Ciudadanos y el PP, un ripio
Lo mismo que una
irritante Fräulein Rottenmeier combinada con un Savonarola descafeinado,
semeja, según los componentes de “A Taberna do Croio” el sobreactuado Albert
Rivera y su teatrillo político. Como un niñato atrevido se arroga las
atribuciones de un juez, matizando lo que es corrupción y lo que no, cuando
todos sabemos que la prevaricación que él ahora en contradicción respeta, es
corrupción profunda tanto política como ética.
Como si hubiesen
alcanzado un gran triunfo electoral se permiten dar consejos, instrucciones, y
exigencias dentro de un comportamiento fachendoso y propio de institutrices
ridículas y odiosas. Como si él gobernase a todos y a todas de manera
autoritaria y ripiosa exponiendo como un verso suelto unas razones
sobreactuadas que luego van derivando conforme a los intereses del líder y
agrupación. Lo mismo que un baile turco de caballeros con amplia falda resultan
los componentes de ese partido cansinos y ampulosos. El PP en su desgracia
electoral no sabe ya por donde tirar y se acoge tontamente a Ciudadanos
haciendo el ridículo más espantoso y patético. Qué reconozca ya ese partido,
herido por la corrupción y otras, que todo es un montaje destinado a enturbiar
la política y a la ciudadanía desesperarla, a la búsqueda resistente de glorias
pasadas y que no recuperarán. Las soberbias e injustas políticas de Rajoy de la
pasada legislatura han dado como resultado todo este irritante desastre. Y
Ciudadanos que baila con cualquiera que le mantenga en la actualidad mediática
que piense que su partido, debido a ese tipo nada serio de comportamientos,
quedará en breve reducido, al menos en el ámbito nacional a mínimos, y quizás
en proceso social de desaparición. El ejemplo lo tenemos en UCD y en la más
reciente debacle de UPyD que parecen
fundamento ideológico del partido que lidera Albert Rivera. Que se vayan a
hacer labor de ganchillo o crochet y que no enmierden más aquello que ya está
bastante enlodazado, y permitan a los partidos más serios, nuevos, y
esperanzadores la regeneración política en este atribulado país. Esto pensamos
al unísono en “A Taberna do Croio”.
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de
Fiunchedo-Sada; 24-08-2016