viernes, 14 de marzo de 2008

POLÍTICOS DE PACOTILLA: LADRONES Y BUJARRONES

POLÍTICOS DE PACOTILLA,
CARCOMA COMO POLILLA
Y CONSTRUCCIÓN EN LA VILLA. VA EN LA LISTA CERRADA LA CORRUPCIÓN CAMUFLADA


Políticos de pacotilla,
Alcaldes de medio pelo.
¡Viradores de tortilla!
¡Burladores de tropilla!
Lo mismo que perfora
La polilla destructora,
así como esa carcoma,
funden ellos sin consuelo
el público y rico suelo
que es del inocente pueblo.
¡Un duelo!
Y sin respeto ni razón
Construyen con fruición.
Y la recalificación,
Que es fraudulenta
Y no lenta,
Les da rentabilización,
Llevándose los dineros
De la espúrea comisión.

En barrancos y precipicios
Se construyen edificios,
Sin razón y sin principios.
Con agua de las riadas
Y con lluvias prolongadas,
Se desmoronarán las sierras,
Se vendrán abajo esas tierras
Y morirán como chinches
Las gentes en sus bochinches.
Perderán vida y patrimonio
Lanzando grandes berrinches
Y allá se fue aquel matrimonio
Que a él llamaban José Antonio.
Enterraditos quedaron
Sin entierro ni velorio.

¡Ay que pena, que pena!
¡se han muerto todos, que pena!
¡ay pena, penita pena
que me destroza la vena!
Por tierra fueron cubiertos,
En un minuto, y despiertos.
Apartamentos y pisos
Se desploman sin avisos.

Las calles bien obsoletas
De anchura de bicicletas.
La densidad demográfica
De coche y estilográfica
Discurre por esas vías
Aglomerada y sin tranvías.
La concejalía de urbanismo
Padece vértigo de abismo.
Corre, corre golondrino
Y emite bien tu trino,
¡trae la bolsa con buen tino!
¡y a celebrar con el vino!
¡Ja ja ja, a reírnos que es divino!
¡vamos a subir a un pino!
¡Como engordar el cochino,
es la comisión del vecino!

LA PISCINA:
El Coiro, Gervais
y Sol María

Repartamos esta tierra,
No necesitamos sierra.
Un pedacito no más
Solo me tienes que dar,
Para mi piscina instalar,
Y mi mujer poder nadar.
Pues la tengo que sobornar
Para mis pecados tapar.
¡Plash, plash, plash!
¡que bien sabe bracear!
¡Aquí no se puede mear!
Dice ella,
La más bella.
Sol María
La Aphrodita de la ría.
Una sirena en muladar
¡Solo es para nadar!
La confundió un desgraciado,
Aquella piscina a estrenar,
Con recipiente de orinar.
Se equivocó aquel invitado.

Ahora que ya somos ricos,
De comisiones a brincos
Nos vamos a dar dos bicos
dice El Coiro con respingos.
Bajo el agua transparente
De esta piscina excelente.
Que bien hicimos el nido
Al cambiarte de partido.
Traicionamos al PSOE,
Dando por culo al decente,
a compañeros míos,
que eran grupo bien ingente.
¡Jo, qué tíos!
¡Vaya! ¡Que desconcertantes líos!
Para partirme de risa
Con mi amiga Mª Luisa.
¡Mas, que importa vida mía
si ganamos la partida!
¡Que beneficios tan grandes
sacamos de estos tunantes!
De ese alcalde y de sus gentes.
Eso es lo que me importa,
Y es lo demás, ¡una torta!
De mísero delineante
En el ayuntamiento vecino,
y por traicionar a esa gente
Me han nombrado dibujante,
En este nuevo destino,
De palacios y castillos
Y alguna jaula de grillos
Y me han elevado, ¡a padrino!

Ay amor como te quiero,
Ahora que no nos ven
Disfrutemos en vaivén.
¡Hay! Se me fue,
no había puesto el retén.
¡estás tan guapa con ese sostén!
¡trae, préstame ese babero!
¡Se ha derramado el tintero! ¡desparramado como un florero!
¡Hay que gusto, fue aquí abajo,
tú te pusiste debajo!
¿Qué tenemos hoy, mi amor,
para comer en este estrado?
¿será acaso pescado?
¡No!, ya lo hemos de noche cenado
Pero para ponerme en estado
Paella he preparado,
Para celebrar de contado.
¡Que bien lo habías pensado!
¡Voy a ponerme morado!
Dame un poco pichoncito,
¡Hay que arroz, está durito!
¡está al dente carajito!
Toma una gamba cariño
¡De tu boca yo la pillo!
¡Anda ya, pásame el vino!
¡no, no! es mejor la coca-cola
que te ha de engordar la pirola
¡Hay! ¿Quieres hacerme un niño?
¡Por eso me haces un guiño!
O, ¿acaso se te metió en el ojo
El humo del cigarrillo?
Ya no estamos en edad,
Aunque ahora, la verdad,
Ha avanzado la ciencia,
En las cosas de empreñar,
Que es una barbaridad.
Anda, anda picaruela
Y ráscame la ciruela.
¡Que rica está la paella!
¡Me río yo de mi abuela!
¡Ay mi amor, tengo pies fríos!
¡Pues caliéntalos en los míos!
Tanto nadar y nadar
Te enfriaste sin parar.
Pero ahora vida mía
Te pienso yo calentar,
Con mi cuerpo de Tarzán,
Y a la tarde, y si es preciso,
Cuando te quites el viso,
Y tu cuerpo confortar
con abrigo de astracán,
negro como el gavilán.

¡Ala, corre, corre,
abandona el muladar,
corre al catre, ¡y a gozar!
Y sin parar de folgar.
¿en que quieres gastar mi chochito
este último milloncito?
Me ha caído sin contar,
Es que ya perdí la cuenta
De a cuantos debí estafar.
Ya está hecha la cadena.
Y ahora, y si doy la vuelta,
Repiques de pandereta.
¡Que buena la hice, que treta!
¡Ja, ja, como exprimimos la teta!

LA TRAICIÓN
Ramocín y María Santa

Rentabilizan con fruición
Sin importarles un cojón,
Como cofradía de Monipodio
Y pícaros en velatorio,
Cargos inmerecidos,
Solamente obtenidos
Mediante la desvergüenza
De haberse presentado
A unos públicos comicios
muchas veces amañados,
que casi nunca son claros.
Como en la cueva de Montesinos
donde todo era visión,
y eran puros desatinos,
también aquí estos señores,
se andan jurando amores
entre extraños y vecinos,
en tamaña confusión
Mentiras y corrupción
Es todo lo que sacamos
De estas gentes perversas,
Torpes, villanas y adversas,
Que se burlan y escarnecen
De la buena y noble gente,
Y luego desaparecen
Habiendo llenado las bolsas,
entre la agitada corriente.

Políticos de pacotilla,
Alcaldes de medio pelo,
Corruptos hasta la médula
que construyendo con rasilla,
arena, cemento, guasa y masilla
engordan, ellos y sus polillas,
sus cuentas gordas en bancos,
y en cajas, sus ahorrillos.
Al pueblo ya tienen harto
Aunque el echarlos no es fácil
Ya que se han puesto de parto.
Ha parido nuestro alcalde, tras las últimas municipales, y caído temporalmente de la poltrona,
Un monstruo feo a rabiar,
Un ser repulsivo, traidor y vulgar,
más horrendo que una mona,
pero,… ¡Oh maravilla! que ha repuesto al exalcalde
En su añorada poltrona.
Cataplasma es el doctor
Que ha parido ese señor.

Dio a luz ese pampero,
Ese exalcalde bananero,
Y por vía de la extracción,
Con euros a condición
A ese feto no parido,
hijo de la corrupción,
que por su apellido mariano
y por su rostro perverso,
es un judío converso,
¡Un traidor, un marrano!
Nos resultó un majadero,
Sin muebles en el cerebro
Este ya alcalde traicionero,
Al traer a este mundo
a ese bicho tan inmundo.
Aunque dice muy ufano
El del bastón de gobierno
¡Me importa a mí un cuerno,
el haber montado este infierno!

LISTAS CERRADAS
Engendran la corrupción

Camufladas en listas cerradas
Van las corrupciones dadas.
Ya se formó la cuadrilla,
la cuadrilla de tunantes,
¡Hostias, que pandilla!
Ladrones y maleantes,
Y en esa red clientelar,
resultado de aquellas listas cerrar,
Se fundamenta el muladar.

La oposición tampoco es buena,
Pues en tantos años no acierta,
¡Hay madre, que gran pena!
Nunca supo esta cuidar
A quien le suele ayudar.
Por lo tanto, y con acierto
Han de ir por el mismo cuento.
Y ¿Quién lo sabe?
¿Irán por el mismo cemento?
¡Será cuestión de temerlo!
Se forman facciones dentro
De cada grupo y concierto.
No hay respeto ni consenso
Y así viene el descenso.
Se enfrentan por mandar,
Aún dentro de su lagar.
¿Como se puede, entonces, arribar,
A buen puerto,
Si lo que hacen es faltar e insultar?
Como en campo de Agramante
Anda la bestia triunfante.
Desde las alturas,
Buena limpieza hay que dar
a todos los grupos que se piensan presentar, aunque la mierda es tal,
que para lavar ese mal,
los hayan de arrojar al mar.

Así se encuentra Adas,
a galope la construcción,
Levanta y levanta ladrillo,
Corre, corre que te pillo.
Revoque con masa y cepillo,
Tejas a mogollón,
Y el edificio bien enlucido
Destacando, y con buen brillo.
Bolsas de euros en un rincón,
comisiones que se han de llevar
políticos de pacotilla
y alcaldes de medio pelo
para engrosar su cartilla.
Especulación a mansalva
Que les hace criar calva.
Y tratamiento preferente
Ya obtiene alguna gente,
Unos cuantos constructores
Que bien se llenan los botes.
Ellos son, y alguno con bigotes,
Y otros, el de las largas narices,
Quienes arreglan los viernes
Los negocios y los bienes.
La cosa es entre alcaldes,
De urbanismo concejales,
Y todos esos rufianes.
Las listas libres y abiertas
Moderarían, sin duda
estas corrupciones ciertas.
Así, de aquella manera,
Se vería de primera
A la ciudadanía entera
Votar sin esa quimera.
El civismo y la confianza
Se darían una chanza.
La nueva luz de la esperanza
Apuntaría en la diana
directa como una lanza.

ALCALDE Y SOCIOS
La tropa canalla

Sofocada está por las heces,
E inundada de purines,
De políticos mastuerzos
Ese pueblo maravilloso,
Y a quien el político de pacotilla
Y alcalde de medio pelo,
Nos convirtió en bacinilla.
Rodeado está de villanos,
Su equipo es bojiganga
Escogido entre farsantes,
Y aún de entre aquellos,
los más lerdos e ignorantes.
Los más codiciosos patanes
Se distinguen en sus filas
Por su trato y ademanes
Con algún venidero,
Miserable y pistolero
Muerto de hambre y trilero
Se nos ha conchabado el putero.
Con un quinqui navajero,
Una escoria y vertedero.
Con larga nariz, como Pinocho,
Larganapia, ¡el embustero!
Estafador de agujero
Y algún hijo de cocaína y porrero.

Sigue, sigue, en esa tan buena compañía y condición,
Que ella te ha de llevar,
Y no ha mucho tardar,
Al altar de la emoción.

Febriles de abundantes euros, estos seres fraudulentos
Sedientos de poder y de gloria
Se hallan en estos momentos,
A causa de sus desenfrenos
ahogados en lamentos.
Arrojados, despreciados,
Desde el olimpo de Fraga
Hasta la más sucia braga.

LA PESADILLA
El tormento

Por el ayuntamiento de Adas
Bajan ya turbias las aguas.
Y a modo de Marbella chiquita,
Y aún no siendo tan bonita,
Ni tan suculenta la tajada,
Se ven venir a las leguas
Personas encarceladas.
Un frenesí que distingue,
Aunque todo aquello pingue,
A personas tan laboriosas
Que maquinan atropellos,
Y que por eso han de ser ellos
Los que paguen, si lo hicieron,
requiebros y devaneos
Con las estafas, prevaricación
Y cohechos.
Ya se acercan los corchetes,
de Santa Hermandad cuadrilletes,
a llevarse a estos pilletes.

Políticos de pacotilla,
Alcaldes de medio pelo.
Que han puesto siempre el velo
Para esconder como un pedo
Sus acciones de estraperlo.
Fabricantes de oposiciones,
Con gran descaro amañadas
Para dar puestos a cuñadas,
Amigas y enchufadas.
¡aparecen a puñadas!
Y para jóvenes, y aún menos,
De aquellos que son, los de ellos.
Concejales de urbanismo, Asesores con cinismo,
Granujas de colodrillo
Rásquense bien el bolsillo
Que ya viene la justicia
Arando con el rastrillo.
¡Todos condenados, y al castillo!
¡Haber mi nena!,
¿Donde escondemos la tela?
Dice el concejal de urbanismo,
Con su acusado cinismo,
A su guapa Marianela.
El último milloncejo,
Lo metemos…
¡en el nido del conejo!
Allí no han de mirar,
Ya que es muy particular.

Ya se corre por el pueblo,
Entre corrillos y chismes,
Que son unos bandoleros,
Descarados saqueadores,
Impenitentes troleros,
Avarientos corazones,
A quienes echan mil pestes
Las buenas y nobles gentes.

Croac, croac, canta la rana
En la ciénaga enana,
Llenándote la ventana
Con un canto de putana,
Como tu gestión, ¡marrana!

Políticos de pacotilla,
incómodos como ladilla.
¡Es que me ha votado el pueblo!
Dice el alcalde que es lerdo.
Y bien sabe el muy ladrón,
Que aunque es torpe,
Ignorante y mandilón,
Que la respuesta es bien otra,
Y no esa equivocación.
La lista cerrada ampara
la podrida corrupción,
y en ella va camuflada,
al pueblo la traición.
Quien, sin posible remisión,
ha de votar a bribones,
sinvergüenzas y lambones.
Y a quien no dejan más vía
Que esa confusión por guía.
Alcaldes de medio pelo,
Ya en manos del escalpelo
Que maneja con maestría
La corrupción del abuelo.
El monstruo favorecido,
Esa mafia de cotrosos,
Algunos de ellos foráneos,
Pero todos legañosos,
Y que habéis antaño creado,
Ya os domina, os amenaza,
Y os dará bien con la maza.
Hombre de paja ya eres,
Y sin ya nada dudarlo,
De la mafia que has preñado.
No os engañéis más tiempo,
Urracas de negra pluma,
Ladrones con traje nuevo,
¡Cerdos de negro pelo!
Ya que no corre buen viento.
El retablo de maese Pedro
Donde nada es verdadero
Ya que todo era remedo.
Vais a bailar la chacona
Con pandereta y coplilla.
Y nunca se ha visto en la villa,
Baile de una persona
Con su corte por corona
Con un aire, que ni en Sevilla.

De Catón el moralista
Han perdido ya la pista,
Y con lo que está a la vista,
¡A la cárcel el franquista,
el alcalde más arribista,
hijo necio de un cuentista
ladrón en empresa ebanista,
y padre de drogata extremista,
con todo aquel que es fascista,
y corrupto malabarista
teniendo entre el ámbito jurista
que pasar bajo una lista
la vergonzosa revista!

Que no os pierda más la codicia,
Rompe el saco la avaricia,
Por ello, y sin remedio,
Estáis perdidos de nuevo,
Y esta vez por mucho tiempo,
Si no emprendéis el vuelo.

Eduardo Fernández Rivas
31-03-2006






EPÍLOGO
R.I.P.

Se les ha muerto un concejal
¡Contratiempo en el corral!
¡Albricias ya hay otro en el portal!
¡Regodeo, me da un mareo!
Se les remueven las mientes
Rápidas como corrientes:
y…“Pito, pito, colorito…
¿Quien tiene más grande el pito?”
para llevarse el…premito,
y…¿será el de Manolito?
¡A esperar por el mortal!
No se sabe si entrará,
En ese berenjenal.
Un hip hop van a bailar
Que nos puede marear.
Pues, el que a la puerta ya está
y aunque ya fue concejal,
no lo tiene claro el chaval.
Además ese negocio
Es molesto como el bocio.
La verdad como en El Rabal
No está el terreno para nabal.
¿Dirá Manolito que sí?,
¿dirá Manolito que no?
Nadie dice la verdad,
o… ¿será que no interesa
ese hombre en esa artesa?
Su señora ya no vive,
Pendiente de si le admiten.
El deseo la conmueve,
Pero por cuenta del nueve
la muy lista, va y dice,
(Por miedo si él no asciende,
Y escondiendo lo que siente):
No quiero yo que allí entre.
Solo me dará problemas,
¡la sangre me la envenenas!
¡no me corre por la venas!
¡Prefiero que andes con nenas!
¿A quien quieres engañar
con esa manera de hablar,
y ese tipo de zalemas?
¡Anda ya con esos temas
déjate ya de pamemas,
y no cuentes falsas penas!
¡Mujer, que para bobo,
el anís de las cadenas!

¿Será el jefe marrullero
Que lo pensó en el entierro?
Alcalde ignorante y culero
Alumno del Gil “marbellero”
Quien no piensa colocar
En la salita de estar,
Y en un despacho sin par,
De este ayuntamiento de mar
A un Manolito a cantar.

Corregidor de La Perla, la bella,
Has de seguir tras la huella,
Si hay justicia en esta tierra,
Y si la verdad resuella,
Del alcalde de Marbella.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 01-04-2006



ELCUEROS, SISENANDO Y EL ENCANTO CRE`PUSCULAR DE SOL MARÍA

Ya la piscina no es cuento,
No es ya disfrute de a ciento,
Elcueros y su dulce Sol María
Se encuentran, debido al miedo,
Ya los dos de cagarría.
Los tiene Sisenando amenazados.
Intereses enfrentados
Los mantiene escarallados.
Andan los dos descarriados,
El uno por no soltar
Los euros que mal ganó
Con ese cómplice que derrochó
Y a manos llenas le dio
Aunque ahora diga le prestó.
Y viéndose necesitado,
Y en la ruina encallado,
Reclama con malos modos
Como si estuvieran beodos
Los dineros mal ganados,
En corrupción generados
Y que ahora tiene enfrentados
A estos dos desgraciados
Por esos dineros robados
Producto de sobornados
Y de clientes atracados.
En contratas inmorales
Viciosas por anormales.
Engaños episcopales
De codiciosos iguales.

Saliendo de la Marina,
De la comandancia fina,
Elcueros casi se orina.
El miedo lo contamina.
La cagada sobrevino
Y por la pata ha corrido
Líquida como de vino.
Y el otro que le va a dar,
Una hostia en el molar.
Se pelean desfondados
Dos viejos desvergonzados,
Dos perdularios corruptos
En una pelea de brutos.
Con la pistola en el pecho
Elcueros se ve maltrecho,
Y Sisenando en su derecho
Amenaza al berberecho
Quien sintiendo ya un mareo
Se desmaya en devaneo.
Salen las gentes de la taberna
Como las de Platón en la Caverna

Ni está ya el horno para bollos
Ni la piscina para repollos.
Sisenando el asilvestrado,
Por el diablo engendrado,
el antiguo y más preciado
socio de Elcueros acabado,
miembro muy destacado,
del municipal encofrado,
negocio espurio y rapado
de un ayuntamiento cruzado,
sospechoso, desde el capo
de ese ayuntamiento
a corrupción entregado,
hasta el más humilde trapo
de corrupción galopante
que convirtió en gigante
a ese mísero visitante.

Ya cayó el miserable
ya la ruina lo invade.
Por ello, con la pistola
Amenazado lo tiene
Elcueros que lo entretiene.
¡Y no es ello una trola!
el cura con su corola
no lo salva ni con estola.

Con alarmas de todas clases,
Y los más sofisticados planes,
Por el miedo que le acojona
Protege la finca la leona,
La Sol María de Ancona,
Su piscina y su persona.

Han de bailar la chacona
Bajo una humilde lona
Cuando pierda por felona
Tal maestra de fregona
Y de la mopa reinona,
como su amado hombre
El marqués de la cochambre
El capital más abusado
Propio de un degenerado.

Cámaras y más carteles
Anuncian alarma en papeles
Miedosas personas peleles,
Lo mismo que en los cuarteles.
Ha de repicar la campana
Antes que suene la alarma
En la casita amarilla
Adquirida por vía de lo inmoral
Cuando ya ese general
Perezca como mortal
Por aquel disparo fatal.
Y el de la larga nariz,
El pistolero aprendiz
Morirá como perdiz
Desesperado entre rejas
Tirándose de las orejas.
Y su socio el corregidor
con largas y blancas guedejas
estará en su compañía
como dos locas y putas viejas,
tirándose a la cabeza las tejas
que se caen del alero:
¡él me la tiró primero!
como si fueran almejas


Ya no saben lo que hacer
Sisenando les hace temer,
Blandiendo la pistola en alto
Les amenaza en un canto
Digno del malvado Otranto.

Tratan en desespero
La ayuda del tendero,
La del vecino sereno
Y la del honrado de Fiunchedo
Pero este ya les dijo cuando su ayuda pidió, y ellos no respondieron:
¡Como me ves te verás!
Y entonces nunca jamás
Mi ayuda obtendrás
Las consecuencias sufrirás
Por traidor y mucho más.

Es todo lo que merecéis,
Y vuestra desgracia atraeréis
Por el mal comportamiento,
¡Por cómplices de un criminal!
Ahógate ahora mugriento
Entre la brisa y el viento,
violadores sin cuento,
todos ellos y al momento
y ahogaros con tormento
en vuestro propio orinal.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 14-02-2008


VILLA DE ADAS
¡ÚLTIMAS NOTICIAS!

¡Últimas noticias en Adas!
Elcueros depauperado,
Canalla atemorizado,
Por cucaracha atormentado,
El malvado Sisenando.
Y el ex alcalde acojonado,
¡La cabeza del tinglado!,
Quien ya no pincha ni corta,
Y a causa de comisiones,
De estraperlos y pensiones,
Andan ya estos gorrones
Saltando por los balcones,
Huyendo unos de otros,
Enfrentando en pugilatos
A cucarachas con boniatos.
Pasando luego a mayores,
A jueces y abogados
Con juicios y alborotos,
Por ilegales contratos.
Y llenos de furia y arrojo
Y como tomate rojo,
En la calle y sin medida
Como quien toma una pinta,
Van y se arrancan los ojos

Andan en función tal, las cosas
Que vuelan cual mariposas
Sobre las humildes rosas.
Derraman lágrimas rojas
Sol María y Elcueros triste.
Anda Sisenando en amenaza
Pistola al cinto, y su faca,
Escondida en la carraca.
Dentro de la amplia faja.
Por el miedo atenazado
Anda Elcueros atormentado.
Cómplices que fueron de antaño
Hoy se odian sin apaño.

Ya la piscina no da,
Ni el amor que aparentaban
Mieles de circunstancia,
Si no más bien abundancia
De odios y contumacia.
Vender quiere ya su casa
De ladrillo y argamasa,
Elcueros muy coitadiño,
Y huir, y si es preciso,
Y por la necesaria prisa,
En calzoncillos o en bragas,
Y fugarse como rata
Saltando por la ventana,
De su casa, acorazada,
De alarmas de carcajada
Bien adornada y forrada.
Y con la picha bien baja,
Y con enorme canguelo
Por miedo de un sanguijuelo

Ambos juran, los falaces,
Ante los pasmados jueces,
Que son honrados y valientes,
De causas justas, y obedientes,
De las municipales leyes.
Se echan a reír magistrados,
Secretarios y abogados.
Las gentes de bien ya rechinan
De la comedia que dictan
Los muy bien encorsetados
Oficiales de juzgados.
Antes también sobornados,
Algunos realquilados,
Y alguna jueza repinta
Bebedora de una pinta,
Con pisos bien amueblados,
Por estos maleantes tirados,
Y hoy por hoy, ya castrados.
Por haches o por bes malditas
Andan las cosas fresquitas
En Adas la señorita,
Más dulces que rosquillitas.

Vende la casa moinante,
Y lleva de acompañante,
En ese equipo galopante,
A Sisenando embargado
Hasta el último denario,
Y con aquel capo tunante,
Aspirino, ¡el comandante!
Quien tocando el tamboril
Os querrá llevar a Estoril.
Y de allí, y en zapatilla,
Con dos chorizos y morcilla,
Amén de una bacinilla,
Sobre el mar, a la otra orilla.
Por principio de extradición
Se os ha de perder la emoción.
Y os han de pillar, ¡comadrejas!
Aunque os pintéis las cejas
Y ampliéis las guedejas.

Aunque me ha dicho primero,
Un amigo retrechero
A quien tengo por certero,
Que quiere huir el lacazán
Para vivir en Fontán,
Y esconderse ese paspán
Del malvado gavilán.

Y sabemos ahora señores,
Cosas que no son rumores.
Que entrando abril en calores
El asunto pasa a mayores.
Pues Sisenando de Petín,
El pistolero malandrín
Se puso malo de fiebres
Y en cama está con dos liebres
Que le han puesto en la cabeza
Apretado calcetín
Para suavizar las sienes,
Los colondrios y las mientes
Y que mee en el bacín
Orando a san Valentín.

El otro, el miserable del Elcueros
Aunque no vista vaqueros,
A ese pasmao de morralla
Le ha reventado la raya
Del miserable trasero,
Clavando puntas en tablas,
En maderos y en viguetas.
Se mea por las braguetas
Como si tuviera tetas.

Levantando está la defensa
Defendiendo cual princesa
Indignada por la ofensa,
Un muro contenedor
De las iras del peor.
Y el peor es Sisenando
Su hoy más malo enemigo
Y antes su gran amigo,
Quien ahora en el ombligo
Le quiere meter un higo,
Envenenado y podrido.

Dale que dale a los clavos
Clava bien ese tinglado
Y defiende ese pecado
Que te ha de costar el nabo.
Y si no ya lo verás,
Ni el bálsamo de Fierabrás
Te ha de ayudar
Donde estás.
Y aunque decidas ayunar
De sopapos y algo más
Nunca podrás,
Ya verás,
Salvarte con esa dieta
De la fuerte comedieta
Aunque laves en pileta
El follón de papeleta
Que se marcha en bicicleta
Para dar en la cuneta
Como clavos en tableta,
Tornillos en la vigueta,
Y aunque toques pandereta
¡Clara la llevas puñeta!
Te han de dar en las narices
Dejándotelas como lombrices
Amoratadas y tristes,
Y rotas como cristales
Por hacer de concejales
Y caciques principales,
Gentes sin ética ni principios.
Carne de corruptos precipicios,
Y mentes saqueadoras
Casados con mujeres zorras,
Hipócritas y avinagradas,
Que miran con miradas torvas
Llenas de envidia y codicia
Lo que a otros da la vida
Por natural inteligencia,
Madre de toda la ciencia,
Y por el mucho trabajo,
No por andar de badajo.
Brujitas acongojadas
Mirando siempre hacia abajo,
Que cargan en las espaldas,
Fregona, mopa y vergajo.
De paño, no de otra cosa.
Que es estrecha la raposa.
Barriendo y regando la acera
Con esa larga manguera
Que a todos nos desespera,
¡Como una loca ramera!
O como la rata del cuento:
Laran larita barro mi casita,
Y riego también la acerita.
Y como harás por la noche,
¿Acaso te pirarás en el coche?
¡Anda! colócate bien ese broche
Y después, cométe este brioche.
Yo te hago este reproche,
Vete a rascar la barriga
Y evácuate una boñiga
Y ¡anda para casa cochina!
Vete a lavar en la tina
Y deja de fregar esa esquina
Tan sucia de la cocina.
Vete ya infeliz vecina
Y piérdete en tu sucia orina.

Ande, ande, ande,
la marimoreeena
ya viene Sol María
hecha una verbeeeena.
Ande, ande, ande
Viene del notario,
Con gran alegría
Para el velatorio.
Han matado a Elcueros
Sin hierba ni veneenos,
Le han pegado un tiro
En los propileos.

Todos a la trena
A cumplir condena
Mientras su marido
Sin dar un berrido
Se fue de este mundo
Como un vagabundo
Bajo el estallido
Del bruto vecino
Que acabó con él
De un buen ladrido
De pistolón esparcido.

Moraleja

No olviden jamás, señores,
Aunque haya otros rumores,
Que nunca los bandidos
Pueden resultar amigos,
Aunque sí, es cierto, señores,
Que han de ser esos hampones,
Para cometer infracciones,
¡Cómplices de esas acciones!


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 17-04-2008



ODA AL INFELIZ SISENANDO DE PETÍN; “EL PISTOLERO MALANDRÍN”.
Y de cómo en un ataque de furia incontenida y arrebatada, devino el delincuente, en amenazar, pistola en mano, al caballero Valentín de Fiunchedo; La Flor de Adas, El orgullo de Samoedo.

El pordiosero más ruin,
Sisenando de Petín.
Descendiente de una tribu
Inconfesable y sin fin.
Y aunque ejemplar es de nómadas
Después de mil canalladas,
Y trapacerías sonadas,
Instalado, está ya en Adas.

¡De súbito y con pistola, Aparece entre unas matas!
Y al igual que vieja loca,
En persecución de unas ratas.
Con cara de “moucho” ruin
Apunta, amenaza e insulta, al Donoso Valentín.
Limonero, espino albar, saúcos, aligustre, y a sus pies, ¡calabacín!
Camuflado entre esas sombras,
Sobre el barranco de Che Che
El malcarado villano, desaliñado,
Como un Nosferatu sin lustre,
Hace su aparición el cutre.

Padre de grey raposera,
Quizás bastardo hijo
De gitano desconocido,
Persona taimada y artera.
Esposo desconsolado,
De una gorda retrechera,
Griselda: “La Trapacera”.
Chupado de pecho, encorvado,
Bereber, y bien delgado.
Con pelo atusado por engrasado
Sobre aquel cráneo mojado,
De piojos bien plagado.
Ropa pobre de mercadillo,
En el cuello, un pañuelillo.
Se asemeja por su aspecto, el descarado, a gato malhumorado,
A un ciclóstomo cagado,
Mixino desorientado.
Un desagradable agnato
Lamprea a tiempo pasado.
O a un apestoso calcetín.
Es, sin duda ¡Sisenando de Petín!
¡Pistolero malandrín!
¡Como un salteador cualquiera!
¡Anda buscando quimera!
Apuntando con pistola,
Y con su cara de trola,
Al gallardo Valentín de Fiunchedo,
Un garrido caballero,
La flor de Adas,
¡El orgullo de Samoedo!
Más este, con un garbo lisonjero,
Muy osado y bien gentil,
Da la espalda a la pistola,
Y al malvado pistolero.
Y tal desprecio arrogante
Confunde a aquel maleante,
De rostro pardo ceniza
Con su gran nariz de alcuza,
Que por pañuelo hace uso,
Durante el invierno brumoso
Y en tal apéndice acuoso
De una extensa gamuza.

Viendo su orgullo el delincuente “raspiñeiro”,
Tan altamente agredido,
Casi le da un vahído.
Abochornado el tunante,
Ultrajado y ofendido,
Por el desprecio ofensivo
De aquel caballero altivo.
Viendo su honor por los suelos,
Arrebatado de incontenida rabia
Y entre los incipientes majuelos,
Y sobre aquella verde savia,
Va, y se orina en sus zuecos.
Tan grande fue la meada
Y tal hedor emanaba
Qué como si estuviese en Babia,
Y preso de una furiosa demencia,
¡Apunta el cobarde a sus bolas!
¡Pensando volárselas todas!

Más la pistola avergonzada
Se rinde ante tal monada.
Y aquel cañón se derrite
Flácido e insustancial,
A causa de aquel triste
Y patético ceremonial.
Cuando el hermoso doncel
Quien muy airoso se aleja
Dejando a la comadreja,
En su cubil, más sumisa que una oveja.

Y aquí, continuando la historia
De esta nefanda gloria
Del infeliz Sisenando,
Pleno de incontenible euforia,
Quien viniendo del Petín
En mísero carretín,
Y aunque a base de trampas,
Corrupción y maletín,
Se haya forjado el ruin
Un supuesto y espurio botín,
Guardado en su casa que es cubil,
Convertida en polvorín.
Guarida de zarina y Rasputín
Pero muchos ya lo sabemos,
Aunque no los que son memos,
Que no da el dinero casta,
A quien su naturaleza gasta,
En delitos por la “pasta”

Creyendo por todo aquello,
Y no reflexionando en ello,
Aquel emigrado en la Francia
En su palurda ignorancia,
No necesitar guardar distancia.
Que con oro en abundancia
Y con esa “pasta” gansa,
Sería muy fácil lidiar
Con más altos caballeros,
De dignidad ejemplar,
¡Que a coña lo van a tomar!
¡Y qué mil vueltas le han de dar!

La ignorancia más ramplona
Al asilvestrado encona.
Acabando estas historias,
De burlas y pedorretas
Que han de sufrir en sus jetas
Maleantes montaraces,
Desgraciados y tunantes.

Por ello la moraleja
Que de aquí ha de seguirse,
Es que se ande con cuidado
El contumaz desgraciado,
Pues, el ¡“pim, pam, pum,” fuego!,
Le ha salido al embustero
Al revés, ¡en su plumero!

El flácido cañoncito
Se ha metido despacito
En el plumero sumido,
Negro y entumecido.
Culo que huele a podrido,
De Sisenando el bandido.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 08-06-2005