que el tipo de arte, desarrollado por el rey, dentro de unas características esteatopigias muy singulares y familiares, pudiese el regio novicio haberla contemplado, entre los misterios propios de la teología heliopolitana, y debido a su estatus privilegiado, en figuras antiquísimas, allí albergadas, en la línea de las antiguas diosas madre, representadas por divinidades esteatopigias propias de las matriarcas paleolíticas, halladas en la zona, y quizás veneradas internamente, y únicamente rebelado ese secreto místico a especiales novicios, como habría de ser el segundo hijo del rey Amenhotep III, quien al parecer, iba para primer profeta de Re, y no destinado a monarca. De ahí sus extraordinarios conocimientos que le permitieron llevar a cabo su radical cambio en el ya dos veces milenario y bien asentado sistema faraónico, y que tras sus muerte habría de retornar a la ortodoxia. Accede como heredero al trono de los faraones, una vez desaparecido su hermano mayor Tuthmés, gobernador de Menfis, y Primer Profeta de Ptah, títulos propios de los príncipes herederos. Dentro de esa esteatopigia familiar, podemos presumir también el que su madre Tiyi fuese de raza negra, como yo pienso, y por lo tanto pertenecer a una tribu donde fuese lo habitual y deseado por los varones, esa protuberancia exagerada de los glúteos, y que ello por lo tanto fuese heredado por sus descendientes. No olvidemos que Nefertiti era, además de esposa, prima hermana del rey, ya fuese hija de Tushratta de Mitanni, hermano de Tiyi, o fuese hijo del padre divino Eye, hermano de la mismísima Tiyi.
Concluyendo por lo tanto, también dentro de mi humilde opinión, que esas extrañas adiposidades, extrañas al menos en el cuerpo del rey, pudieran asimismo, responder a una exageración determinada por su propio dogma teológico en la línea de una divinidad única, autocreada, como era Atón, Re-Harmakhis (el sol naciente, o el sol en el horizonte), disponiendo, según esa nueva teología solar, originada entre los sacerdotes y credo de Heliópolis, a esa divinidad monoteísta como el Él o el Ella. Dando con esa configuración tan singular, en el ámbito del arte dirigido por Akhenaten (Amenhotep IV), ese aspecto andrógino que elevaría a su figura al estatus propio de la divinidad única y hermafrodita, por ello sin necesidad de paredro. Teología solar, en la que él habría sido iniciado durante su estancia prolongada entre los sacerdotes del norte en el templo de Heliópolis, e incluso entre los sacerdotes del dios Ptah de Menfis, patrón de orfebres, arquitectos, artistas, y oficios artesanales, donde sabemos que estuvo, y donde aprendería todo lo necesario para iniciar la profunda revolución artística y arquitectónica en todos sus ámbitos y matices. De que este hombre poseyó un talento inequívoco, es incuestionable, pero también lo es la instrucción especial que recibió, y en la que se apoyó, así como la inmensa fortuna que su Padre Amenhotep III, llamado “El Magnífico”, le dejó en herencia. Era su padre, el gran Amenhotep, el tercero de su nombre, el monarca más rico del mundo.
Concluyo diciendo: que si pretendemos ver a Akhenaten retratado fielmente en esas figuras de características expresionistas, casi caricaturizadas, es como si pretendiésemos ver a la modelo, exactamente retratada en el retrato que Picasso realizó a la mecenas norteamericana Gertrude Stein, por poner un ejemplo suave, amante de las vanguardias, y tantos otros más abstractos, como algunos realizados a Dora Maar, o los de Jacqueline Roque. Sencillamente, y en mi opinión, Akhenaten, un visionario vanguardista, en su nueva doctrina religiosa, incluyó también novedades artísticas muy revolucionarias acordes con el conjunto, creando así una nueva estética, volitivamente originada en su extraordinario cerebro, y que sin duda alguna, le llevó a realizar la reforma más compleja, gloriosa y contundente que haya visto el ser humano, como así también, tanta inteligencia, le habría de llevar a la demencia que le apartó totalmente de la pura realidad, recuperándola posiblemente, solo y para su gran tristeza, al final de sus últimos y aciagos días. Aquellos en que la gran nación de Egipto, la primera potencia hegemónica del momento, se encontraba sumida en el mayor desastre social y político interno, y sobre todo, y lo que era peor, en el ámbito de las difíciles relaciones internacionales, con un imperio hitita muy reforzado, y con deseos de arrasar al riquísimo país de las Dos Tierras.
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 17-11-2010

martes, 9 de noviembre de 2010

MAJADERÍAS PAPALES



UNA DE IGLESIA CATÓLICA

Foto: el faraón Akhenaten (Amenhotep IV)
XVIII Dinastía (S. XIV a.d.C.)
Museo del Louvre (París)
Realmente el arreglo de las vestiduras y corona ritual es
casi exacto al del papa de Roma. Anacronismo absoluto.

El desarrollo de las sociedades ha sufrido un retraso de veinte siglos a causa de las profundas mentiras impuestas a sangre y fuego, propias del abominable dogma católico, de su irracional inmovilismo aristotélico, y la terquedad enfermiza y fanática de esa iglesia, sobre todo, allí donde esta ha ejercido más expresamente su criminal influencia. En pocas palabras: “La iglesia, en sus métodos de enseñanza y adoctrinamiento, ha promovido siempre la ignorancia, la mentira y la miseria en todos los ámbitos. Ello, como medida de un interés calculado, así como motivada por un instinto de autopreservación, creando milagrerías santeras y perniciosas, sacándolas luego a las calles, ya mediante espantosas y macabras procesiones, y fiestas patronales del santo, o de tal o cual clase de virgen, y que luego, hábilmente convierte en tradiciones, siendo ello la disculpa para perpetuar tales disparates, propios de culturas desaparecidas hace siglos. Convirtiéndonos en ese ámbito escatológico en fósiles vivientes. Un pueblo, en el que ese tipo de tradiciones pesan más que la razón, las libertades y todo lo cívico, difícilmente podrá adaptarse a sistemas de gobierno democráticos y progresistas, ya que sus mentes están cargadas de nefastas fábulas, y sus corazones, por lo tanto, se mueven y conmueven al compás de tales majaderías, las cuales, para su propia desgracia, y del conjunto, consideran absolutas verdades”.
La visita del papa-faraón, con una parafernalia de teatro macabro medieval, no es más que una trasnochada celebración jubilar anacrónica, propia de los jubileos de los antiguos faraones. La iglesia católica es el fósil vivo y casposo que se niega a desaparecer, de aquellas religiones del Antiguo Egipto o Babilonia, respetables para su época, pero no para la nuestra. El papa después de la serie de majaderías y crueles atropellos contra personas y colectivos, pronunciados en la reciente visita a Santiago de Compostela y Barcelona, debiera ser considerado en nuestro país persona non grata, y el dogma católico que preside, ser puesto fuera de la ley y desguazado a perpetuo.


Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 08-11.2010

lunes, 25 de octubre de 2010

EL ARTE Y LOS POLÍTICOS EN ESPAÑA


EL ARTE Y LOS POLÍTICOS EN ESPAÑA
La foto: "Perseo decapitando a Medusa"
Óleo sobre lino
146x114cm
Rivas: Octubre de 2010

EL ARTE Y LOS POLÍTICOS EN ESPAÑA

La torpeza y el desinterés de nuestros políticos en cuestiones de arte son ya proverbiales. La tradición de mecenazgo, tanto institucional como privado, resulta en la práctica, casi inexistente. Los artistas plásticos de este infeliz país suelen languidecer entre sus obras del nivel que estas sean, ya geniales o más comunes, da igual. El desinterés de las instituciones de todo nivel es absoluto. La torpeza y el analfabetismo plástico son de unos niveles insospechados en un mundo civilizado. Viajando por los paises nórdicos y aún otros, comprobamos el mimo y dedicación que se les presta a estos artistas que son, y serán siempre, la honra y el brillo de toda sociedad, enalteciendo a sus paises, además de promover la intelectualidad y la cultura en general. A través de prestaciones económicas municipales, en esos paises, dispuestas para aquellos artistas que demuestren que únicamente viven de su arte, sin sueldos adicionales, y mediante las cuales un número acordado de obras, cada año, pasa a los ayuntamientos, quienes de esta manera se harán con colecciones amplias y variadas obras, con las que luego se configurarán museos locales, en los que las diferentes salas han de mostrar todo ese material artístico, que enriquece el patrimonio. Para luego, efectuar los estudios necesarios acerca de tales obras, siempre por críticos serios y preparados de calidad incuestionable, distinguiendo, tras la criba, aquellas de más valor, que se habrán de incorporar a museos de mayor enjundia.
De todas maneras aquellos museos municipales, así formados, recuperarán muy pronto los gastos, que no son más que inversiones a corto plazo, con las que se compensa a los artistas a perpetuo, por tal beneficio, ya que la entrada a esos museos será retribuida por el visitante o bien, si la entrada fuese gratuita, se admitirán donaciones, tanto de empresas como de los visitantes, cuyo monto será siempre infinitamente superior a lo invertido en los artistas, quienes, por otro lado, tendrán libertad sobre la mayoría de su obra para hacer con ella lo que quieran, una vez retiradas aquellas, cuyo número haya sido determinado entre las dos partes, es decir, el artista y el municipio.
Nada se pierde de esta manera, ya que todos ganan y resultan felices y satisfechos. Pero que duda cabe que en nuestra querida España, esto todavía es algo que nuestros gobernantes, en su afán de meterse en otras cosas menos dignas y detestables, no tienen tiempo a pensar realmente en aquello que les engrandecería en el presente y que permanecería para su bien, en la historia, y para siempre. Como ejemplo diremos, qué la única virtud del rey de las Españas: Felipe IV de la casa de Austria, fue aquella de haberse fijado en Velázquez, y haber unido su nombre al de ese genial artista. Da más ganancias la obra del sevillano, y de otros muchos, aún de diferente y más bajo nivel, que todas las industrias y corrupciones políticas juntas de este bendito país.
El arte es el brillo de toda sociedad, y una de las pocas cosas que nos diferencian, y para bien, de nuestros hermanos que son el resto de los animales. Dicho todo esto, concluiremos diciendo: ¡Qué mal nos tratan en este país! Pienso que no nos merecen. Únicamente excepciones muy contadas, debido a naturalezas especiales se acuerdan de nosotros muy de vez en cuando. Un país casposo gobernado por políticos igualmente casposos, ya que de entre ellos salen, es todo lo que tenemos.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 25-10-2010

domingo, 17 de octubre de 2010

PARADIGMA DEL ESPANTO URBANÍSTICO











PARADIGMA DEL ESPANTO URBANÍSTICO



Increíblemente espantoso y agresivo contra todos y contra todo es el edificio recientemente construido en el Camino de Fiunchedo, en Sada, que va de la iglesia “vieja” hasta el cementerio, entre la casa de Gervasio Carballo y la de Manolo Losada. El espanto, desde donde quiera que se mire, canta la corrupción, tragaderas, y el desatino más desvergonzado que nadie pudiese pensar. Además del horror que supone esa construcción para el así humillado y agredido entorno, cuyo inconmensurable valor paisajístico ha sido, de esa manera, herido de muerte, está también la fealdad del edificio que más que proyectado por un arquitecto, pareciese haberlo sido por un descerebrado amigo a quien no haya sido necesario el remunerar el proyecto de ese molesto y espantoso edificio.

Por donde y desde donde quiera que se mire, no tiene ese deforme bloque el mínimo respeto ni a la estética ni a la ubicación. Resulta desde todo punto la cosa más desastrada y amorfa en materia arquitectónica que pensarse pueda. Debieran detener a todos los que hayan participado en tal despropósito, por la agresión que supone, tanto para el buen gusto, como para las espantadas miradas que le contemplan.

El pasar a su lado, por el Camino de Fiunchedo, da la impresión de ser un edificio siniestro y sombrío, únicamente destinado al refugio de criaturas extrañas y huidizas. Si se contempla desde Sada, entonces el aspecto resulta todavía más inquietante y macabro, saliendo fuera de escala por encima de todo el entorno. La agresión medioambiental y paisajística resulta de impacto.

Por otro lado el arcilloso asentamiento en pronunciado talud, resulta inseguro y por ello peligroso. En cualquier momento de lluvias prolongadas, pudiera venirse abajo y desplomarse sobre los edificios construidos en su base, arrastrando lo que hubiese en la parte de arriba del camino. La catástrofe sería inmensa e irreparable. Los que somos de aquí conocemos muy bien la debilidad de estos terrenos no aptos para tales monstruosidades. De todas maneras, las grietas en el edificio, dentro y fuera, no han de tardar mucho en hacerse notar. De ahí las prisas en tratar de vender. Sería una inversión bien desgraciada, y una burla al torpe e incauto comprador.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 14-10-2010

martes, 12 de octubre de 2010

POLÍTICA DE APAÑOS

MEZQUINDADES DE LOS METIDOS A POLÍTICOS

Sería de risa si no fuese porque resulta un comportamiento totalmente irregular, y aún, dentro de la corrupción y amaños, propios de esas gentecillas sin mérito alguno y que únicamente se acercan a la política arañando por donde pueden para conseguir cargos, con el único fin de vivir de lo allí apañado que no es más que el saqueo de lo producido por toda la ingenua y corderil ciudadanía.
Ayuntamientos con exconcejales que mediante pactos amañados entre unos y otros, sin estar formando parte del gobierno, por el simple hecho del interesado capricho de uno de ellos ofreciendo su colaboración para formar gobierno, se acepta tal cosa si alguno de aquellos que ya no son, también cobre sueldos mensuales como si de parte del gobierno se tratase. ¡Qué desvergüenza! ¡Que atraco a las arcas y al sentido común! ¿Qué sociedad formamos que soportamos tales infamias en silencio?
Resulta vergonzante que estemos pasando una crisis de rosmillo, y aún sin ella, y que unos cuantos haraganes vivan de jeta por obra y gracia de pactos espurios que entre ellos se conciertan. Leyes y decretos de orden interno, que arreglan para su propio y descarado beneficio. No entiendo como la justicia y la política de más alto rango, así como la disciplina de los partidos no toma cartas en tales negocios. A no ser que por allá arriba también haya de todo y nada bueno. Y entonces, ¡todos a callar! Y a continuar en tales beneficiosos negocios, el asalto a lo que es de todos, y todos, menos ellos y ellas, producimos con nuestro esfuerzo y sacrificio para que esas gentes, burlándose de nosotros para sus adentros y entre ellos, se lo repartan y lo gocen.
Si de los comicios no ha emergido ningún partido o coaliciones con claros resultados, entonces que se repitan a ver lo que sale, pero nunca por la codicia de los cargos, hacer amaños y chanchullos de los que resulte un gobierno confuso, artero, cojo y sin cabeza, puesto que ha permitido aquello profundamente deseado que es solamente el ejercicio de mandar con la ridícula fachenda propia de un pavo sin moco, sin cola y sin cresta.
Resulta patético el sentirse, sin comerlo ni beberlo, parte de tal situación. Es para echar a correr, o correrlos a ellos y a ellas. Pero claro, la alternativa con la que actualmente se cuenta todavía es peor, y bien peor.
Siempre dije que no había dios, y lo mantengo, ya que no arregla situaciones tales. Aunque mirándolo bien, el dios de la mitología cristiana, que para nuestra desgracia, es el que por estos andurriales rige, no nos olvidemos, es autócrata, es dictador. No admite adversarios, es único. ¿Qué fue de aquellas divinidades antiguas ¡tantas había!, cuyas cofradías tenían que luchar para conseguir adeptos para sus dioses y diosas? ¡Eso era la democracia divina! el reparto de poderes en los cielos, en la tierra, en los mares, y aún en el Hades. Este dios cristiano, instalado en una mitología de refrito rancio, solo nos trajo desgracias, dolores y sufrimientos, y lo que es peor, la dictadura divina con toda su corte de corrupciones y sumisión, y que piramidalmente se reproduce en las sociedades humanas. Cuanto añoro una tercera república y el serio y beneficioso laicismo verdadero. Despojarnos de cuentos y mitos, que teniéndolos por ciertos nos ahogan. Cuanto bien resultaría de todo ello. La mejora del corrupto mundo judicial, político, social y en todos los aspectos. ¡Que se dejen de nacionalismos interesados en los que desperdigan sus adalides energías necesarias para otras mejores cuestiones, y vayamos a la tercera república que sanearía tantas cosas! Luchemos por algo que valga la pena, eliminando coronas y monarquías obsoletas. Las religiones en las casas y en sus templos, y a gobernar como se debe, sin cruces, procesiones, ni coronas engoladas y dinastías malvadas y pervertidas.
Repongamos la legalidad conculcada por el golpe de estado del 18 de julio de 1936, ¡que ya va siendo hora!, devolviéndole a la población lo que era de ella, es decir, de todos, la verdad y la justicia encarnada en las repúblicas serias. ¡Nos han robado nuestra mejor herencia! Por dignidad y por nuestra debemos recuperarla. Dejemos de nombrar y tontamente presumiendo, de una transición que nunca hubo, solo imposición y una monarquía anacrónica, y que para mayor burla y escarnio de esta sociedad que pretende ser moderna y democrática, determinada por el aborrecido dictador.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 12-10-2010

CENA HOMENAJE A RIVAS

CENA HOMENAJE A RIVAS
“EL SABOR EXTREMEÑO”; SADA 24-09-2010

La cena resultó entrañable, entretenida y a veces, al menos por mi parte, contenidamente emocionada. Ese mismo día por la mañana se había muerto uno de mis grandes amigos. No le perdonaré que haya elegido ese mismo día para su postrero viaje. Lito, como siempre dando la nota.
Durante los postres y el brindis, Roberto Luis Moskovich, uno de los organizadores, creo que el principal, durante su corto pero sustancioso discurso, hizo en varios momentos alusiones manifiestas al alcalde de Sada, Abel Soto, tratando de llamar su atención hacia la persona homenajeada, que era yo, inocente y sorprendido ante esas palabras de Roberto, pero sin éxito alguno. Si bien las otras mesas ocupadas por comensales, la mayoría desconocidos, prestaron una respetuosa atención a lo que estaba sucediendo, Abel y sus acompañantes de mesa, de la manera más desconsiderada y zafia, en un acto de la mala educación más vergonzante, continuaba en su nerviosa farfullería, hablando con sus acompañantes de mesa, en un intento desesperado por ignorar deliberadamente las llamadas de atención de Moskovich. Resultó decepcionante, cuando además había sido pura casualidad esa circunstancia; el que allí nos encontrásemos. Tuvo la ocasión de mostrarse, políticamente más hábil, y humanamente más respetuoso. No supo ni estar a la altura de lo uno ni de lo otro. Resultó algo así como un patán de lo más aldeano y otras cosas que aquí no quiero decir.
Los asistentes a la cena se quedaron perplejos cuando rematado el discurso de Moskovich y el mío, brevísimo, toda la asistencia del restaurante, que habían detenido su acto de comer, rompió en aplausos menos ellos.
Yo se muy bien que tipo de calificativo debo poner a tal insulto, ya que se descalificó a si mismo con esa conducta, pero dejo a los lectores que ellos y ellas pongan el adecuado calificativo a tal comportamiento.
Solo al salir, más bien huir o fugarse, era evidente que no se encontraba a gusto, tuvo la forzada situación de pronunciar un adiós sobreactuado y ya sin valor alguno, al verse obligado a pasar por delante de nuestra mesa.
El pavo de ciertas personas que alcanzan, debido a circunstancias resultantes de una perseverancia enconada, un cierto poder que le otorga un cargo desesperadamente codiciado, y lo que resulta más triste, basado en el desprestigio social y político del contrario, más que en méritos propios, suelen mostrar este tipo de reacciones cuando no son ellos los aplaudidos. Vamos, la mediocridad más triste y lo que es aún peor, evidenciada.
Siento mucho el tener que escribir estas cosas, pero la ciudadanía, al menos la de Sada, debe saberlo.

Es triste el ver que a una persona como yo (y a cualquiera en general), de un cierto relieve social y nivel artístico incuestionable, y aún intelectual, y de una trayectoria de casi cincuenta años que cumpliré el próximo en mi maridaje con la pintura; una gloria para cualquier pueblo, ciudad o país, se le hagan este tipo de desprecios y aún otros que algún día contaré, de manera además injustificada, torpe, y cobarde. Solo un don nadie con ínfulas y fachenda se atreve a tales cosas. ¡Qué advenedizos metidos a políticos gestionan nuestras vidas! ¡Desesperante y frustrante! Lo peor, es que de momento al menos, las alternativas en nuestra querida Sada son todavía peores que esto que tenemos.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 03-10-2010

domingo, 3 de octubre de 2010

LA PARADÓJICA PRESA DE ASSWAN

LA PRESA DE ASSWAN; SADD AL-ALI: ENTRE LA ESPADA DE DAMOCLES Y UN BIENESTAR RELATIVO

Hace unos días, un amigo, compartiendo cena, henchido de arrogancia, hablando acerca de Egipto, debido a un viaje turístico que a ese país realizó; lo único que se le ocurrió mencionar, entre tantas maravillas que ese país atesora, y entre ellas, todavía la primera maravilla del mundo antiguo, según la clasificación helenística, como es la gran pirámide de Guiza, fue la gran presa de Asswan, que si bien la obra resulta colosal, no deja de ser la búsqueda de la inmortalidad propia de un megalómano del siglo XX: el señor Gamal Abdel-Nasser, quien sintiéndose un faraón egipcio, inmediatamente, tras su revolución de 1952, inicia la obra. Primero ayudado por los norteamericanos. Fracasadas las conversaciones, fueron los rusos los que continuaron la obra hasta su finalización en 1970.

Si es bien cierto que la primera presa construida por los ingleses en 1902, durante su protectorado, con sus pros y sus contras trajo a Egipto algunos beneficios, esta última los produjo mayores, tanto eléctricos como otros, pero también es cierto que estos fueron, casi en su totalidad, a parar a manos de los señores y poderosos de todo ámbito del país. Si las tierras que durante milenios eran naturalmente abonadas, una vez retirada la crecida, al quedar totalmente empapadas de un limo nutricio que beneficiaba a todos los propietarios de tierras, pobres o ricos, sin distingo, ahora los pobres, además de ver sus tierras erosionadas e incultas, ya que los canales agrícolas y su irrigación tienen un coste, también se necesitan abonos químicos que hay que comprar a los poderosos industriales, quienes han visto así engrosar sus bolsas y sus negocios, en detrimento siempre de los menos afortunados. El delta del Nilo, por obra y desgracia de la enorme presa ha visto salinizadas sus aguas, al perder el natural caudal fluvial milenario en el que se basaban todos los riquísimos cultivos de Egipto desde épocas inmemoriales, y aún las pesquerías. Las tierras más feraces del mundo por cuestión natural y de ecuánimes beneficios, hoy resultan desérticas si no fuese por los canales que como ya dijimos hay que pagar. Aquello que siempre había sido regalo del Nilo: agricultura, aves que ya no vienen, peces, todo tipo de animales, templos, emplazamientos arqueológicos etc., debido a la presa, ese ecosistema y riqueza de extraordinarios restos de aquella civilización sin par, cuyos faraones habían construido y distribuido el país en función del Nilo y de la crecida anual, ha sido totalmente destruido a causa de la presa.
Pero por otro lado, y mucho más peligroso, está la amenaza de una catástrofe dantesca y sin precedentes en la historia. Los sedimentos, antes distribuidos por la crecida por todas las tierras del delta y Valle del Nilo, ahora y desde hace décadas, son depositados en las profundidades de la presa que al subir cada año de nivel, con la crecida, aún a pesar de los aliviaderos, potencian un desastroso desbordamiento. ¡Solo es cuestión de esperar!
Cualquier movimiento telúrico con la fuerza suficiente puede desbaratar la inmensa construcción, y entonces esas aguas de manera devastadora arrasar todo Egipto con sus gentes, aldeas, pueblos y ciudades. El canal de Toshka con sus recientes lagos, debidos al diferente nivel entre Toshka y el Lago Nasser, alivia un poco el miedo, ilusionada la gente en la posibilidad de los necesarios trabajos en la zona, esperados en la creación de nuevas e industriosas ciudades. Aunque ello sea solamente, al menos en mi opinión, una esperanzadora ficción. El Mar Mediterráneo, en todas sus ciudades costeras, al recibir tan inmenso caudal de agua y de súbito, también sufriría el impacto que inundaría y destruiría esas ciudades y sus gentes. El único aliviadero de este mar, que supone el estrecho de Gibraltar, y ya no mencionamos el canal de Suez que de inmediato se ahogaría de agua y arenas, bloqueándose sin remisión, no supondría, debido a su angosta garganta, el desaguadero suficiente para tanta agua embalsada en el lago Nasser.
Si la posibilidad de esa catástrofe natural está presente siempre, no es menos cierto que durante un conflicto bélico, esos inmensos muros sujetadores de tanta agua vuelen por los aires, debido a tratados entre los paises en cuestión.
Recuerdo muy bien que durante la primera guerra del Golfo, allá por el año de 1990 del pasado siglo, Sudán alineándose con Irak y los paises árabes en contra de EE.UU. y sus aliados, anunció al mundo que disponía de misiles que apuntaban a la presa de Asswan, a la espera de las órdenes que determinarían la voladura de tal obra. Las destructoras consecuencias aterrorizaron a Egipto y al mundo. Al año siguiente ¡yo estaba allí! Y escuché a mis amigos y conocidos nativos desesperados y angustiados por tal amenaza. Si ya nunca los pobres de Egipto, pero que cultivaban y comían, quisieron esa desproporcionada obra, tras la amenaza que ahí está, suspendida del espacio como la espada de Damocles, la odiaron todavía con más fuerza.
Y eso, amigo Carlos Blanco, es la cruda realidad de la presa de Asswan, no el plácido y engañoso paseo para desocupados y fachendosos, a quienes nada se les ha perdido por allí, por sus tranquilas aguas, que si ya como dejamos dicho, tiene esa presa sus beneficios, aún pueden ser más desastrosos los inconvenientes resultantes tras un conflicto bélico o desastre natural. Los antiguos egipcios supieron con talento, convertir lo que a priori suponía un catastrófico desastre anual, la crecida del gran río, en beneficio extraordinario, ayudándose de manera inteligente de aquella. Hoy, la naturaleza ha sido soberbiamente atacada, y un día recuperará, por medio de la desgracia más extrema, lo que es suyo por natural derecho. El envanecimiento de algunos humanos no conoce límites. Lo malo es que suelen pagar justos por pecadores

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 29-09-2010

domingo, 26 de septiembre de 2010

CONSTITUCIÓN DE 1812, "LA PEPA"

CONMEMORACIÓN DE “LA PEPA”
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, PROMULGADA POR LAS CORTES GENERALES DE ESPAÑA EN CÁDIZ EL 19 DE MARZO DE 1812


Asisto Admirado y escandalizado, estos días en que se celebra la conmemoración de nuestra primera constitución, aquella de 1812 en la que se recogían los derechos del pueblo, y por lo tanto se mermaban muchos de aquellos privilegios que los despóticos monarcas y su clase, gozaban desde tiempos inmemoriales.

Lo de admirado me refiero a la estupidez de una gran mayoría de las gentes que poblamos este país, en todos sus niveles, al admitir tales cosas sin una reacción mediática y callejera, y escandalizado al ver como los monarcas presiden esos actos como si fuesen realmente proclives a ese tipo de sucesos que tanto les perjudica en su ansiado absolutismo, al que secretamente veneran, conspirando ocultamente, a la espera de mejores tiempos en los que retornen las monarquías absolutas, que en definitiva, serán siempre sus más escondidos deseos, y en ello, al menos internamente, han sido instruidos.

Los reyes juran la constitución, únicamente obligados por las circunstancias que se imponen social y políticamente. Cosa de los tiempos. Pero no olvidemos, que en la historia las regresiones son muy abundantes.

Volviendo a los actos de “La Pepa”, diré que mi mayor momento en el que me sentí escandalizado, no fue cuando vi al actual monarca español leyendo, sin emoción ni convencimiento alguno, un texto de gloria hacia aquella anciana Carta Magna, si no que fue cuando presidiéndolo todo, estaba una copia del retrato que el afrancesado Goya pintara, del padre de su tatarabuela Isabel II, el nefasto y criminal Fernando VII.

Este funesto rey, llamado “El Deseado”, ya que se encontraba en Francia, a la restauración en España de la dinastía borbónica en 1814, en nombre de tan execrable monarca, quien eliminó aquella constitución condenándola con todos sus próceres, encarcelando, torturando y ejecutando de manera sumarísima y cruel a todas aquellas gentes que contribuyeran a su redacción y que ante ella prestaran juramento. Las rentas de los territorios españoles de ultramar, así como los propios, mediante la aplicación de la constitución, pasaban a la hacienda estatal no a la privada del monarca. Fernando VII no podía tolerar tales cosas y otras. Goya tuvo que exiliarse, la cabeza le iba en ello. Con él muchos más de los grandes hombres y mujeres que había en el reino. Marianita Pineda, la granadina bordadora de la nueva bandera de las libertades fue también vilmente asesinada por orden real. El terror con ese rey detestado recorrió toda la geografía del reino de España y sus ya escasos territorios de ultramar.

Me pregunto: ¿en que país vivimos que consiente tales aberraciones? Y ¿qué clase de políticos tenemos que las imponen? ¿Ignorantes, o caras duras que se burlan de nosotros? ¡Vamos!, que la cosa resulta cuando menos, un esperpento macanudo. La burla de las democracias adultas, y la mofa y befa de reyes, y de los aristócratas más rancios es el resultado de toda esta farsa. Los aristócratas, esos inútiles y parásitos que siempre sorbieron la sangre de los pueblos, y a la espera están que esos tiempos, para ellos felices vuelvan, y de nuevo a vivir sin dar palo al agua como señorones por derecho divino. Pero para ello, necesitarían recuperar la monarquía absoluta, en donde se fundamentan esas detestables cosas. Ahora bien, los reyes juran las constituciones obligados por el ascenso de los poderes populares, pero jamás por devoción, ya que de esta manera se les permite reinar, aunque sea un poquito, a la espera, como ya dijimos, de mejores tiempos para sus jamás olvidadas ambiciones, y tradición absolutista.

¡Es cosa de risa si no fuese por lo grave del asunto! ¡Válgame Dios, y soy ateo, porque tengo sentido común!, ver al rey, descendiente de tanto sapo hacer público encomio de su enemiga “La venerable Pepa” ¡Qué cosas suceden hoy en día! Más le valiera al monarca, al menos por dignidad, no presentarse, aduciendo dolor de almorranas que prestarse, como adalid de las libertades, cosa de escarnio, a tal acto y con tal fin. ¡Una farsa válida únicamente para este infeliz país! Por otro lado, si los poderes públicos actuales pensaron de esa manera arrodillarlo, en la ficción de congratularse de las políticas democráticas y constitucionales, ¡buena la ha hecho, en mi opinión, han metido la pata!

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 26-09-2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

NACIONALISMO Y GALLEGUISMO

NACIONALISMO Y GALLEGUISMO



Chirrían mis oídos, ya desde hace tiempo, con la cantinela insoportable de unos nacionalismos, para mi, innecesarios e históricamente injustificados. Puedo entender algunos de ellos, aun que no los comparta, debido a las estructuras industriales y de otra índole que esas autonomías disponen. Pero no creo que a Galicia, al menos en las circunstancias actuales, le conviniese ningún tipo de independencia absoluta. Nuestra red industrial es precaria, lo mismo que otras muchas cosas, con lo cual nuestra pretendida independencia resultaría, al menos en mi opinión, desastrosa para el bienestar y confort de nuestra ciudadanía.
Por otro lado, yo me pregunto: ¿acaso quiero sentirme extranjero en Ripollet, Madrid, Segovia, Aranda de Duero, El Roncal, o Gijón? Esto es lo que sucedería si la independencia fuese un hecho. ¿Tendría que visitar el Museo del Prado como extranjero, y tantas otras cosas que llevamos compartiendo, tanto en gastos como en beneficios, durante algunos siglos? Me parece un disparate.
Ahora bien, si hablamos de galleguismo y galleguidad, entonces es otra cosa. Quiero para mi tierra un gobierno y competencias bien fortalecidas que permitan una autonomía adecuada a nuestra singularidad y necesidades, gestionadas desde aquí, y sin tener que pasar por la humillación de un centralismo, muchas veces despótico, y habitualmente indiferente, ya que nos tratan, de manera desconsiderada, como periferia y gentes de provincias, como si fuésemos ciudadanos de tercera. Dicho esto, me reafirmo en mi galleguismo, pero dentro de la Unión. Me siento primero gallego y luego español. Por supuesto, mis emociones, en general, están más cercanas a mis compatriotas gallegos que a las de los demás miembros de la sociedad española, nativos de las otras territorialidades de la Unión, siempre, claro está, sin menoscabo de las buenas y aún maravillosas amistades que se puedan tener, tanto en cualquier punto de nuestra geografía hispánica, como en cualquier lugar y país extranjero, ¡faltaría más! Siendo todos hermanos, y rechazando la arrogancia de alguna de esas autonomías, y aplaudiendo la hermandad nacional como algo necesario, bien gestionada por unos deseados, y aún no hallados, políticos competentes, justos y honestos, dentro de la igualdad; y así, de esa manera llevada, llena esa hermandad de ventajas y felicidad.
La grandeza de Roma en la antigüedad, tras la disolución de la monarquía con la eliminación de su último rey: Tarquino el Soberbio, se inicia con la República para continuar con el Imperio, dentro de una unión sin fisuras. El mundo Celta fue conquistado, entre otras cosas, debido a su débil unión y sus continuos enfrentamientos. La caída de la poderosa Roma sobreviene, debido a la relajación de costumbres y la fragmentación que la debilitan. Dando lugar a la triste y feudal Edad Media, cuya única esperanza se fraguaba en la oración desesperada, y en la fe más irracional e inane.
Italia, a finales del siglo XIX vio que la unión era mejor que la dispersión de las pequeñas repúblicas y ciudades estado, quienes, en un conglomerado con los Estados Pontificios, mostraban unos territorios débiles y al albur de las grandes naciones. Víctor Manuel II, de la casa de Saboya, ayudado por Garibaldi y Cavour, consiguieron la ansiada unión. Alemania con su controvertido unificador Otto Von Bismarck, y otros estados centro europeos, decidieron lo mismo. Suiza dividida en tres cantones con lenguas diferentes, continúa en su beneficiosa Unión. El sur de EE.UU. de haber conseguido aquel disparate secesionista, hoy probablemente, fuera de la Unión desde entonces, sería una república bananera y católica sin prestigio alguno. Y recientemente, la independencia traumática de las RR.SS. Soviéticas de la Unión, de ningún modo, por ello, se vieron engrandecidas, quedando más bien, casi olvidadas y llenas de gravísimos problemas de todo tipo.
Es muy posible, de todas maneras, que si andando el tiempo, la Unión Europea consiguiese un afianzamiento total de entendimiento entre los estados, tanto de mandatarios como de una ciudadanía en igualdad de condiciones; lo que hoy son estados que la configuran, entonces posiblemente por desarrollo natural, político y administrativo, los pueblos pasarían a ser determinantes, y esos estados, sin trauma alguna desaparecerían, disolviéndose como resultado de una evolución social y política casi natural. Pero creo que aún estamos bien lejos de ello. Seguiremos a la espera. Para ello, las gentes metidas en el proceloso mundo de la política, deberán ser las adecuadas, y hacer un esfuerzo profundo, y reconocernos a todos por igual, sin diferencias de ninguna clase, y por supuesto disolver todo tipo de monarquías, rémoras, con una iglesia detentando aún un injustificado y manifiesto poder público, de todo progreso.
Y concluyendo diré: que jamás aceptaré un nacionalismo independentista, de esos a la brava, y por capricho de unos cuantos que únicamente buscan beneficiarse, y con ello conseguir un feudo en el que sentirse amos y señores. Como dice el axioma, y es bien antiguo: “La unión hace la fuerza, y la dispersión genera vulnerabilidad y decadencia”

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo: 06-09-2010

sábado, 31 de julio de 2010

EL GATO; UN TIGRE DOMÉSTICO

EL GATO; UN PEQUEÑO TIGRE EN LA CASA

Ha llegado a mis oídos recientemente, la presión cruel e inhumana, y además injusta, que algunos vecinos de Sada ejercen sobre ciertas almas caritativas, a imagen de San Francisco, quien se consideraba hermano de todos los animales. Tratan, esas personas, en alianza con la sociedad “Gatocan”, de ayudar a los infelices gatos vagabundos de un barrio de la villa, concretamente el barrio de “As Brañas”, ofreciéndoles comida y otros cuidados. Teniendo estas personas que socorrer al felino, casi a escondidas, como si fuesen delincuentes. Es una vergüenza que ocurran estas cosas. Sabemos además, que este animal tiene la propiedad, casi única, cuando es acariciado por personas enfermas de nostalgia y abatimiento, de absorber el problema y transformarlo en algo positivo. Es por lo tanto, el animal adecuado para la compañía de personas mayores, y de todas aquellas que vivan en la soledad y la tristeza. Este animal, debido a su independencia y autonomía no es, por otra parte, carga molesta, ya que no necesita de una dedicación exclusiva.
El gato, el animal más misterioso y sagrado de la antigüedad. El gato que llamamos común, el más abundante por nuestras latitudes europeas, es el gato egipcio, traído desde Egipto, cuando este país era el granero de Roma, debido a sus tres abundantes cosechas de trigo al año. Las naves romanas, cuando arribaban al puerto de Ostia, en la desembocadura del Tíber, con su carga de cereales, solía esta, estar en unas condiciones lamentables, ya que los ratones que invadían esas grandes barcazas de carga, se dedicaban durante la prolongada travesía a comer la preciosa materia entre la que además, anidaban, con el daño que ello causaba. La solución a tales pérdidas y desastres, fue la introducción del gato egipcio en las naves. De esta manera, los roedores ya ni pensaban en subirse a los navíos, sabiendo el peligro gatuno que les esperaba, además durante una travesía que duraba semanas, y todos encerrados en esos barcos.
El gato egipcio, adorado y mimado por aquellas antiguas gentes, era, además de sagrado, lo era más bien la gata, llamada Bastet, la gran diosa del norte, con casa y gran templo en Bubastis, en el Delta del Nilo. Era una diosa del hogar, amiga de la mujer y favorecedora de la limpieza de los hogares, de todo tipo de bichería que tratase de entrar en las estancias. El gato era además monopolio regio, teniendo el faraón, el privilegio único, de ofrecerlo como regalo de valor incalculable, a alguno de los altos dignatarios que en visitas institucionales y embajadas, hacían al poderoso monarca del país del Nilo. Estaba terminantemente prohibido el sacarlo de Egipto, bajo penas muy duras para quien, o quienes, permitiesen que el amado animal, saliese del país.
Las representaciones de este hermoso y cariñoso felino, una especie de tigre a pequeña escala, adorno incomparable de la casa, son muy abundantes entre la iconografía del Antiguo Egipto. Todavía hoy, y como algo ancestral, en ese país no se consiente a nadie maltratar a estos animales. Si algún turista se sintiese molesto, debido a la visita de algún gato, que ronroneando pidiese comida, por entre las patas de la mesa del restaurante, que ni se le ocurra al extranjero, insultarle o hacerle gestos violentos, pues se buscará un grave problema. El amor a los animales, hay que decirlo, es también cuestión de, además de sensibilidad; de cultura. Solo la ignorancia y el patanismo más aldeano, son cómplices detestables del maltrato a estos y a otros animales. Y no olvidemos, que quien maltrata a los animales, maltratará también, y en la misma medida, a sus semejantes.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 30-07-2010

miércoles, 28 de julio de 2010

TAUROMAQUIA Y LOS FARAONES

TAUROMAQUIA EN CUESTIÓN

FARAONES TOREROS

El que yo sea o no antitaurino, que lo soy, por convicción, y sobre todo por solidaridad animal, especie a la que pertenezco, y aún apreciando la calidad estética de la fiesta, que la tiene, y yo como artista no soy ajeno a ello, entiendo también que en mi prevalezca lo primero sobre lo segundo. Cuestiones de estética hay muchas y variadas en las que deleitarse, pero sentir alegría y regodeo en la tortura y muerte de ese poderoso y bello animal, es algo que jamás podré comprender. Quienes con tal espectáculo así disfrutan, tienen solo un nombre y varios calificativos; el nombre: bestias, más aún que ese animal de lidia; calificativos: salvajes, asilvestrados, aldeanos, paletos, criminales etc. No olvidemos que quien es capaz de consentir tales barbaridades, también ha de ser capaz de cometerlas con sus semejantes, ya que su falta de escrúpulos antes tales cosas ya les deja bien definidos.
Y ahora, y por otro lado, diremos que al decir de Goya, el pintor de Fuendetodos, en sus comentarios acerca de las tauromaquias a las que era tan aficionado, dice que la fiesta taurina es traída a España por los “moros” durante la conquista de la península Ibérica, llegando hasta Francia y aún más arriba.
Es bien cierto que los ejércitos y turbas que acompañaban a los mahometanos a través del norte de África, tras la conquista de Egipto, durante el año 630, que deja de ser cristiano, para convertirse al Islam, después de la contemplación de los bajo relieves, y pinturas, en diferentes templos de Egipto, concretamente en el de Medinat Habú, al sur del Luxor actual, en la orilla occidental, perteneciente al faraón Ramsés III de la XIX dinastía, y viendo la cantidad, todavía enorme de esos animales vagar semi salvajes por las marismas del Nilo, y que si bien, durante el período faraónico eran animales únicamente cazados por el monarca, una especie de control de esos animales, en esos momentos una ancestral fiesta taurina reinaba en el país, heredada, aunque sin saberlo, del antiquísimo y ya desaparecido período faraónico. Aquí en Iberia, los musulmanes ante la abundancia de esos animales dieron también en continuar la costumbre, que poco a poco, resultó en la más elaborada y conocida, fiesta taurina al uso desde hace ya algunos siglos, tomando carta de autenticidad en nuestra patria. Los moros, durante su mandato y reinados, la llevaron desde el sur, pasando por tierras del Moncayo y el condado de Cataluña, al menos hasta la Camarga francesa; Arlés, Nimes, Béziers. Tierras todas ellas, bajo influencia y dominio musulmán durante muchos años. No hay noticias de que tal fiesta tuviese asientos durante los períodos celta y romano, ni en los reinos visigodos. Nosotros, ya elaborada como la conocemos, la llevamos al continente americano, pero eso, ya es otra cosa.
Debemos decir que ciertamente, los faraones eran toreros consumados, y que durante las fiestas jubilares, celebradas en origen, cada treinta años de reinado, con la función explícita de demostrar que sus fuerzas todavía seguían incólumes, al torear a tan fiero y robusto animal engañándolo con un trapo rojo, para luego agarrándolo por los cuernos, retorcerle el cuello, derribarlo, y así desnucarlo. Era entonces, cuando el rey continuaría siendo el señor y dios vivo de Egipto. De lo contrario, y si salía vivo del enfrentamiento, sería destituido y otro heredero más capaz y fuerte, subiría al trono.
La caza de este animal, era asimismo, cosa personal e intransferible del rey, lo mismo que la caza del león tan abundante en las bahías desérticas cercanas a las frescas riberas del gran río. Dos animales poderosos que simbolizaban la fuerza genética del macho, y el poderío incuestionable de sus potentes músculos. El león y el toro, cuando por necesidad nutricial del primero, se acercaba a las acuosas y fértiles riberas, con la intención de saciar su apetito, hincando sus poderosas mandíbulas en los cuartos traseros de estos animales, o de sus hembras y becerros, el toro, sin duda, ponía al melenudo del desierto en fuga. El enfrentamiento entre tales potencias no pasó desapercibido por las primeras tribus que poblaron aquellos parajes, convirtiendo así tal espectáculo, en la piedra angular y propia del corajudo tronío faraónico. Tras la desaparición faraónica, la fiesta antes regia, desciende, y se convierte en fiesta popular, tal como la invasión musulmana la conoció, y hasta aquí la trajo. Todavía hoy en Egipto, en Luxor, en verano se celebra la fiesta del santón Habú Hagag, en la que cuyo número más destacado, es el paseo por las calles de una barca a hombros, ancestro del paseo de la barca, de las fiestas del dios Amón. Aunque los islamizados luxoritas actuales no lo sepan.
Y no hablaremos del toro en la Creta minoica y el baile femenino de una acróbata sobre los lomos del animal, sujetado por la cornamenta por un especialista y buen mozo. De toros y sus envidias propias del macho humano, podríamos estar hablando horas y semanas. Pero, únicamente concluir diciendo, que todo lo aquí descrito está muy bien para aquellas épocas tan remotas, pero a día de hoy parece un ancestro más que anacrónico. Todo ello independiente de la cuestión catalana, que a nadie se le escapa, que es de intención identitaria, y lo peor, de desprecio a una fiesta llamada española, por lo cual, unos cuantos catalanes tratan de diferenciarse. Creen esos cuatro que arrastran a otros muchos ingenuos, en su chauvinismo que son mejores que el resto de los españoles.
Tonterías y bobadas. La fiesta debe suprimirse cuando, haciendo un referéndum nacional, es decir, de toda España, se decida por mayoría esa supresión que a mí, personalmente, me agradaría de manera profunda, y a los toros más.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 28-07-2010

domingo, 25 de julio de 2010

LA MONARQUÍA Y EL CLERO

AÑO SANTO JACOBEO O LA SANTIFICACIÓN DE LO INANE



Los reyes, tras la misa solemne, saliendo de la catedral de Santiago de Compostela, en el día grande de Galicia en este año de 2010. Es patético ver como la gente apiñada trata de tocar al monarca como si estuviese investido de alguna propiedad divina que cure los males y procurase, al suplicante, la obtención de alguna prebenda.

¡Qué vergüenza! Un pueblo totalmente aldeano que todavía, por lo que se ve, no ha salido de la Edad Media, rindiendo vasallaje a un monarca como en tiempos remotos y que conviene no olvidar, para jamás repetirlos. Vasallos sin número es lo que suele verse cuando unos anacrónicos monarcas salen a la calle, o a la ventana de las apariciones, con la finalidad de presentarse ante los súbditos que les adoran; sin saber que aquellos no son más que sus saqueadores con una función de gobierno aparente, por lo tanto inane, aunque procuradora de infinitos beneficios que aseguran la fortuna de unos desaprensivos coronados, que ni ellos mismos, ante tanta estupidez, salen de su asombro, (se lo noto al rey en el rostro, lo mismo que a su mujer).

Tanta adulación y peloteo, tanto en una sustanciosa parte del pueblo, como de innúmeros políticos, resulta una agresión a las mentes e inteligencias mejor amuebladas. Un montón de parásitos, entre clero y monarcas, que semejaban un circo de oropel, perteneciente a un pasado desgraciado y abominable.

Reyes y clero; los sempiternos verdugos de los pueblos, de nuevo aclamados por las víctimas, ¡y en los tiempos que corren! ¡Vivir para ver esto!, es realmente triste. No resulta serio. Las democracias, y las repúblicas más adelantadas y asentadas, asisten estupefactas a la estupidez de un sector muy amplio de la sociedad española, que embobada cree ver en esos simulacros de gobernantes casi a su dios y a su salvación. ¡Qué pena! Llegar hasta aquí, después de todo lo pasado en este infeliz país, y tener que sufrir este tipo de bofetadas. Y ya bromeando tristemente, un club de jacobinos, viendo lo que se ve, era lo que este país necesitaría para poner fin a despropósitos, que resultan además, muy gravosos para las arcas públicas, es decir, para todos nosotros.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 25-07-2010

LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

LA BISOÑA DEMOCRACIA ESPAÑOLA Y SUS POLÍTICOS

“VIVIR A LO GRANDE Y SIN DAR GOLPE”

La bisoñez y la juventud adolescente, siempre fue causa de confusiones y decisiones, pocas veces acertadas, debido, entre otras cosas, a la falta de madurez, y por ende la inexperiencia más palmaria, y aún comprensiva en todo ser.
Pero, si en todo individuo, esta situación resulta ya conocida, y por lo tanto, puede comprenderse y dejar que el tiempo, como cura natural, actúe; pudiendo tratarse por diversos medios, cuando en alguien se presente dificultosa en extremo, hasta el punto de poder arruinar un futuro.
Sentadas estas bases, y llevando la cosa al punto que nos interesa, que ha de ser la bisoñez de la democracia española, diremos, que aunque se oyen voces arguyendo de su ya bien clara madurez, yo, después de escuchar comentarios directos de personas bien cercanas que se dedican ya, al mundo difícil de la política, algunas de ellas, del ámbito local, y otras de más enjundia territorial, y por tanto de jurisdicciones más amplias, quienes dicen soto voce, que el único interés que les mueve, desde el momento de la reflexión que les llevó a ese mundo, era aquél de “vivir a lo grande y sin dar golpe”. Y yo diría más, como los catetos y mediocres de toda laya: “darse pote”. Palabras textuales, manifestadas en la confianza con el interlocutor, de varias de esas personas. Al tiempo de conseguir contactos para colocar a los suyos; familiares y amigos, para vivir de la misma manera, y prolongar esa regalía aún después de terminado el período de los cargos. Pensiones más que sustanciosas hasta la muerte. El excesivo apego a la poltrona, basado en los periodos legislativos sine die, confirma esa intención. El ejercicio ético de la política se basa, entre otras cosas, en ceder el cargo a la mayor brevedad, no más de dos legislaturas, a otros. En la antigua República Romana era por un año, y aún así, la corrupción reticular y clientelista, resultaba escandalosa. Toda la ciudadanía tiene derecho a ejercer su tiempo en política, pero aquí, una vez que lo atrapan, ya no permiten entrar a nadie. Todo resulta de una desvergüenza y un descaro sin paliativos. Tras la previsible debacle urbanística española, debido a su desmesura profunda, creadora de nuestra desfondada y particular crisis, con los antes prepotentes y arrogantes promotores y constructores, hoy insertos en el patetismo más desgraciado y penoso, resulta bien claro que detrás de la mayoría de aquellos turbios negocios, estaban un número infinito de alcaldes, concejales, y todo tipo de políticos de diferente nivel, quienes se han enriquecido de manera desmedida y corrupta, cobrando sobornos millonarios durante el desempeño de sus cargos públicos, sumiendo tras la crisis, en la ruina a esos sus beneficiarios, quienes, inocentemente, sacaban aquellos recursos con los que satisfacer la codicia de esos politicastros, de los peligrosos y agobiantes créditos bancarios, en la infantil creencia de que sus amigotes de poltrona, les apoyarían, después de haberles untado bien, en todas sus empresas y negocios.
La cosa, como ya sabemos, no resultó así. Los “políticos” de baratillo, desleales y avariciosos, como era de esperar, les han abandonado. Con esos dineros a buen recaudo en sus villas, casas o chalés, en los que figura, para más desfachatez, en la fachada de algunos, el cartel de una empresa de seguridad, como torpe advertencia, no de que el ladrón no entre, sino más bien manifestando, que allí, en ese interior, se encuentra escondida, al fisco y a la justicia, la fortuna tan indignamente adquirida. Se atreven, además a decir: “ya lo tenemos todo”. Resulta vergonzoso y ofensivo, el tener que escuchar tales cosas, propias de gentes aldeanas y sin mientes, y además con gesto de satisfacción y burla.
Estas, señores y señoras, son las frases que a lo largo de toda España se repiten sin cesar. Después de todo lo dicho, y podríamos entrar en otro tipo de cuestiones, mediante las cuales, se vería fácilmente que la política española, ni es madura ni honesta, ya que de ser así, sus cargos, y aún los novicios y aspirantes, estarían ya formados, y aún por tradición y costumbre, en un comportamiento ético y de servicio al país, pueblo o ciudad. Como vemos, muchos de sus miembros, que son los que hacen que la política y la democracia de nuestro país, sea infausta, debieran ser investigados con más fruición y dureza. Esos carteles de empresas de seguridad, insisto, manifiestan abiertamente la posesión de fortunas sospechosamente adquiridas. Con sus sueldos de concejal y otros, jamás podrían comprarse tales viviendas ni otras cosas. Todos los concejales de urbanismo de los últimos años, en nuestro país, así como sus jefes y compañeros, debieran ser estrechamente investigados.
La democracia española, de momento, es imberbe, torpe, y lo que es peor, permisiva con la mayoría de esos estafadores, y que además, todos, en los pueblos y ciudades, sabemos quienes son. Muchos representantes de la justicia, hay que decirlo, también ha comido en el mismo banquete de la corrupción durante estos años pasados de euforia urbanística, de ahí su laxitud, y aún silencio, en este sucio asunto. Pisos, apartamentos, y dinero a golpe de talonario, silenciaron a un número inmenso de jueces, y todo tipo de magistrados.
Nuestra democracia, de momento es una filfa, y una gravísima afrenta a la ciudadanía. No puedo pensar que una democracia madura y experimentada pueda tener tal comportamiento; sería para abominar de ella.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 25-07-2010

miércoles, 21 de julio de 2010

LA IGLESIA CRISTIANA Y LA PROLE

LA IGLESIA CRISTIANA Y LA PROLE

Se les dijo, tras la usurpación y eliminación de todos los credos, después del decreto del año 391 AD, emitido por Teodosio, que la mayor gloria del nuevo dios cristiano, era el recibir cuantos más seres humanos en su paraíso celeste y particular, mejor, ya que él gozaría rodeado de todos sus fieles, hasta allí elevados, tras el tránsito de la muerte. Las criaturas que no se sometiesen al cristianismo quedaban excluidas de tales placeres. Por lo visto, ese dios rechazaba de plano a la gran mayoría de sus hijos, solamente por practicar las milenarias religiones de sus mayores, válidas y respetadas hasta entonces. Siendo sometida esa ingente masa social, tildada de manera ofensiva, de pagana, a la impiedad y apostasía obligadas; cosa que requería el arrodillarse ante el nuevo credo. La obligación de apostatar públicamente, y someterse a los insultantes bautismos multitudinarios, resultaba algo cruel, vejatorio e incomprensible.
En aquellos espacios superiores y prístinos, habrían los fieles, de disfrutar de felicidad eterna en la contemplación única de ese advenedizo dios. Por otra parte, jamás visto por nadie. La mayoría analfabeta y pobre de necesidad, así lo creyó, porque también le convenía. Ningún otro dios, antes, por estos andurriales, se había fijado en la masa humilde y miserable, y mucho menos que se la eligiese como el rebaño preferido.
Los intelectuales de todo tipo, y demás personas, formadas académicamente, sintieron pavor ante tales ofertas y rebajas. Vieron el peligro y trataron de detenerlo de mil maneras. No fue posible, la masa ingente de desarrapados físicos y mentales, aglutinada por las turbas de los llamados parabolanos (gentes sin cultura que creen en cuentos y tonterías, defendiéndolas con el ardor guerrero del fanático como verdaderas), agredían y asesinaban por las calles de Alejandría, que había sido, hasta entonces, un hervidero pacífico de credos, filosofías y sacerdotes, así como de políticos e ideologías de todo tipo, a todo aquel, que siendo interrogado, se negara al bautismo cristiano, y al sometimiento a su dios, admitiendo así, a este credo, como religión, no solo única, si no también verdadera.
Las legiones acuarteladas en Alejandría, destinadas a la seguridad en la gran ciudad, no se movieron, el pretor consideró, que las turbas cristianas eran tan numerosas y violentas, que resultaría imposible el tratar de detenerlas, y erradicar aquellas muertes que se ejercían impunemente por los fanáticos cristianos, mediante apaleamiento y lapidaciones in situ.
Tomado ya el poder definitivamente por aquella muchedumbre enloquecida y fanática, liderada por el vesánico obispo cristiano: Cirilo de Alejandría, y ya establecido el orden a su manera, se comienzan a erradicar aquellos tratamientos médicos que pusieran en peligro la prevención de nacimientos o la interrupción de los embarazos.
El laserpicio o silphium, un anaovulatorio, ya bastante escaso, debido a su utilización desmedida, debido a sus maravillosas propiedades medicinales, y al tráfico que los cartagineses hacían de aquella planta, y que además, tenía la caprichosa naturaleza de no soportar bien el transplante, dándose casi exclusivamente en Cirene, fue ya perseguida a muerte. Toda la saña que los sacerdotes del nuevo credo pusieron en su destrucción, consiguió la erradicación absoluta de lo poco que quedaba.
Entre las más que abundantes aplicaciones, culinarias o medicinales, que aquella especie de Hinojo gigante poseía, estaba la de una sana y fácil contracepción, y cuando era necesario, también la interrupción de un embarazo; no deseado por múltiples causas. Plinio el Viejo, estudiante de botánica, entre otras muchas disciplinas (23-79 AD), y conocedor del regalo que a Nerón se le hizo de una planta de silphium (laserpicio), nos habla de esta especie botánica, que él estudió, con todo detalle, haciendo hincapié en su mayor virtud, dirigida a un control de la natalidad. Petronio (muerto en el año 65 AD), e su obra: “El Satiricón”, hace una clara alusión al laserpicio, cuando en la cena de Trimalción, un egipcio entona la canción del “mercader de laserpicio”.
Aquellas sociedades, educadas y formadas en tales libertades y hallazgos médicos brillantes, y seculares varias veces, se vieron de repente, obligadas a renunciar a todos los beneficios de esa planta, y de otras muchas cosas, como son la libertad que da el acceso al conocimiento que conduce a la sabiduría, y por ende a conocer y defender tus derechos con valentía y dignidad, arrancadas tras la práctica del nuevo, involucionista, y esperpéntico credo.
Lo bueno era, según esa impuesta religión por decreto imperial interesado, el tener hijos hasta cansarse. La práctica de la cópula, únicamente dirigida a la procreación. El placer que produce, condenado. Sencillamente el sentirlo y disfrutarlo, aunque fuera por despiste o dejadez instintiva, era condena a los infiernos. Dios lo exigía, condenaba lo que él mismo había creado, y los nuevos sacerdotes se encargaban de que tal exigencia se cumpliese. Cuantos más hijos más miseria, y cuanta más miseria y pobreza, menos estudios y formación. Sociedades de un número infinito de fieles, sin calidad ni coraje era lo que aquel cristianismo defendía y buscaba. La infinita cantidad numérica sin calidad alguna. Sociedades sometidas y silenciosas. El crimen más grande jamás cometido contra la humanidad, allí por donde esa casta de sacerdotes cristianos tuvo poder. Cuantas lágrimas han derramado las gentes de bien e inteligentes, durante estos casi dieciséis siglos que dura esta vergüenza y esta humillación ¡Cuantas muertes en la hoguera, torturas, y todo tipo de vesánicas crueldades, en nombre de un dios, que al igual que los precedentes, nadie vio! Crímenes de lesa humanidad que la iglesia ha cometido durante tantos siglos, y que hoy, si pudiese, volvería a cometer. Que aún en la actualidad, permanezcan sin castigo, resulta incomprensible. Esa religión es una horrible pesadilla que ya dura demasiado. Por lo que vemos y comprobamos, y tras lo aquí expuesto, no hay verdadera justicia en el mundo. Todo es una falacia.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 21-07-2010

jueves, 15 de julio de 2010

PERCEPCIÓN DE LO DIVINO EN EL ANTIGUO EGIPTO

REFLEXIONES EN TORNO A LA PERCEPCIÓN DE LO DIVINO EN EL ANTIGUO EGIPTO



Es innegable que a poco que nos detengamos en la observación de la singular composición del panteón del antiguo Egipto, y en la esencia misma de las múltiples divinidades, o más bien, para los restringidos colectivos sacerdotales de las clases superiores, hipóstasis del Único, que la voz del ser supremo es transmitida a través de la naturaleza, y que esta emite su mensaje, y respira, por los poros abiertos que son todas las especies y sus variantes. Si exceptuamos, claro está, las grandes y poderosas divinidades imperiales, propias de una teología oficial, encaminada a proteger los intereses dinásticos, militares y aristocráticos. Todos ellos en manos de los principales del reino, y que de esa manera impedirían la injerencia de las castas consideradas inferiores, en los diferentes niveles de poder. Así, a salvo de toda contaminación. Únicamente algunos miembros de las clases más humildes, debido a su especial talento, y a circunstancias favorables, ascenderían al sacerdocio, e incluso a la más alta magistratura, el faraonato. Un ejemplo de ello pudiera ser el caso del faraón Horemheb, último rey de la dinastía XVIII. Aunque también es cierto que no fundó ninguna casa reinante. Restaurador definitivo de la ortodoxia amonita, después del final desastroso de la herejía atoniana, capitaneada por Akhenaten y su bella esposa Nefertiti, de una duración de unos catorce años. Un advenedizo, procedente de la milicia, pero eso sí, con el coraje suficiente, y unas circunstancias adecuadas, que le llevaron a “La Gran Casa”. Convirtiéndose en monarca indiscutible. Señor de las Dos Tierras, rey del Alto y Bajo Egipto. El primer Ramsés, también militar y sin sangre real, sería otro ejemplo de lo que decimos. Este además, sí funda dinastía, y tan poderosa como es la ramésida. Ramsés I, este oficial de origen asiático, será el padre del gran Sethi I, quien a su vez tendrá, entre otros, como hijo, al poderoso Ramsés II.

De todas maneras, en los niveles más elevados del sacerdocio, la percepción de una divinidad única, resulta casi indiscutible. Sobre todo, dentro del entorno de la teología heliopolitana. Entre otras cosas, los textos de algunas tumbas, la sabiduría destacada en las enseñanzas de Kagemni, las advertencias del visir Ptahotep (papiro Prisse), y aún en las lamentaciones de Ipuver que pertenecen a un periodo tan remoto como es el Imperio Antiguo, se hace alusión expresa a una divinidad única, emocionada e interesada en las cosas humanas, sobre todo en el comportamiento. Dicen algunas de estas sentencias: “Cuando la previsión de los hombres no se ha realizado, se ejecuta la orden de Dios”, (Papiro Prisse, VI, 9,10) “Si eres respetuoso e imitas a un hombre sabio, toda tu conducta será buena ante Dios”, (íd., VII, 7,8)

También es verdad que el politeísmo desenfrenado y polimórfico, así como el fetichismo más grosero, propio, aunque no determinante, de los periodos intermedios y de las épocas bajas, conviven, sin aparentes conflictos, con las teologías más elaboradas, plenas de un misticismo profundo. De cualquier manera, se desprende de ello una tolerancia y respeto a toda clase de creencias, dogmas y teologías. Solo la sabiduría, asentada sobre bases firmes y empíricas, madre de la paciencia y la comprensión, conduce a tales comportamientos.

El respeto que aquella civilización sabia, mostró por el entorno natural en el que se movió, dejó bien sentado el elevado nivel filosófico y de entendimiento con aquello, que le caracterizó. Nada de su entorno natural escapó al sentimiento de respeto en la elaboración de sus códigos, dando como resultado la divinización de todos y cada uno de los elementos en mayor o menor grado. Comprendieron desde los orígenes que los humanos éramos, solo eso, parte integrante de lo natural. Su grandeza es posible que en parte proceda de haber comprendido aquello. Supieron ocupar su lugar, agrediendo al entorno solo en lo estrictamente necesario. Como ejemplo de ecología mayúscula, diremos que adoptaron el comportamiento feliz e inteligente de adaptar un desastre natural como eran las crecidas desbordantes del Nilo, a sus necesidades. Supieron sacar rendimiento de aquello, convirtiendo una especie de desastre natural y anual en algo positivo y rentable.

Un panteísmo muy singular, exquisitamente trazado y jerarquizado, presidió, en mi opinión, todo el desarrollo de aquella civilización, que con sus éxitos y sus fracasos, asombró, y todavía asombra al mundo.

Egipto, nuestro venerable abuelo, como decía Heródoto, todavía desde la noche de los tiempos, y desde la luz brillante de sus días y de sus hechos, continúa mostrándonos el camino a seguir. El ejercicio continuado y riguroso de la observación, conduce a los creyentes hacia Dios, y al ateo, lo lleva hacia la sabiduría y la verdad.


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 29-05-2006

domingo, 11 de julio de 2010

LA FE CRISTIANA

LA FE CRISTIANA

Dos mil años de cristianismo, pienso, que son ya más que suficientes como engaño y fraude. Millones de almas fueron, y aún lo son, obligadas; muchas veces con terribles torturas y muertes, a creer en lo inexistente. Por decreto imperial cristiano católico, cosa nunca vista por su contundencia, desde el faraón Akhenaten (Antiguo Egipto, 1353-1336 a.d.C., XVIII dinastía), se decide la supresión de todos los credos habidos hasta ese momento. La crueldad se manifiesta, lo mismo que la soberbia de los nuevos sacerdotes de una advenediza religión. Propia de ignorantes y patanes. Únicamente la jerarquía disfrutará de los enormes beneficios que tal negocio ha de generar, extrayendo de los más humildes, que eran y son la mayoría, todos sus infinitos sueldos y prebendas, a cambio de vacías palabras que ellos, interesadamente, cargan de un significado simbólico, muy estudiado, con la finalidad única de engrandecerse, en un alarde de cinismo incomparable, y convertirse así, en amos y señores de todo el orbe. Que aunque de momento, a tanto no llegaron, a por ello iban y van. Evangelizando, en un agravio comparativo sin precedentes, lleno de satisfacción y envanecimiento, territorios y paises ajenos, que ya cuentan con sus propias y seculares creencias. Sacerdotes hipócritas, sobrecargados de una nefanda lujuria, que mal contenida, y arteramente agresiva, se derrama por caminos incorrectos y perversos, causando a víctimas inocentes y aterradas, generalmente desprotegidas, daños irreparables, debido muchas veces, al respeto reverencial que les tienen, por habérselo impuesto mediante sus reiteradas patrañas ministeriales.
Amón, Osiris, Isis, Enlil, Shamash, Zeus, Artemisa, Apolo o Afrodita, entre otras muchas, fueron también divinidades a las que profundamente tuvieron por ciertas, los más creyentes de aquellos tiempos. La fe pagana también existió durante muchos siglos. Divinidades creadas por cerebros privilegiados, para explicar todo tipo de misterios naturales, a la falta de tecnología y avances científicos que diesen explicación más rigurosa y verdadera. Pero aquello, en su contexto tenía sentido, y servía para satisfacer de un modo intelectual, aunque fuese casi siempre equivocado, la curiosidad por la misma esencia natural y cósmica, repleta de arcanos. Hoy los dioses o dios único, resulta un fraude, la tecnología y los conocimientos e investigaciones científicas nos dan explicación de aquellas cosas, antes de aquella manera entendidas. Todo se vino abajo con aquel decreto, y tras dos generaciones, cayeron aquellas divinidades en el olvido más absoluto. El nuevo credo cristiano, trufado de un paganismo ya inane y puesto en duda, infelizmente involutivo, e interesadamente obstinado, triunfaría, aunque fuese a base de castigos y de hacer churrasco humano con los dudosos, y sobre todo con los relapsos, llamados herejes impenitentes.
Pero como dice alguno de sus libros más sagrados: “El que a hierro mata, a hierro muere”; esta religión caerá con decreto o sin él. La cultura y la ciencia, y aún el estudio del pasado, traerán su desgracia. La caída ya ha comenzado hace tiempo, y resulta imparable. Si se dejó de creer en los dioses antiguos, democráticos por diversidad y atribuciones, sin respuesta por parte de ellos, tan poderosos como se los definía, en este cristiano, único y autócrata, ya que jamás permitió, allí donde ejercía un poder omnímodo, la competencia de creencias, también se dejará de creer. Como la urraca ladrona: “todo para mi”. Su caída es solo es cuestión de tiempo. Una religión tan insolidaria y soberbia no puede prolongarse mucho más en el tiempo, a no ser que las sociedades sean insensibles a la razón y a la verdad, y prefieran continuar viviendo en el engaño más profundo y disparatado que roba a los seres la libertad y la independencia en todas sus facetas. Un crimen de proporciones insondables es esta religión cristiana, o más bien lo que de el mensaje primigenio hicieron los falsos sacerdotes que siguieron la reforma de Constantino, después del edicto de Milán (313), y del primer concilio ecuménico de Nicea (325).
El olor a la carne churrascada del genial filósofo nolano: Giordano Bruno, quemado en la hoguera en Roma, por orden de la inquisición vaticana, el 21 de febrero de 1600, todavía aromatiza con sus quemadas y derretidas grasas, espectáculo que únicamente puede satisfacer a sádicos, enfermos mentales y gentes perversas, el ambiente de tristeza y muerte que oscureció de estremecedoras tinieblas las fiestas de carnaval de aquel luctuoso año, amenizado por los gritos desgarradores del inocente sacrificado.


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 11-07-2010

sábado, 10 de julio de 2010

GUARDAR LAS FORMAS O EL DISCURSO MELIFLUO

GUARDAR LAS FORMAS O EL DISCURSO MELIFLUO


Estos últimos años, suelen algunos medios, insistir en que los políticos, y por ende todo el mundo, debemos guardar las formas. En uno de estos medios, sobre todo, resulta tan molesta esa exigencia, por excesivamente reiterada, que parece querernos domesticar de tal manera, a través del lenguaje, que así cargan de eufemismos, muchas veces cursis y ridículos, dejando al argumento, prácticamente desposeído de su fuerza, y lo que es peor, difícil de comprender para una gran mayoría social de este país, ya de cierta edad, y cuya formación académica, es más bien básica en el mejor de los casos. Muchas veces es inexistente.

Pero lo que más me indigna, es que ese exigido respeto a las formas, de manera profunda, oculta el que a la clase política y a los poderosos, no se les llame, cuando se lo merecen, con los calificativos adecuados, y de manera clara que todos podamos entender, y con los que la mayoría estamos de acuerdo. No quieren reconocer que nuestro diccionario, además de términos bellos y halagadores, cuenta también con otros que son, por necesidad y justicia, contrarios. Se sienten ofendidos dentro de su excelso ego, riéndose por detrás, a lo mulo y falso, de las tropelías y abusos varios que algunos cometen, y de los que sacan un buen partido. Quieren hacerlo sin que se les llame por su nombre. Y aquí, que quede claro, no hablamos de insultos, que nunca lo serán, si definen con claridad rotunda, ciertos comportamientos a erradicar y castigar.

Y ya para rematar, decir desde aquí, que esas personas que desde los medios exigen ese respeto a las formas, parece que nunca se hubieran leído a los paradigmas históricos de la oratoria y la perfecta retórica. Y me refiero, entre otros muchos, a Demóstenes, quien, en sus admiradas Filípicas, utiliza constantemente contra Filipo de Macedonia, y contra su adversario político, colaboracionista de la política integradora de Filipo: Esquines, hijo de Atrometos de Cotócidas y de Glaukothea, una seguidora activa de los alegres delirios del culto a Dionisos, un vocabulario de una fuerza inmensa, gracias, en ocasiones, a las cosas chuscas, y que con pasión, a veces furibunda, esgrimía contra esos personajes. ¿Y qué diremos, si leemos algunos de los discursos y enfrentamientos, habidos durante años en el tan admirado senado republicano de la Antigua Roma, con protagonistas tan notorios como eran: el golpista Julio César, endiosado destructor de la República; Cicerón con sus exaltadas Catilinarias, implicando abiertamente a César en aquella torpe conjura de Catilina; Catón de Útica, llamado el Joven, y tantos otros? Su verbo encendido, asustaría a los mojigatos actuales, quienes pretenden interesadamente, domesticar nuestra oratoria, condenando a la reducción del diccionario a su mínima expresión, y al orador, escritor, o comentarista, a cargar de melifluas expresiones sus trabajos, invalidándolos al descargarlos de su fuerza. No debemos olvidar, que la reprobación a comportamientos de tal o cual nivel, deben tener la respuesta adecuada, y en ella, de manera incuestionable, se dispondrá el discurso con un léxico, en el que se han de incorporar los calificativos necesarios, y con la fuerza suficiente, nadie habla de insultos, aunque el insulto, en verdad, es ya aquel comportamiento inicuo a quien se dirige el orador, periodista, o comentarista. La justicia en este país resulta tan injustamente lenta, que en ello pretenden camuflar, y que se olviden, o se minimicen con el paso del tiempo, los asuntos a considerar. Toda una trama que lleva a decir que nadie es culpable, sin haber sentencia judicial en firme. Esto resulta insultante para el sentido común, y por ello para las gentes de bien, aunque no hayan opositado a cargo judicial alguno. Los tiempos de la justicia son unos, calculados, según interese, arteramente, cuando de poderosos se trata, y los de la sociedad, enterada probadamente de lo que sucede, son otros. La justicia oficial jamás debe situarse soberbiamente, como lo hace, por encima de la justicia que haga la sociedad. Debemos descargar a la justicia, al menos en este país, de unos privilegios obsoletos, que la incapacitan muchas veces, para un ejercicio judicial verdadero y justo.

¿Por qué no se le puede llamar, por ejemplo, majadero al Papa, si alguien así lo considera y lo argumenta? Que corten el discurso de un oyente activo, en un medio, por tal cosa, me parece algo tan surrealista que mueve a reírnos y escandalizarnos, del mojigato periodista encargado de ese programa.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 02-07-2010

viernes, 9 de julio de 2010

FRANCO EL GOLPISTA Y EL 18 DE JULIO DE 1870

18 DE JULIO DE 1870 Y 18 DE JULIO DE 1936

Recordando la fecha del golpe franquista del 18 de julio de 1936, no se nos escapa la intencionalidad, y precisa elección de la misma. Si fue el 18 de julio del año de 1870, durante el Concilio Vaticano I, cuando se proclama la infalibilidad del Papa, como dogma divinamente revelado; Por lo tanto incuestionable, al menos en materia cristiana, siendo por ello, infalible cuando habla ex cathedra. También el golpe militar de Franco, con resultados tan abominables y sangrientos, estaba amparado por la iglesia, quien habría de determinar fecha tan significativa.
Si para el líder de los cristianos más fanáticos y fundamentalistas; los católicos, esa fue la fecha elegida por revelación extrasensorial, como la idónea para su pronunciamiento de infalibilidad, así mismo, la iglesia que habría de proteger al golpista Francisco Franco Bahamonde, otorgándole también, debido a la elección tan buscada de la fecha, la infalibilidad y justificación como una santa cruzada, del sangriento golpe contra la Segunda República Española, y por ende, a toda la sociedad de un país que desde hacía cinco años, se había dotado de tal sistema político, en un alarde de modernidad y progresismo.
El golpe de estado a Franco le salió torcido como era él, por prolongado y sangriento. Pero la Iglesia Vaticana, y el ya pujante nazismo hitleriano, aliado con los fascistas italianos con Mussolini a la cabeza, consiguieron, con su ayuda, bien gravosa para la España que salió destrozada y miserable de aquella guerra civil, que el criminal acto de lesa humanidad, tuviese un cierto éxito, al menos por su prolongación en el tiempo. Cuarenta años de sufrimiento miserable e innecesario, obligado por unos oligarcas criminales e interesados, quienes dieron su apoyo al criminal golpe y al abominable golpista, unos meapilas sin corazón y sin alma. Sufrimiento cargado de hambres de todo tipo, y para humillarnos aún más, con la obligación de arrodillarnos, al menos una vez por semana, ante los iconos católicos en las aburridas e inanes misas dominicales. Las mujeres y niñas con sus velos pudorosos, lo mismo que las musulmanas más sometidas; aquellas a los curas, y estas a sus hombres. ¡Que horror, que historia más vergonzosa y humillante!, y lo que es peor: ¡tan cercana! Todavía, flecos importantes y peligrosos, de todo aquello, se levantan hoy en día, refugiados en un partido político, esgrimiendo como patriotas únicos la proclamación de aquella infausta fecha, y mostrándose, a veces solapadamente, defensores de aquella bandería tan despreciable y sin honor, a la búsqueda del regreso de un Franco resucitado o encarnado, sacrificando, de mil maneras y astutamente, como víctima propiciatoria, a ciudadanos honestos, valientes y de probidad probada; El juez Garzón, tristemente, es una de esas víctimas, ofrecidas en holocausto, a la memoria del criminal dictador, y servida por los sacerdotes ocultos y camuflados de su infausta y negra cofradía, todavía viva y activa. La tan cacareada transición española es culpable de todas estas cosas, ya que jamás fue transición; Imposición descarada de las fuerzas franquistas tan poderosas a la muerte del dictador. Un amaño constitucional, del que obtenemos estos despreciables resultados, ya que el cáncer no ha sido sajado en su momento, exigiendo las sanas y necesarias responsabilidades.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 09-07-2010

miércoles, 30 de junio de 2010

ANTONIO PÉREZ: DIPLOMÁTICO CON TALENTO O TRAIDOR

ANTONIO PÉREZ, ¿COBARDE, TRAIDOR A SU SEÑOR, O PARADIGMA DEL POLÍTICO RENACENTISTA?


Negocios personales de sustanciosas plusvalías, promovidos en Italia, y aún dentro de la política de los sobresaltados Paises Bajos, generados todos ellos, al albur de su importante cargo político, heredado de su padre, Gonzalo Pérez, aunque con restricciones, como secretario de estado de Felipe II, rey de las Españas, geográfica y políticamente más extensas que nunca, en connivencia con altos cargos italianos y sobre todo asociado con doña Ana de Mendoza, princesa viuda de Éboli, y con el hábilmente manipulado Juan de Escobedo, de hado fatal, secretario personal del infante Don Juan de Austria, hijo natural del emperador Carlos, habido con la hembra de timbrada voz y frescas carnes: Bárbara Blomberg.

Simonías y prebendas, así como todo tipo de bienes financieros e inmobiliarios, se generaron entre los dos pícaros asociados, la Éboli y Antonio Pérez, cuyas sentencias, tras largos y penosos procesos judiciales promovidos por el mismísimo rey, fueron tan contundentes que acabaron con Ana de Mendoza desposeída de sus privilegios y condenada a reclusión a perpetuidad en su palacio de Pastrana, donde murió, probablemente a causa de la tristeza infinita que la sentencia provocara en dama tan movida y agitada, adornada, además, de una aristocrática y despótica soberbia, desde la que muy ufana y segura, agredía, tanto a reyes e infantes, como a la misma Teresa de Jesús. Él, su socio Don Antonio Pérez, joven de modales aristocráticos y de rostro y cuerpo agraciado, que, aunque de estatura baja, seductor y encamelador, donde los hubiera. De inclinaciones sexuales muy amplias y variopintas, saltando de cama de doncella a diván aterciopelado de mozo tendido. El más amado de su corazón, que jugó con él a su antojo e interés, Robert Devereux, II conde Essex, el bello aristócrata inglés, condenado a muerte por la reina Isabel II de Inglaterra, antes su favorito, aquel virgo seco, insatisfecho y renegrido, que la incapacitaba para la pasión amorosa, buscando en la actividad regia más afilada un sustituto a tales placeres, causa de la mayoría de sus crueldades más mezquinas. Antonio Pérez, tras los coqueteos políticos con Enrique IV de Francia, y antes con su hermana, aquel rey del Bearn que para ser elevado al trono de Francia, no dudó en abandonar su ideología, profunda y violentamente defendida de hugonote irredento, y pasarse al catolicismo más fanático, con aquella frase: “Paris bien vale una misa” que deja bien claro lo que monarcas y mayoría de todo tipo de políticos y gobernantes piensan de su ideología cuando la sustancia de aquello que se les ofrece, aún siendo su contrario, es un bocado apetecible.

Tras la sentencia de Madrid, huye a tierras aragonesas, de donde procedía, abandonando cobardemente a su esposa y prole, con la intención de acogerse a los fueros de Aragón, que le amparaban, burlando así la justicia de Madrid y la mismísima autoridad del furibundo monarca y a su socia, la ígnea inquisición hambrienta de churrasco de Pérez, y que temía, que su ya exsecretario, hiciese públicos los papeles que tenía en su poder, en los que se le implicaba, entre otras cosas, en la conspiración que resultó en el asesinato de Juan de Escobedo, el secretario personal de su medio hermano Juan de Austria, el más bello e inteligente de los infantes de España, aunque fuese bastardo, y el rey, infame y envidioso de su valía, que más le veía como contrincante que como colaborador, ahí fue donde enredaron la Éboli y Antonio, no le concediese el tratamiento de alteza. Hoy sucede algo similar en la España de nuestra época con el infante don Leandro, tío natural del rey Don Juan Carlos I. Antonio, hizo creer al rey, que su medio hermano estaba conspirando en los Paises Bajos para hacerse con el trono, y armar un ejército con la intención de invadir España con la ayuda de Inglaterra. Cuando el rey se dio cuenta del engaño, ya era tarde, Juan de Escobedo había sido asesinado, y Don Juan de Austria también, aunque de manera más encubierta y difícil de probar.

No vamos a narrar todo el escándalo que este hombre provocó en la corte del rey de reyes Felipe II, con la invasión de un Aragón perplejo y angustiado, a la búsqueda y captura del traidor, y que además, tal gigantesca conspiración ayudó infinitamente al desarrollo de la leyenda negra que se iniciaba acerca del rey español y de su católica política que abarcaba, no solo España, sino media Europa y la mayor parte del continente americano, incluidas las colonias portuguesas, puesto que Felipe, como hijo de la bella Isabel de Avis, el gran amor de su padre, el emperador Carlos V, tras la batalla de Alcántara, una vez suprimidos los adversarios al trono, une los dos reinos en uno solo, pasando a ser Felipe I de Portugal.

Lo que trataremos es de discernir si este hombre fue un traidor a su señor natural, el rey de las Españas, o si realmente lo que fue es únicamente, un ejemplo como rey de las conspiraciones de la época, un representante de la elegante e hipócrita política italiana, país donde él se había formado, totalmente impregnada de las ideas surgidas de los escritos y tesis de Maquiavelo, tan en boga en todas las cortes europeas, y que daban pie y carta blanca, a todo tipo de manipulaciones políticas, donde las conspiraciones e intrigas eran las reinas de todas las cortes europeas, y cuya práctica era lo que realmente distinguía y hacía reconocer a los hombres de mayor talento. En esa línea, entonces, podríamos opinar que Antonio Pérez fue un brillante héroe diplomático, adelantado a su tiempo en lo que a Aquella España se refiere, víctima de un rey mojigato y fanáticamente catolicista y por ello limitado intelectual y políticamente. Muy similar a la mayoría de los arteros políticos actuales. De lo que se deduce que la política nada tiene que ver ni con ideologías ni con simpatías, ya que es, por lo que se ve, únicamente combinaciones de intereses, y nada más. Vamos, un fraude a los pueblos. Los altos cargos públicos y los líderes políticos, solo buscan, en mi opinión, un sobreenriquecimiento personal, y el encumbramiento propio y de los suyos, sin ningún tipo de escrúpulos, y si es posible a perpetuidad, tal como lo permite la injusta ley electoral de nuestro país, que les facilita todos estos comportamientos de manera abierta, y ante las narices de un amplio sector social, tristemente indiferente, católico y obediente, pasmado y paniaguado, y por ello, culpable de la falta de ideas que lleven progreso al país, y lo catapulten a los primeros puestos que internacionalmente le corresponden.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 30.06-2010