domingo, 19 de mayo de 2013

LA CRISIS Y MÉDICOS EN MADRID ¿JUBILADOS A LA FUERZA?

LA CRISIS Y LA MEDICINA ¿Médicos jubilados a la fuerza? Puedo comprender la indignación de ese colectivo de médicos, y aún su frustración tras ser jubilados sin comunicación previa. Pero también puedo entender que muchos profesionales de diferente nivel, al alcanzar esa edad, pasen al estado de jubilados, aceptándolo sin la mínima controversia. Sabemos que la profesión médica ha tenido en muchos de sus representantes, o se lo han creído, algo así como un plus que les elevaba muy por encima del resto de los mortales. Cosa que les acostumbró a un comportamiento poco solidario con otras carreras y profesiones. Por otro lado, me imagino que habrán tenido tiempo más que suficiente como para preparar los relevos del personal necesario con la cualificación adecuada. De ser así, entonces no veo el problema. Observo en esos médicos comisionados de entre aquellos que han sido jubilados en Madrid, dicen que por sorpresa, como si la edad no fuese el silbato de llegada, una actitud, cuando menos sospechosa de prepotencia y soberbia en su ego herido. El discurso que emplean por todos los medios en los que se mueven, dice muy poco del respeto debido a muchos españoles y españolas, quienes no solamente han perdido sus trabajos, si no que se han quedado sin casa y sin nada que llevarse a la boca. En tiempos difíciles a todos llega aquello indeseado, y antes jamás pensado. Conjeturo además, y ejemplos hay como aquel de Astano, empresa que se nutría de las arcas públicas, y que era el saco a donde iban a parar los amigos del régimen, profesionales o no. Muchos de ellos solo se presentaban a finales de mes a cobrar sin haber realizado trabajo alguno en la empresa, teniendo por separado otro tipo de trabajos. Hablo con conocimiento de causa. Conjeturo, decía, que es posible que en esos hospitales de carácter público, y otros, se haya colocado personal de esa manera, derivado de un gobierno autonómico tan extenso en el tiempo que permite todas estas irregularidades y chanchullos, por demás muy gravosos. Por ello, el gasto para el erario público sea sangrante e innecesario, yo no lo sé, y por lo tanto injusto. De ser así, y mucho me temo que en este país de herencia franquista recalcitrante, es lo ya tradicional, sobre todo en ciertas castas profesionales como la que nos trae a cuento, y por lo tanto muy difícil de extirpar. Pero alguien lo tendrá que hacer, y me da igual el color político. En tiempos de crisis todos a pechar con lo que hay, sin diferencias de clase ni de oficio. Hasta el negocio de las putas se resiente. Palabra de Dios. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 19-05-2013

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