miércoles, 30 de enero de 2008

DEBATES NA TABERNA DO CROIO 1; CORRUPCIÓN URBANÍSTICA

LAS FORTUNAS GENERADAS EN LA CORRUPCIÓN POLÍTICA

URBANISMO ESPECULATIVO Y SALVAJE


Las fortunas de argamasa cubeta y ladrillo, algunas más aparentes que ciertas, generadas al amparo de la corrupción política de estos últimos años, y muchas de ellas sin consolidar, debido a que han sido conseguidas al albur de un oportunismo sin escrúpulos, propio de gentes de toda laya, y emergidas sobre todo, de entre el patanismo más aldeano, salvaje y primario, que convirtió a esos nuevos representantes del ladrillo, de la pala y del cemento, en constructores y promotores accidentales, muchas veces dentro del empresariado pirata más detestable, quienes adulando a un poder político compinchado, miserable y arribista, y sin una ideología social convencida, sobre todo a aquel poder más cercano, el local, consiguiendo entre todos ellos, estafar de una manera desvergonzada y sin precedentes a la sociedad mayoritaria de este desgraciado país. En connivencia con entidades bancarias y otras financieras de cuidado, creadas al cobijo de ese negro paraguas de la corrupción, sembraron este país de gravosas hipotecas, fraudulentas, escandalosas e innecesarias, sumiendo a la ciudadanía en su mayoría, en una pobreza profunda, aunque disimulada, que por desgracia y obra de la alentadora, e interesadamente sobornada política más degenerada de los últimos tiempos, esa pobreza ha de durar años.

Es bien cierto que todos esos gañanes, semianalfabetos en su mayoría, han fundamentado sus recientes fortunas en unas bases muy precarias. Si bien es cierto también, que esos alcaldes, muchos de ellos asimismo patanes irredentos, concejales, presidentes autonómicos y concelleiros, así como otros muchos cargos más, de instituciones públicas que hayan interesadamente permitido todo este lamentable estado de cosas, si bien sus fortunas, antes del codiciado acceso al poder, fueran inexistentes, han de tener graves problemas legales para consolidarlas y legalizarlas, ya que han sido fraguadas en la corrupción más disoluta, alentando la especulación más disparada, al acogerse a leyes del suelo, montaraces, permisivas y ambiguas, al margen de la razón y del sentido común, y que se cimentaban en aquella premisa descabellada de que “todo terreno era urbanizable”. Esto, en manos de alcaldes sin escrúpulos, sin un mínimo de sensibilidad ética o estética, y sin formación académica alguna, aunque también los otros, los de carrera, no hicieron ascos, sino que promovieron, desde un poder casi omnímodo y absurdo, el de los ayuntamientos, todo este mercantilismo y desenfreno urbanístico, causando un daño irreparable en todos los rincones y espacios de este país, tanto del litoral como de las tierras del interior. Con la finalidad única y detestable de llenarse los bolsillos.

Todos aquellos magistrados, jueces y juezas, niños y niñas, que muchos de ellos fueron un día de caldo a la merienda, y alumbrados a moco de candil, picapleitos de platillo y faltriquera, y otros funcionarios de los diferentes juzgados y audiencias, que como todos sabemos, han sido necesarios para dar curso a toda esa corrupción, sobre todo en el campo urbanístico, y que hoy cuentan en su patrimonio con pisos, chalets, apartamentos, y autos de alta gama, imposibles de conseguir con su sueldo, y que se codean en cenáculos, que aunque caros, no dejan de ser horteras y chabacanos, presumiendo de ese tren de vida, para ellos nuevo y nunca soñado, deben ser descubiertos y sancionados como se merecen. Para ello habrá que romper ese corporativismo, socialmente ofensivo que los encubre. Policías asimismo entregados, según fueran sus posibilidades y cargos, también al concierto desafinado de esa corrupción galopante, a partir de ahora, deben reflexionar acerca de su comportamiento, aunque quizás sea mucho pedirles. Qué sus trapicheos autorizando lo imposible, y cobrando mordidas, utilizadas en hacerse el chalet, meterse a constructores promotores, y adquirir autos que se escapan a la capacidad de sus salarios, sean por ello descubiertos y castigados, si verdaderamente los nuevos gobiernos con pretensiones de limpieza y moderada socialización urbanística, llevan a cabo el cometido para el que les hemos colocado allí.

Las leyes de punto final, aunque sean encubiertas, lo mismo que lo fue nuestra tan cacareada transición política, nunca serán aceptadas por los demócratas verdaderos, quienes exigimos que todas estas gentes que de tal manera nos han estafado durante años, y que todos conocemos, dentro al menos, de la localidad de cada uno, y que además, desde la seguridad de sus cargos públicos unos, y desde el más conchabado, espúrio y sórdido encumbramiento económico otros, y todos ellos, compinches beneficiados en el asalto y mala utilización de la ya tristemente desarrapada casa común, se han estado riendo de las gentes honestas durante años, exigimos legítimamente el trato legal, y también el social, correspondientes a estas gentes, y a la calidad de su obra.

Ya conocemos algunos casos en que estos abejarucos de ladrillo y esparavel, tienen ya graves problemas, tanto con indignados clientes engañados, como con entidades financieras, debido a morosidad, por impagos ocasionados por la imposibilidad de venta de viviendas de todo tipo, motivada por la irregularidad de muchas de sus construcciones. También ha sido causada esa disminución de ventas, al destaparse el fraude de la relación calidad precio, en la mayoría de esas construcciones.

Bien, como al principio decíamos, esas fortunas mal ganadas y peor utilizadas, además, nunca consolidadas, debido sobre todo a una codicia insatisfecha, generada muchas veces, en infancias ya lejanas, desarraigadas y tristes, de precariedad lastimosa, se vendrán abajo de manera paulatina, aunque sin pausa. Lo más difícil de descubrir y castigar, y esa es mi pena, son aquellas fortunas ya previamente existentes, propias de algunos jerarcas eclesiásticos de todo nivel, metidos, con el dinero de “Dios”, que aportan los fieles y el pródigo estado, a tapados y arteros inversores inmobiliarios, y sobre todo, aquellas de los hipócritas “Boni”. La causa de su reforzamiento patrimonial, ha venido dado por aquellos cargos públicos arribistas, que esta casta de los “Boni”, misiles escamoteados, procedentes en costumbres y fortunas, de aquel no lejano amiguismo autocrático, y enquistada en los entresijos democráticos, desde la transición. Sus epígonos, con máscara de progreso, continúan ocupando obstinadamente esos cargos, de una manera o de otra, convirtiendo en mojiganga la mayoría de los plenos municipales, y los actos públicos institucionales. De todas formas, espero y deseo, que todo ello salga a la luz, y que sea repuesta la legalidad después de la hecatombe. La siempre necesaria bajada a los infiernos para toda purificación. Y entonces la tranquilidad social, por fin, pueda ser repuesta y disfrutada, al volver, por ello, a confiar en la clase política, que al día de hoy, resulta grotesca como de moco de pavo, y después de lo comentado, consideramos además, a la mayoría de sus representantes, verdugos y burladores de la sociedad, innecesariamente distantes, horteras y arrogantes, pero sobre todo, y lo que es peor, vergonzosa y públicamente sobornados.



Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 29-08-2007

viernes, 25 de enero de 2008

DEBATES NA TABERNA DO CROIO 3; HOMOSEXUALIDAD

HOMOSEXUALIDAD: LA TRAGEDIA CREADA


Y ahora, amigos míos, después del tema tratado anteriormente, sobre el Pazo de Meirás, debatiremos hoy, algo, que de manera indiscutible, y como ya habíamos acordado, está en el punto de mira de nuestro interés. Aquel asunto tan penoso, dentro del agravio comparativo más cruel y segregador, y que colea desde hace demasiados años en nuestra hispánica sociedad. La homosexualidad. La saña de los gobiernos franquistas, en connivencia con la iglesia católica más sádica e inhumana, se han cebado desde siempre, con una de las naturales, y tan dignas como cualquier otra, de las vías del amor. Este, de la homosexualidad, amigos, será el tema a tratar en el trabajo de hoy.
¿Cuántos padres han sufrido la inmensa desdicha, al descubrir en alguno de sus hijos varones o hembras, las heterodoxas, aunque incipientes, inclinaciones sexuales y amorosas del impúber? Muchos padres, y sobre todo las madres, criadoras y educadoras de la prole, sobre todo en la infancia, se han sentido innecesariamente desgarradas por algo, que únicamente, es de cuestión educacional bastarda, y de creencias espurias y erróneas. ¿Cuanto han sufrido esos jóvenes de ambos sexos, para llevar una convivencia “de regular apariencia”, dentro de la familia y del grupo, de manera camuflada, y plagada de soledades tristes, cargadas de amargas lágrimas dentro del silencio más brutal y atormentado? Si nos consideramos humanos, no podemos permitir que estos terribles despropósitos continúen.
La homosexualidad, algo tan natural y legítimo como la vida misma, ha sido, y es, brutalmente trastocada y condenada, por sistemas políticos y religiosos, de una crueldad y patanismo montaraces e incomprensibles. ¿Cómo un credo que pretende ensalzar el amor, puede ser tan dañino y condenar a los infiernos, para toda la eternidad, y sin paliativos, a tantos millones de sus fieles, sometiéndolos a una tortura tal, a causa de una naturaleza que ellos no han buscado ni elaborado, y que desde ese creacionismo católico, sería únicamente obra de su particular dios? ¿Acaso pretenden, en su obcecada intransigencia, enmendarle la plana a ese su dios?
Desde aquí, exigimos por humanidad, la indiferencia más clamorosa hacia las voces trogloditas de las sotanas.
Resulta innegable que la sociedad actual, a la luz de los conocimientos que ha dado la enseñanza, más o menos en libertad, pero indudablemente más permisiva y racional que la de aquel, aún cercano y torturador nacional catolicismo, de mi infancia y juventud, debe recapacitar, y reponer la legitimidad (la legalidad ya está conseguida) de un importante sector social, que vive esa naturaleza como una tragedia familiar y social de enormes proporciones. Tristemente heredera esa sociedad, de aquel rancio régimen que persiguió y castigó hasta la humillación más desvergonzada, y en el ultraje más ignominioso, a esas personas, y convirtió en tragedia, siempre tensa y callada, la convivencia familiar y las relaciones sociales, dentro de esas circunstancias. Sí la educación fuese acorde con la realidad y leyes naturales, nunca ocurrirían esas cosas que las desnaturalizan, desestabilizando a personas, familias y sociedades, generando problemas graves, allí, donde en realidad no existen. Solo tragedias basadas en algo ficticio, virtual, creadas por sistemas político religiosos torpes, depravados, maniqueos, interesados y crueles.
La Antigüedad clásica; pensemos en Egipto o en Grecia, esas cosas eran parte de la normalidad propia de la vida de cada individuo, al menos entre las clases más acomodadas y cultas, donde la influencia de los sacerdotes más cafres, ignorantes y pueblerinos, no penetraba. Nadie se metía a criticar, y poner en tela de juicio, la libertad de vivir como uno o una quisiera, su vida erótica y sentimental. Esas eran cosas propias, privadas e íntimas de cada persona. En aquellas culturas nunca se consideró que el amar fuese un delito o un pecado, independientemente de quien fuese el objeto de ese amor. ¡Estaría bueno, que entre adultos, se tenga que dar explicaciones de a quien se ama y como se ama! Ni tan siquiera, en aquellos tiempos, se había acuñado término alguno que diferenciara el hecho sexual. Eros no solo era la divinidad primigenia, aquella por la que se genera la vida, sino también, la divinidad propia del placer más íntimo sin necesidad de descendencia.
De todas maneras, si los homosexuales, en cualquier disciplina o actividad profesional no difieren para nada del resto de los mortales, en el campo de la creatividad, y en todos sus ámbitos, de sobras lo sabemos, las gentes con esa naturaleza, nos han proporcionado siempre, hechos y obras artísticas, musicales y literarias realmente extraordinarios.
Dejemos de ser chabacanos, bromear, insultar, y de mirar mal a nuestros hijos e hijas, lo mismo que a los del vecino, hermanos y hermanas, gays o lesbianas. Para empezar, erradicando esos términos, y permitiendo la incorporación de esas dignas naturalezas, al discurrir normal de las sociedades, tal como siempre lo había sido, y condenemos el comportamiento sectario y cruel, alentado por un régimen autoritario y perverso, asociado a un credo religioso, plagado, por demás, de pervertidos pedófilos y fariseos irredentos, que desgraciadamente, desde su prolongada y privilegiada posición de poder, modificaron conciencias, llevándolas al error más profundo y despreciable. Demos a los padres la satisfacción y la alegría de pensar que no existe tragedia, que tienen en esos seres, unos hijos y unas hijas tan maravillosos como los otros, y a la búsqueda de su felicidad y plenitud, con los mismos derechos y deberes que los demás.
Hay quienes, en un intento recalcitrante de buscar motivos de crítica y desprecio, dicen que las manifestaciones gay y lésbica, resultan de una vulgaridad histriónica exagerada e improcedente. Y yo digo; que es precisamente ese sector, de carácter abierto y alegre, que no vacío ni superficial, tan lleno de color y de talento, el más capacitado, debido a su singularidad, para llevar a cabo ese tipo de reivindicaciones. Y digo también, que gente amante del respetable, necesario, y creativo mundo de la farándula, existe en todos los campos, tanto en el homosexual como en el heterosexual. Y en ambos existen asimismo, gentes de lo más serio, circunspecto, y discreto; ejecutivos, políticos, médicos, abogados, jueces, militares, electricistas, bomboneros y fontaneros, maestras, presidentas, vicepresidentas, abogadas, empresarias, mucamas, madres y padres, etc.
Debemos ver, en mi opinión al menos, en esas manifestaciones, tanto multitudinarias como individuales, a talentos de diferentes tipos y niveles. Aprovechable siempre, ese riquísimo y beneficioso caudal, para destinarlo al imaginativo y creador ámbito teatral o de cualquier tipo de performance. (Un gran y renovador cineasta español actual, brillante y de repercusión internacional, podría ser, entre otros y otras, el paradigma de lo que digo). No debemos utilizar esas manifestaciones, manipulándolas descaradamente, para tratar de destruir, sin justificación alguna, a un sector social tan válido como cualquier otro, y machacado, innecesariamente, desde hace siglos.
Insistamos en la reeducación, necesaria para esos ogros e hipócritas, que constituyen la barbarie más analfabeta e incivilizada. Padres y sectores sociales, tristemente rancios, y apegados a tradiciones y creencias dañinas, equivocadas e inanes. Da pena y miedo cuando esos padres hablan acerca de estas cosas, y aún de muchas otras, debido a esa ceguera y cerrazón que les impulsa, como divinidades maléficas e inflexibles, a despreciar, y en muchos casos, a expulsar de esa calor del hogar, a hijos e hijas, carne de su carne, que como nadie necesitan de ese primer, más grande e insustituible cariño, que debe ser el amor paterno filial. Ternura y amor profundos por el que de verdad el universo existe y se mantiene. Por el que todas las criaturas, de la especie o género que sean, tienen derecho a buscar su felicidad, siempre sin daño a terceros, allí donde se encuentre. Y sin que ningún sistema político o religioso, o los dos aliados, tengan que interferir, en aquello que es privado e íntimo, y por lo cual, y ya para terminar, a nadie deben darse explicaciones o justificaciones.
Y aquí, amigos, dejaremos este tema, para tratar del próximo debate, y que aún debemos escoger, entre tantos que la rica y diversa sociedad nos ofrece. Y que publicaremos, si gozamos, como hasta ahora, de la generosidad y paciencia de nuestros lectores y editores.


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 27-09-2007

DEBATES NA TABERNA DO CROIO 5; LA CORONA TORCIDA

LA CORONA TORCIDA
UNA MONARQUÍA DE OPERETA
Y UN MONARCA ENTRE BRIBONES Y FORTUNA

Si es verdad que el ADN, y otras cosas, dentro del inquietante campo de la genética humana, y los variados fluidos orgánicos, y así como también las leyes de Mendel, fuesen en realidad ciertos, y entonces decidiesen la naturaleza de una familia o dinastía, y que además, esta fuese, durante generaciones, formada en los mismos principios, habría entonces, de ser irrefutable, un aspecto físico y un comportamiento similar o igual, en similares o iguales circunstancias.
Bien, sí esto es así, que yo de ciencia nada entiendo, y de la complicada naturaleza humana menos, podríamos aseverar, sin embargo, y con un mínimo de error, que familias, unidas siempre entre ellas, con excepciones escasas, darían vástagos similares, tanto en lo físico como en lo más íntimo y mental. De ser así, observo de nuevo, que criminales genéticos, unidos durante generaciones, originarían una descendencia criminal. Y si esa familia tan detestable, o dinastía para ser más finos, detentara poderío, y toda situación de privilegio, podríamos llamarlos entonces; Bribones Afortunados. Si por el contrario, gentes buenas y honestas, naturalmente se ayuntasen durante generaciones, nacerían individuos buenos y maravillosos. Quizás, tanto en un caso como en el otro, algún ancestro o mutación, podría anecdóticamente, colarse, y alterar esos resultados. De todas formas, la generalidad sería la otra. Y así como los negros engendran negros, los blancos, blancos, los amarillos, amarillos de ojos rasgados, y los cobrizos…pues eso. Pienso que por dentro de los entresijos neuronales del bicho, la cosa de la herencia, ha de ser la de obtener un resultado parecido.
Como las gentes de a pie, y aún las de más arriba, de medio estribo diría yo, suelen ayuntarse, enamorarse, o casarse de manera, más o menos libre y espontánea, difícilmente, podrá mantenerse en ellos, una línea genética, de fácil seguimiento, seria y veraz. Sin embargo, cuando familias poderosas, tales como reyes, emperadores, condeses, duqueses, princeses, princesas, baronesas, y otras plantas de invernadero y fino abolengo, clasistas y arrogantes, que procuran, en su soberbia, solo ayuntarse con gentes de su misma sangre y linaje, y aunque a veces, incluyan como despiste, enamoramiento, o capricho, a una garbanza o garbanzo negro entre sus filas, no quiere ello decir, que ese accidente vaya a variar en sustancia, aquellas condiciones dentro de la línea hereditaria. Será solo, y en un principio, una pinga de gracejo ordinario, nunca aceptada en ese ambiente, por impropio, y de duración, probablemente exigua. Que nadie se olvide, que tanto la Cenicienta, como la Virgen María, esposa putativa del Dios cristiano, pertenecían a familias de probado abolengo. Solo que en unas circunstancias, digamos, atípicas.
Desde luego, si estudiamos con algún detenimiento los árboles genealógicos de quienes los posean, no ha de ser muy difícil el comprobar el enorme parecido y comportamiento de sus miembros, a través de las diferentes y lejanas generaciones, y estando aún salpicadas de sangre foránea. Pues bien, los monarcas y aristócratas, son de esa estirpe que tienen, además a gloria, el mostrar y presumir de sus ancestros, de su arbórea genealogía, no dándose cuenta del peligro que en la actualidad, supone una tal información, ya que es bien cierto, que esas familias han tenido habitualmente, un comportamiento tiránico, muy alejado del respeto debido a “sus” semejantes. Colaboradores y compinches de inquisiciones, golpes de estado cruentos, unos abortados y otros no, masacres, asesinatos, violaciones, estupros, extorsiones, etc.
No tenemos más que detenernos a reflexionar sobre algunos de los antepasados y ancestros de nuestros reyes. Qué si Isabel de Castilla, hija de una loca, y madre de otra. Santurrona y rencorosa hija segundona. Llamada con clamor la católica, criminal y asesina. Aliada con el vesánico y sádico Torquemada. Entre los dos criminales, y con anuencia del papa, hicieron churrasco humano con casi media España, y en el deseo frustrado, de realizarlo con toda Europa, a la quema de herejes, brujas, judíos y moros. Su augusto esposo, D. Fernando de Aragón, falso, ambicioso y lleno de lujuria. Su nieto Carlos I, frívolo y asesino de Comuneros en Villalar. Padre picaflor de Jeromín, nacido de su amante alemana, la fresca Bárbara Blomberg de timbrada voz. Felipe II, parricida, intrigante, católico recalcitrante, con innumerables crímenes a su cabeza, castrador de todas las libertades, quien se construyó un monasterio mausoleo para morir en él, y hacerse así perdonar sus infinitas atrocidades, lo mismo que su padre en Yuste. Ana de Austria Habsburgo, infanta de España y reina de Francia, esposa de Luis XIII, y madre de Luis XIV, el taladrado y absolutista en grado sumo, Rey sol. Liada con el inglés George Villiers duque de Buckigham, con el duque de Beaufort, nieto de su suegro Enrique IV y de Gabrielle D’Estrées, con el cardenal y primer ministro Mazzarino, con quien se le supone un matrimonio secreto, y otros. Su hermano Felipe IV de España, el rey pasmado, siempre enfrentado en sangrientas guerras, la de los Treinta Años, con su cuñado Luis XIII, intrigando y conspirando con su hermana Ana de Austria. Se bababa los belfos Felipe, tras las sudorosas bragas bombachas de la cómica María Calderón, alias “La Calderona”, por quien se bebía los vientos del norte y los del sur. Comedianta donde las hubo, trinadora insuperable de los madriles de pícaros y busconas, y de quien, el regio pasmado tuvo a su bastardo hijo, Juan José de Austria, Gran Prior de la Orden de San Juan, reconquistador de Barcelona, y derrotado en Flandes, en la batalla de las Dunas, por el vizconde de Turena. Felipe V, el primero de los borbones españoles, loco y abatido, sucio y maloliente, rodeado de fetiches y abalorios. Animado y gobernado por la Farnesio y el “castrati” Farinelli. Elevado a los cielos de la locura más delirante, por las arias de Porpora, en la voz de soprano, penetrante y chillona de aquel italiano castrado. Carlos IV, detestable cobarde, que abandona a su pueblo sin defenderlo, para disfrutar de la regalada vida que Napoleón le ofrecía. Fernando VII, el maldito “Deseado”, su hijo, con la lujuria expresada en su rostro, el vicio pintado en su cara, la caricatura grotesca de un ser, salida, lo mismo que la de su padre, de los prodigiosos pinceles del desterrado y genial Goya. Líder indiscutible y fauctor de la década ominosa, corruptor de las leyes, cruel en extremo, traidor y golpista de la “Pepa”, nuestra primera “Carta Magna”, y entre cuyas y múltiples víctimas se encuentra la granadina Marianita Pineda. Alfonso XIII, hijo de una austriaca insatisfecha y avinagrada, sobrina del lujurioso y cruel emperador de Austria, y de un Alfonso XII, posiblemente bastardo, hijo asimismo de una ninfómana Isabel II, quien cambiaba las seminales sábanas de su lecho varias veces en la noche, rasgadas quizás, en el múltiple himeneo, por los espadines frenéticos y nerviosos de húsares, ministros panaderos y generales, y de alguno de los cuales, el rey golfo, Alfonsito XII, y sus descendientes, lleven la sangre. La lujuria más desenfrenada, y la buena vidorra, define a todas estas reinas y reyes, ministros, generales, monjas y clérigos, viciosos favoritos de reyes y demás tiranos. Blasco Ibáñez supo mucho de Alfonso XIII, un rey torcido. Enviaba el escritor desde su exilio, cartas a España, descubriendo las falsedades y mentiras de ese monarca, a quien, y con muy buen criterio, expulsó de nuestra tierra, que no de su huerto particular, como el la llamaba, la segunda, que aunque breve, excelente república española.
De nuevo los tenemos en el trono, monarcas con toda su prole. Retratados en los medios al estilo del más clásico zarismo decimonónico. Van rodeados reyes, príncipes, infantas y demás casquivana tropa, con su corte de moño con alfiler y cuellos de encaje de Malinas. Por designación de Franco, que no por democrática elección, y entre su muerte y su sepelio, y en el día funesto de en medio, ahí están, como la puerta de Alcalá, colados con calzador y guante blanco, a espaldas de la España temerosa, arrodillada y católica, propia de aquellos momentos difíciles y confusos, que siguieron al desesperadamente deseado óbito del nefasto dictador. De manera subrepticia, nos “legalizaron” más tarde, ese anacronismo medieval que es la monarquía. Camuflada, en el voto que ya sabían afirmativo, de la deseada constitución, en un alarde sin precedentes, de pactos internos y espurios, entre los grupos políticos de entonces, plagados de mandamases franquistas, pseudo demócratas, curas, obispos, y novicios políticos de perejil y puñetas.
El del bribón afortunado, aún queriendo hacerse el simpático y populista, que no popular, de vez en cuando se filtra, en sus maneras y gracietas, el perfil de sus ancestros. Con tontorrona expresión, y mejilla riojana, declara como de chiste, prohibir por molestos, los flashes fotográficos. ¡Qué simpático! Y en un alarde de iracunda impertinencia, cual jenízaro furioso, impensable en un equilibrado jefe de estado, aunque sea con corona, le suelta a otro jefe de estado, Chávez, elegido democráticamente, que no es su caso, un ¡Porqué no te callas! Más chirriante e improcedente que el barritar de un tronado elefante, colado en el dulce y sensual serrallo del otomano sultán Bayaceto I Yildrim.
Yo no se sí el ADN, y las leyes del viejo Mendel, dicen la verdad o no, pero pido de ustedes que analicen ese árbol, y saquen en consecuencia la posible herencia transmitida desde aquellos monarcas a este. Un hombre adoctrinado e impuesto por el dictador Francisco Franco. Que juró continuar la política del dictador. Sospechoso de la muerte por arma de fuego, de su hermano de catorce años, el infante don Alfonso, teniendo Juanito diecisiete años de edad. Así como de la posibilidad de estar detrás de la muerte “accidental” de su primo carnal Don Alfonso de Borbón, pretendiente al trono de España, y apoyado por una facción numerosa de monárquicos. Y quien, mediante pactos que debieran ser inaceptables para un buen hijo, consiente en arrebatar a su humillado padre, los derechos de monarca, sustraídos tercamente por el Francisco Franco más rencoroso y mezquino. Ni tan siquiera recibe, o mantiene trato alguno, al menos público, en un ejercicio de soberbia, a su esperpéntico tío Leandro. No debiéramos olvidar jamás, que el absolutismo es la búsqueda legítima, dentro, claro está, de esa abominable institución, aunque despreciable, de todo monarca, cuyo término ya significa gobierno de uno solo, ¡déspotas! La constitución la firman obligados, y para poder reinar, -aunque solo sea un poquito-. Están esperando siempre, y fomentando en la sombra, con algunos militares de trasnochado entorchado, de toisón y jarretera, con el clero, y al acecho, las circunstancias idóneas, para investirse de nuevo de corona, cetro y manto real armiñado. Los atributos del absolutismo regio y teológico, más descarnado. Todo ello sancionado luego, en un circense y espectacular“Te Deum”, por la iglesia católica más tridentina. Monarquía e iglesia unidas: ¡Los ancestrales verdugos del pueblo!
Una monarquía por tiempos, y desde hace más de un siglo, es la nuestra, la española. Habiendo perdido su tren, hace ya bastantes lustros, desde 1873 fecha de la primera república, y nos la han metido de nuevo.
Después de nacional referéndum, y en las principales ciudades, allá por los años treinta, del siglo pasado y funesto, año de 1931 concretamente, donde se votó la segunda república y abajo la monarquía. El dictador se murió, tras larga e infausta existencia, y lo lógico y legal sería, el restaurar la república, y nunca la monarquía. Amante de pompas y fastos en baños de multitudes sacadas de las fábricas, colegios, tiendas e industrias, que cierran sus puertas, se cierran y acotan calles, se husmea el tipo de vecindario. Detienen sus máquinas de producción las industrias, induciendo a sus trabajadores y estudiantes a formar parte del circo de aplausos y gritos públicos, cosas propias de dictadores y demás tiranos, en un recuerdo imborrable del peor franquismo populachero, enloquecido y arrodillado.
No hay que pensar en que un rey proporcione a sus súbditos la subsistencia, puesto que es él quien saca de ellos la suya (Jean Jacques Rousseau 1712-1778) Y yo digo, que no debemos olvidar que una república convierte a todos los seres en ciudadanos, término que dignifica. Sin embargo, toda monarquía, aún siendo constitucional, los arrodilla llamándoles súbditos, cuyo significado es: sometidos (Subditus, part. pas. de subdere, someter, arrodillar) Yo quiero ser ciudadano libre, con toda mi dignidad como ser, nunca súbdito, o lo que es lo mismo: sometido o arrodillado.
.- ¿Qué es la monarquía?
.- ¡Vaya una tontería! Pues que va a ser, una institución gravosa e innecesaria. Y en donde la mayor actividad de sus representantes es aquella de la coyunda, a la búsqueda de la procreación más numerosa, con la intención de un continuismo dentro de la mayor perennidad de las dinastías, y que luego elegido el representante, que a de ser único, se dedicará este a eliminar a una parte de sus hermanos, o cualquier otro familiar que pudiese ser pretendiente al trono. En fin, que después de multiplicarse activamente como si fuesen conejos, se acaban matando entre ellos, y sometiendo ese ser único, a los pueblos y a sus individuos.


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 07-10-2007

jueves, 24 de enero de 2008

DEBATES NA TABERNA DO CROIO: DEL GOBIERNO Y SUS PROMESAS SOCIALES, DE LOS SUELDOS MÍNIMOS Y DE LAS PENSIONES

Y ahora, amigos míos, desde a Taberna do Croio, como es nuestra costumbre desde hace algunos meses, aquel de debatir acerca de temas variados y actuales, trataremos hoy de un tema peliagudo y muy angustioso, propio de la situación de la mayoría de las familias de nuestro país. Desventurado a causa de la cicatería de nuestros gobiernos del color que estos sean, al permitir una mayoría de sueldos miserables, lo mismo que unas pensiones, que en su mayoría, semejan asimismo limosnas de caridad.
Desde a Taberna do Croio, los integrantes del grupo hemos concluido en que el gobierno actual, después de promesas de mejora en la situaciones antes mencionadas, y aunque nos haya dado muchas satisfacciones en otros ámbitos, hemos podido comprobar, a inicios de este año de 2008, que “tararí que te vi”, es decir: “caca de la vaca” o séase, nada de nada. En realidad una burla al sector mayoritario de este atribulado y sufrido país. Da igual que aquí gobiernen tiránicas monarquías, repúblicas acojonadas e incapaces, dictadores golpistas nacional catolicistas, o bien monarquías constitucionales de carajillo, y cuyo representante es un “bon vivant”, que tiene, tanto él como los otros, enmarañado todo en una ficción de democracia, que por otro lado, al llevar corona, y entre otras cosas más, resulta coja.
Es bien triste y miserable el agravio comparativo entre la mayoría de nuestros sueldos y pensiones, con las del resto de la Europa comunitaria más pujante. Lo mismo que con los sueldos, prebendas y pensiones de nuestros desvergonzados políticos, sean de un color o de otro, que se lo llevan todo. Marianito Rajoy, tartajeando, babándose, cosa natural en él, y morado debido al rubor propio del bandido pillado, no quiso decir a la demandante la cuantía crematística de sus entradas mensuales, en un comportamiento, característico de cualquiera de los ladrones de la inagotable cueva de Alí-Baba, que tal parecen, las arcas del estado y sus charlatanes representantes. Lo mismo que Zapatero, no supo tampoco cuanto costaba un café. ¡Claro!, aún encima del saqueo, y para más burla ciudadana, resulta que están los señores, nuestros expoliadores, invitados a café y copa. ¡Un mundo al revés!, en el que aquel que cobra manda, y el que paga gime, cargado, por demás e injustamente, de hipotecas y deudas de toda clase. Responde esta situación a una sociedad obediente y sin sangre, vampirizada por los afilados colmillos de la insaciable clase política de todo nivel. Nuestra querida e ibérica España, tan valiente y taurina. Su fiesta nacional pretende simbolizar el arrojo y coraje de sus gentes, pero por lo que con tristeza veo, es que ese coraje, resulta solo de pandereta torera en la plaza, y poco más. A nadie veo manifestarse, en los medios ni en la calle, por defender lo que más necesario resulta, la lucha por salir de tu miserable sueldo y de la pensión ofensiva por indigna en su exigua cuantía, de tus ancianos padres. Trabajadores durante años en pésimas condiciones la mayoría, esperando con ilusión estos nuevos tiempos, para que ahora, estos gobiernos, unos y otros, con sus representantes bien forrados a nuestra cuenta, se rían descaradamente de nosotros y de nuestros mayores. Los que ya tienen elevadas pensiones o medias, obtienen, en un ejercicio de injusticia e insolidaridad insultante e incomprensiva, unas subidas muy sustanciosas, mientras que aquellas pensiones, que además son mayoritarias, y que condenan a sus beneficiarios a la pobreza, suben una mierda. Es triste saber que la mayoría de nuestros mayores, con esas pensiones de juguete, no pueden ni tan siquiera, calentar sus viejos y cansados cuerpos durante las frías y duras noches de invierno. La electricidad está muy cara, no pudiendo por ello, pobres viudas solas y viudos abandonados, ni encender el más mísero radiador. Se consumen en el frío y en la soledad más injusta y gélida. ¿En que piensan Vds, y en quien, señores del gobierno, tan calentitos y confortables gracias a todos nosotros? ¿Es que acaso pretenden cruelmente que se nos mueran helados y aparezcan congelados como fiambres, para así descargar los gastos públicos, y que la rapiña de los que todos sabemos, se metan esos dineros en los bolsillos? ¡Nuestros mayores necesitan pensiones justas y dignas, no limosnas ni caridad! ¡Y este es el país que tenemos, bien distinto del que Vds nos quieren pintar!
Ciertamente no conseguimos enseñar a nuestros gobiernos de pretendida izquierda progresista, que ahí les hemos puesto para castigar al lobo y a su jauría, y en la esperanza de que, una vez puestos allí, fuesen solucionando la miseria que embarga a la mayoría de los maltratados súbditos, que no ciudadanos, de este país, que como ya dijo Berlanga, al menos en mi interpretación de su película: “La Vaquilla”, de toro astado, viril y furioso, lo convirtieron los franquistas en nerviosa, sometida, y famélica vaquilla. Al parecer, estos gobiernos actuales, sacan provecho de tal situación. Aquella dentro de la obediencia más sumisa y el silencio ominoso perpetrado por el antiguo régimen del dictador ferrolano. De ahí, que únicamente se manifiesten las gentes, azuzadas cuando a uno de los dos partidos políticos mayoritarios, y por intereses partidistas les conviene. Pero el miedo ancestral proveniente del franquismo, aún detiene y paraliza los corazones y los miembros de este pueblo, martirizado durante años.
Desgraciadamente estamos comprobando, que al menos aquellos lobos aliados con el abominable club pontificio de la mitra y la sotana, se muestran tal y como son, pero estos que nos gobiernan ahora, además de parecer la mayoría de sus representantes niños y niñas tontuelas, disfrazados de salvadores patrios y redentores de las gentes menos favorecidas, comprobamos con decepción y cabreo, que si los otros eran lobos, y como tales se mostraban, estos semejan alegres avecillas canoras de colores, pero su olor a incapacidad, propia de niños bien, y a farsa, la verdad, es que con mucha pena y desesperanza, se deja sentir por desgracia.
¿Como se puede permitir este gobierno mantener esas pensiones y sueldos mínimos, dentro de unas cantidades tan ínfimas que despojan de su dignidad a las personas que las cobran? Eso es propio de tiranos y déspotas, nunca de demócratas y socialistas verdaderos. ¿Es que se creen que por emitir unas leyes, ciertamente necesarias, referidas al aborto, los matrimonios gay y otras, ya han cumplido? Pues no, de ninguna manera. Es el hambre y las necesidades básicas, las primeras que hay que cubrir, y las primeras leyes que se deben emitir. Así como también las inspecciones en todos los ámbitos profesionales, y comprobar que nadie esté trabajando en cualquier empresa sin cobrar, porque eso se llama explotación, y en este país existe, y de manera extensa y galopante, encubiertos los empresarios, jefezuelos vivos, y todo tipo de responsables, por los actuales gobiernos, consentidores, quizás interesadamente, y despreocupados.
Los pensionistas de la Europa pujante vienen de vacaciones a España, compran viviendas, ya chales o apartamentos, viven como dios, y los españolitos de ambos géneros pagando los mismos impuestos y precios de consumo, cobramos mucho menos y así nos luce el pelo. Además de vivir en precariedad económica, disimulada según el talento de cada uno, somos el hazmerreír de Europa, quien al mismo tiempo, en una especie de paradoja, siente también conmiseración por nosotros. Esto se lo debemos a nuestros gobiernos.
Si Don Pablo Iglesias levantase la cabeza, y pudiese ver lo que de su mensaje han hecho, los que dicen llamarse socialistas verdaderos, haría lo mismo con ellos, que Jesús de Galilea si levantase la suya, y viese lo que los católicos hicieron con su mensaje de amor, humildad e igualdad. La hipocresía y la desvergüenza, en estos tiempos, por lo que se ve, se envuelven en banderas de libertad y democracia, únicamente con la finalidad de aparentar lo que no son. Los lobos al menos no aparentan, vienen de frente y se presentan como son, por lo tanto nunca nos cogerán desprevenidos. A su manera son más honestos.
Inicios de 2008, sube todo, gas, electricidad, butano, telefónica etc. etc. Y la mísera subida de sueldos y pensiones mínimas, que dijo el gobierno ser para compensar las subidas del consumo del año anterior, y aún, y por desgracia, no llegando a cubrirlas, ya nos incrementan, como hemos dicho, los precios al consumo de este año. ¿Pero bueno señores del gobierno, a quien pretenden Vds engañar? ¿Es que realmente se creen que la gente es tonta, o que se ha caído del guindo recientemente?
Finales de enero 2008, nos dice Zapatero que si gana las próximas elecciones del 9 de marzo, durante esa nueva legislatura se emitirán leyes dirigidas a terminar con la discriminación, y yo le digo que las leyes que mejor y más profundamente arrinconan la discriminación son los sueldos y las pensiones dignas e igualitarias. De no ser así, entonces la discriminación continuará con toda su crueldad e impudor más clasista y rancio. Y esa suba de pensiones que anuncia para la próxima legislatura, si gana, es un sofisma, resulta una mísera subida de cincuenta euros cada año de legislatura. Una verdadera tomadura de pelo hacia la mayoría de su sufrido y decepcionado electorado.
En mi opinión no tienen vergüenza. Más de media España les votó, harta de los excesos triunfalistas e imperiales de un botijarro de ladeado flequillo engominado, y bigotillo de guiñol, pero no porque realmente creyesen en Vds a pies juntillas, no, nada de eso. Y la verdad es que, ya para terminar, hemos visto que las siglas de ese partido y su social y humano significado, no concuerdan para nada con los actos de quienes actualmente las llevan. ¿Qué clase de socialismo es ese, que prima a las ya abundantes pensiones más altas, y mantiene a las más bajas en situación tan lastimosa?
Y después de esta pildorilla, la agrupación da Taberna do Croio, se retira a deliberar para ver cual ha de ser el nuevo tema que dispondrá para el mes siguiente. Aquí somos muchos y de variado pensar. Nadie manda más que nadie, y nadie decide por nadie. Y solo exponemos aquello que la mayoría de nuestro grupo decide publicar. La culpa, o la bondad que se desprenda de nuestro trabajo es, y será siempre, de todos y de ninguno en particular. Hasta la próxima, queridos lectores.


Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 02-01-2008