martes, 10 de septiembre de 2013
UN BASTÓN DE MANDO: EL CETRO DE DIOS EN LA TIERRA
UN BASTÓN DE MANDO: EL CETRO DE DIOS EN LA TIERRA
Bajo la severa mirada de Dios,
Y en la misa principal
De la fiesta patronal,
Se rebeló en los festejos
La desaparición ¿ocasional?
Del cetro más ancestral.
Policía por un lado,
Policía por el otro,
Y como un bosque animado
Se dio por extraviado
El cetro municipal.
Bastón de mando perdido,
Bastón de mando al olvido,
Y en la misa un nerviosismo
Con el público entretenido,
Confuso y escarnecido,
Que acabó en chascarrillo.
El alcalde Ernesto Anido,
Aunque serio y aguerrido
Sufría por tal motivo.
¡Casi le da un vahído!
¡Ay dios mio, pobre tío!
¡Donde está el bastón de mando!
¡Donde está, está perdido!
¿Quién sería ese jodido
Que lo ha birlado sin tino?
De posibles chanchullos
Y de trileros capullos
Debe ser tan feo asunto,
Que aunque con buen disimulo
Me tiene ya envenenado
Como almorrana en el culo,
Y el corazón traspasado…
El cerebro enajenado
Sin saber de ese presunto
Qué es más rancio que el unto.
Gordura interior
De la grasa de un animal,
En este caso, ¡un criminal!
El policía exterior
Conminado por el regidor
No encuentra el bastón
Que custodiado se hallaba,
Según decía el muy cabrón,
En blindada habitación.
¡Vaya por Dios y la Virgen!
Ese bastón que es la imagen
Y símbolo inmarcesible
Del poder que me invistió
Hace dos años la corporación.
Virgen santa virgen pura
Haz que apruebe esta asignatura,
¡Y aparta Dios de los ejércitos!
Este cáliz de vergüenza
Que enrojece hasta mi jeta
Y castiga a los malvados
Ya bien del cielo arrojados
Que en tal trance me pusieron
De risas y chascarrillos
En día tan señalado
Y en esta misa ocupado
¡O más bien preocupado!
Por saber donde está el cayado
Que me han violentado.
El alcalde con rostro solemne
No se inmuta entre la gente.
Más el secretario excitado
Hace un respingo exaltado
Viendo a los fieles mofarse
Y entre miradas zafarse.
La concejala Almudena
Con gesto de Macarena
Mira hacia el cielo con pena
¡Hay Señor de los dos cielos!
Madre amantísima de Chelo,
La de la tienda del Tarabelo,
Moza creyente y de misa con velo
A quien nunca se le ve ni un pelo.
¡Qué se busque de inmediato y se encuentre ya ese cetro!
¡Qué ya me meo por dentro!
¡O les arranco los huevos!
A esos policías necios,
Chulos, y vagabundos,
Incompetentes y mudos,
Que no saben ni de honor
Ni de la gran humillación
Que como una maldición
Sufre este buen corregidor,
¡¿Trabajarán para otro señor?!
De ser así ¡que pavor!
¡Me traicionan en mi honor!
¡Qué infamia haber robado
El bastón acanalado!
Que tanta fama me ha dado,
Y al concello de Sada indignado.
Entonaba en la calle un condenado
Con calcetas y mandil:
Llora como pobre mujer
Lo que no supiste como hombre defender…
Como su madre le dijo a Boabdil,
Alumbrando con candil
En la hora triste del perder
A Granada y su querer.
La falta de un buen ujier
Que te hubiera salvado
De este momento complicado,
De esta burla sin sentido
Por un delito cometido
¿Quién sabe por quién?
Aunque yo me lo imagino,
¡Y no soy tonto, y tengo tino!
Vamos a ver Ernestito:
¡Qué no vuela el pajarito!
Alguien lo tiene guardado,
Y guardado a buen recaudo,
Y lo tiene bien pensado
De lucirlo algún día
Como oficial y como guía
De máxima autoridad
En este vulgar pajar
Que más parece muladar
Este concello de mar,
Y que durante algún tiempo
Lo hubo ya de gobernar,
Y piensa salir de nuevo
Igual que de la gallina el huevo,
Y en la sartén estrellar,
Y luego a otro cantar.
Triunfante como don Suero
Aquel de los sabañones,
El de Valdecorneja y Quiñones.
¡No te achantes Arnestito!
Y busca raudo ese palito
Para lucir bien fresquito
En la fiesta más estelar
Que ha de ser y sin tardar
¡La misa de Navidad!
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 09-09-2013
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