viernes, 10 de mayo de 2013

LA CRISIS Y LAS INJUSTICIAS PROPIAS DE INÚTILES

LA CRISIS Y LAS INJUSTICIAS PROPIAS DE GOBIERNOS INCOMPETENTES Y SIN CORAZÓN ¿Qué clase de país es aquel que se deja gobernar por inútiles y clasistas sin la respuesta adecuada? ¿Cómo se puede consentir que se expropie a personas echándolas de sus casas a medio pagar sin estas negarse a ello, al quedarse sin dinero tras haber perdido sus trabajos? Gobiernos autoritarios y oportunistas disfrazados de demócratas. Y sin la mínima sensibilidad hacia una sociedad que les ha colocado en situación de tan altos privilegios. Este país debiera estar harto en su totalidad de una situación angustiosa y opresiva. Nadie escapa a este contexto. Unos más pronto, pero los otros mañana. Ya que si el consumo se detiene por los primeros, la fabricación de productos de los segundos se detendrá asimismo, y también esos, que antes eran, o se consideraban de arriba, se vendrán abajo sin remedio. Su caída será tan estrepitosa que clamarán y no hallarán auxilio. Si no se pone remedio a la situación, una producción ya ralentizada, se detendrá, y con ello se ha de desmoronar todo el edificio productivo, social, y político. Las estructuras ya tiemblan. De ahí al resquebrajamiento queda muy poco. Sería muy necesario hurgar en las fortunas huídas y despistadas, así como una fiscalidad equitativa. Acompañado todo de unos márgenes empresariales, circunstancialmente revisados a la baja. El rescate bancario se ha demostrado hasta ahora, tan inútil como propio de un agravio comparativo estremecedor. Con dinero público se les ayudó, y sus jefes se llevan jubilaciones de cantidades obscenas. Viviendas de todo tipo y nivel expoliadas a sus dueños forman parte de su capital más vergonzante. Por eso pienso, qué esas viviendas deben de inmediato retornar, mediante alquileres sociales, a manos de sus antiguos propietarios que retomarían así sus quebradas vidas, y la alegría de alguna manera regresaría a las familias, y por ende a todo el país. Tal situación de júbilo, acompañada de las medidas estatales adecuadas, habría de estimular a la sociedad en todos sus niveles, y seguramente que la crisis comenzaría a ceder. Nada existe más propenso al crecimiento que la alegría, así como nada es más eficaz para la caída que la tristeza y las tribulaciones. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 10-05-2013

No hay comentarios: