MARIANO RAJOY Y LA PANTALLA DE PLASMA

LA CRISIS Y UN GOBIERNO PLASMA, O MÁS BIEN CATAPLASMA …Y entonces, tras prohibir preguntas, según se nos había comunicado, aún creíamos que la presencia física del gobierno sería un hecho. No fue así, únicamente a través de una pantalla de plasma pudimos ver al presidente Mariano Rajoy, como si de una aparición mariana con su coro de ángeles se tratase. La situación era verdaderamente irreal y kafkiana, además de inútil y desvergonzada. Un ectoplasma farfullando en diferido y simulado. Los gobiernos y todos sus representantes están obligados, en las ruedas de prensa, a la admisión de preguntas de toda índole, a la vez que responder sin excusas. De no ser así, entonces los periodistas invitados deben, ya por dignidad personal y profesional, rechazar de plano la asistencia, plantando a esos políticos de ambos géneros que lo que pretenden es burlarse de la sociedad en su conjunto a través de esos profesionales de la información a quienes de tal manera tratan. Si los jefes de esos medios convocados, obligan a una asistencia inane y burlesca, bajo la advertencia de pérdida del trabajo si no acuden, entonces, debe de inmediato, ponerse ello en manos de la judicatura. Si durante las investigaciones necesarias se detectase, y luego confirmase, que esos superiores mantienen algún trato de favor oculto con esos poderes políticos desconsiderados e irrespetuosos, las medidas a tomar deben ser ejemplarizantes y contundentes. No hay mayor chasco ni burla para un profesional del ámbito que sea, qué aquel de dejar sin efecto sus responsabilidades profesionales. Daña a estas profundamente, pero sobre todo quiebra las ilusiones de esas personas. La clase periodista es la comisionada para informar a la sociedad de aquellas cosas que los políticos deciden y materializan, dando sus opiniones y certezas tras el contacto directo con la clase gobernante. La burla que inflige ese tipo de gobiernos es pues doble, la primera hacia esos profesionales y la segunda, como ya dijimos, hacia la ciudadanía en su conjunto. Estas cosas no debieran consentirse. Únicamente entre gobiernos de países bananeros pueden darse tales comportamientos. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 12-05-2013