lunes, 20 de mayo de 2013

LA CRISIS Y LA REVÁLIDA

LA CRISIS Y LA REVÁLIDA De nuevo tenemos aquí el cretácico académico por obra y gracia de una contrarreforma educativa reaccionaria, torcida, e injusta. Aquella odiada e irracional reválida que sufrimos los de mi generación, y muchos más, para poder pasar de 4º curso de bachillerato a 5º, y de 6º a PREU o COU, por milagro mariano y paulino invade como el retorno del Yeti los frios pasillos de los centros académicos, que también regresaran, por mor de la crisis, a permanecer las placas calefactoras apagadas y gélidas. ¡Qué frio! La inclusión de la religión católica en abierta ofensa hacia las demás no tiene parangón en la Europa actual. Somos por lo tanto un divertículo insano y lastrante en el progreso de la humanidad. Nuestra recalcitrante costumbre, otra vez otorga por imposición despótica la máxima autoridad, dentro de un pluralismo así arrodillado, a las sotanas y a nuestro imperial gobierno como es el Estado Vaticano, del que somos vasallos, ya que impone su línea, en connivencia con los neocons del PP, para fastidiar y segregar a una mayoría del alumnado. Aquellos a quienes la crisis ha mordido de manera más salvaje y cruel. Estos quedarán por mor de esta contrarreforma tridentina fuera de los estudios medios y superiores. La tribulación dentro de esas familias, será tanta que dificultará la concentración del alumnado en los estudios. Por otro lado, la falta de recursos los acabará entregando a oficios y chanchullos que nos habrán de retrotraer socialmente a tiempos ya muy lejanos y casposos, plenos de piojos y liendres franquistas. Recuerdo compañeros y compañeras, que tras pasar yo y otros-as, las dos reválidas, quedaron tirados sin posibilidad de recuperación. Éramos gentes humildes y de clase trabajadora, no había una segunda oportunidad. Algunas de aquellas personas, de tal manera excluidas, acabaron en trabajos precarios hasta su actual miserable jubilación. Pero otras, cuyo talento era ya reconocido en el instituto, fundaron empresas y salieron adelante con fuerza y grandeza. ¿Qué no serían estas últimas, si hubiesen podido continuar sus estudios? Esta ley Wert, es una aberración abominable y sin precedentes en el mundo de nuestro entorno que se burla de nosotros, sintiendo conmiseración al mismo tiempo. ¡Qué vergüenza! ¡Las sotanas, como en el siglo XIII, mandando de nuevo! El cura, profesor de religión católica, al encuentro de sus fueros, se paseará por las estancias académicas, con capilla propia, como un César Imperator en triunfo. De aquí, al retorno de la Inquisición, hay solo un paso y bien pequeño. ¡Qué frío tan grande! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 20-05-2013

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