lunes, 2 de mayo de 2011

POLÍTICOS, FINANCIEROS, OPOSICIÓN, Y LA CRISIS


POLÍTICOS, FINANCIEROS, ECONOMISTAS, Y LA CRISIS

Cuadro: óleo sobre lienzo
Título: "TROPA POLÍTICA"
Año: 1998
Propiedad particular (Colección Paco Valeiro)

POLÍTICOS, FINANCIEROS, ECONOMISTAS, Y LA CRISIS

La desvergüenza de unos; los del gobierno, por no saber poner coto, o una buena zancadilla a la crisis por falta de prevención; otros, los de la oposición vocinglera por la profunda deslealtad con la que se vienen comportando, y con uno de sus miembros, el Sr. Rato, en la dirección del FMI, previamente a la crisis y durante su inicio y desarrollo, de una ineptitud tan increíble y absurda, que bien mereciesen el escarmiento mayor, que sería aquel de no ser votados, y despreciados así por la mayoría de un país al que tienen crispado y encendido. De todas maneras, tales sentimientos de desprecio que una mayoría de la sociedad de este país siente hacia sus políticos del color que sean, debiera traducirse en las urnas con una tan exigua participación que esos comicios tuviesen que darse por nulos. La humillación, que nuestra ya demostrada incapaz, tropa política sufriría, obligaría a todos y todas esas personas que nos respetan tan poco, a replantearse su posición y actos. Se escarnecen entre ellos de mil maneras, únicamente por la permanencia o asalto a la amada poltrona, pero sin tratar con el celo necesario, y aquello por la democracia exigido, del bien público, que en realidad es su verdadero fin.
El crimen, y aún la incompetencia más palmaria definen a los economistas, a los más altos financieros, así como o a los agentes de las bolsas de comercio más importantes de este perro mundo, y aún a la banca más prepotente, usurera y judía, que o bien no previeron lo que se nos venía encima, siendo por ello, unos malos profesionales por incompetentes; o si eran conocedores y muñidores de tal desastre económico mundial, que les beneficiaría de manera infinita; entonces esas gentes, que de tal manera se comportaron, merecen la cárcel. Desconocemos sus nombres, quizás interesadamente ocultos desde la planificación y proceso de tal saqueo mundial, en el secretismo delictivo más absoluto y despreciable, y que a tenor de los hechos son quienes manipulan, desde la sombra, a los poderes y cargos públicos, en manos de títeres inflados y fachendosos.
Y retomando el tema de la política nacional, que en estos días se ha tornado quebradiza y cutre, ya sea por parte del desnortado gobierno, o de aquellos que están en la triste oposición, y a quienes vemos verter, con intenciones electoralistas, los disparates más descomunales y absurdos en cuanto al paro y a la precariedad en el trabajo. Todos sabemos que la patronal, en su mayoría es conservadora, y por lo tanto de derechas, y ya sabemos que la derecha en este país huele a rancia franquicia franquista repleta de prebendas. Sabemos por ello que muchas empresas están, ayudando así al PP y machacando al gobierno, despidiendo, muchas veces innecesariamente a trabajadores, escudándose en la crisis, que de esta manera, y arteramente les conviene, ya que así, sí triunfan en los comicios generales los suyos, entonces tendrán los patrones, la oportunidad de dar empleos precarios, a modo de caridad, pero que el obrero, tras pasar estos últimos años en la desesperación más profunda, ha de acogerse, y lo que es peor, pero comprensible, con alegría a lo que los hipócritas y sonrientes patrones les ofrezcan, quedando así, la antes oposición, en el lugar glorioso de salvadores de la patria. Y de esta manera, los derechos sociales y obreros de todo tipo, habrán de sufrir una involución que luego se hará muy difícil de superar, situando de nuevo a la patronal y su partido político, en las condiciones de señorío y privilegio de antaño, retornando a un solapado y nuevo sistema de esclavitud. Una vuelta atrás, bien triste y gravosa para una sociedad que durante un tiempo, ingenuamente se creyó moderna y progresista. Todos aquellos derechos conseguidos con tanto trabajo y años de lucha, de nuevo al carajo. Ganan siempre los mismos: los malos, que aún siendo los menos, resulta que son los más ricos, siendo indudablemente quienes hacen de nosotros un pandero, y de los gobiernos y sus representantes, contrarios a sus fines, un sayo. No me extrañaría que entre otros, el riquísimo y poderoso Club De Bilderberg, configurado por una tropa innombrable, estuviese detrás de tanta precariedad económica mundial. Y nunca debiéramos olvidar, que cuando una sociedad está sometida a un extraño desorden, acompañado de manifestaciones públicas de carácter reivindicativo, y a veces violento es, únicamente porque tiene la percepción y aún la seguridad, de pertenecer a un estado injusto, o que al menos así, tan injustamente le trata.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 01-05-2011