martes, 9 de noviembre de 2010

MAJADERÍAS PAPALES



UNA DE IGLESIA CATÓLICA

Foto: el faraón Akhenaten (Amenhotep IV)
XVIII Dinastía (S. XIV a.d.C.)
Museo del Louvre (París)
Realmente el arreglo de las vestiduras y corona ritual es
casi exacto al del papa de Roma. Anacronismo absoluto.

El desarrollo de las sociedades ha sufrido un retraso de veinte siglos a causa de las profundas mentiras impuestas a sangre y fuego, propias del abominable dogma católico, de su irracional inmovilismo aristotélico, y la terquedad enfermiza y fanática de esa iglesia, sobre todo, allí donde esta ha ejercido más expresamente su criminal influencia. En pocas palabras: “La iglesia, en sus métodos de enseñanza y adoctrinamiento, ha promovido siempre la ignorancia, la mentira y la miseria en todos los ámbitos. Ello, como medida de un interés calculado, así como motivada por un instinto de autopreservación, creando milagrerías santeras y perniciosas, sacándolas luego a las calles, ya mediante espantosas y macabras procesiones, y fiestas patronales del santo, o de tal o cual clase de virgen, y que luego, hábilmente convierte en tradiciones, siendo ello la disculpa para perpetuar tales disparates, propios de culturas desaparecidas hace siglos. Convirtiéndonos en ese ámbito escatológico en fósiles vivientes. Un pueblo, en el que ese tipo de tradiciones pesan más que la razón, las libertades y todo lo cívico, difícilmente podrá adaptarse a sistemas de gobierno democráticos y progresistas, ya que sus mentes están cargadas de nefastas fábulas, y sus corazones, por lo tanto, se mueven y conmueven al compás de tales majaderías, las cuales, para su propia desgracia, y del conjunto, consideran absolutas verdades”.
La visita del papa-faraón, con una parafernalia de teatro macabro medieval, no es más que una trasnochada celebración jubilar anacrónica, propia de los jubileos de los antiguos faraones. La iglesia católica es el fósil vivo y casposo que se niega a desaparecer, de aquellas religiones del Antiguo Egipto o Babilonia, respetables para su época, pero no para la nuestra. El papa después de la serie de majaderías y crueles atropellos contra personas y colectivos, pronunciados en la reciente visita a Santiago de Compostela y Barcelona, debiera ser considerado en nuestro país persona non grata, y el dogma católico que preside, ser puesto fuera de la ley y desguazado a perpetuo.


Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 08-11.2010

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