viernes, 18 de febrero de 2011

MI QUERIDA VILLA DE SADA


REFLEXIONES EN VOZ ALTA
"Almudena con Turquesa"
Retrato de Almudena Pena (la hija mayor de Lito el del Moby)
Óleo sobre lino
46x37 cm
Casi Todos los pueblos y ciudades cuidan, y aún miman a sus artistas. Saben que es una de las mayores glorias para ellos. Con los años, la visita a la casa donde nació el artista, y al museo que en esa ciudad se haya preparado con su obra, repartirá beneficios, y para siempre, tanto económicos, como de todo tipo de publicidad para ese pueblo, y aún más. Dando perennidad y gloria al regidor que hubiera realizado tales cosas. De mi pueblo llamado Sada, nada de ello puedo decir, más bien, y para su desgracia, todo lo contrario. La ingratitud, sobre todo institucional, que es a la que en verdad me dirijo, resulta tan profunda, cateta y desleal, que no tiene nombre. Gentes de afuera, en muchas ocasiones, me han preguntado acerca de estas cosas. Siempre me he sentido muy mal al tener que responder con la verdad, que aunque tratase de dulcificarla, la increíble y dura realidad se traducía enseguida.
Alcaldes codiciosos y aún cargados de envidia, pero sobre todo uno, que durante su funesto, por excesivamente prolongado, y corrupto mandato, manipuló a su red clientelar y cortejo, con la finalidad, no solo de silenciarme, si no aún de desprestigiarme y acosarme cruelmente, tratando incluso arteramente de correrme de mi ciudad y mis raíces, a través de algunos de sus protegidos, y entonces socios de ladrillo; gente ruin y terca, y alguna además foránea. Todo en una conspiración realmente cobarde, cruel y casposa. Nunca lo consiguió.
Soy más de Sada que él, y la glorifico como embajador en cada una de mis exposiciones fuera de ella: Italia, New York, La Haya, Sevilla, Madrid, Barcelona, en toda Galicia etc. El nombre de mi pequeña ciudad va siempre, con gloria y limpieza, conmigo, allí a donde yo lleve mi obra y mi persona. Gobiernos de la Xunta de Galicia, y otros, me han distinguido, y ya desde hace muchos años, como uno de los artistas más notables, confirmado por las muchas compras y exposiciones que de mi obra han realizado. Entenderán que sienta un desprecio profundo por la mayoría de esas gentes que configuraron aquellos distintos y cochambrosos gobiernos, a las que me he referido, y en especial por su detestable líder. De la ciudadanía, pues ¿qué se podría decir? Creo que mucho también, pero no voy aquí a explicitarlo, en el deseo que los lectores hagan su propia reflexión, y si pueden la publiquen. A punto de cumplir los sesenta y tres años, creo estar en el derecho de publicar estas cosas, y aún otras que vendrán. La asistencia a los diversos eventos que yo realizo: exposiciones, conferencias, presentación de libros de mi autoría etc. De Sada, y en alguna y rara ocasión, una o dos personas en ellos he visto. Nada tengo que agradecer a mi pueblo; él a mí, mucho.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 18-02-2011