miércoles, 15 de mayo de 2013

LA CRISIS Y LA OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)

LA CRISIS Y LA OCDE ¿Pero qué pasa con la tan cacareada OCDE? ¿Cómo una organización tan poderosa, nutrida por tantos países punteros, a la búsqueda de las mejoras sociales y económicas en el mundo, pueda consentir que esta crisis, ya persistente no remate, y comience a dar paso a una esperanza de mejora en la situación? Organizaciones qué por lo que podemos ver, solo tiene esos principios en el papel que luego echan a la papelera distraída del olvido, para únicamente lucirse sus representantes en los medios, soltando discursos cargados de buenas intenciones, pero que luego jamás cuajan, a no ser qué como la propaganda católica, dirijan un poco de caridad hacia puntos exóticos y alejados, olvidando la justicia social y el inmenso monto económico con el que tienen obligación de ayudar al desarrollo, además de a lo exótico y lejano, a los países de los que fagocita infinitas fortunas. Fortunas, qué como bien decíamos, han de estar dispuestas para ayudar a resolver los problemas propios, aunque también los ajenos. Resulta desesperante el qué ese tipo de organizaciones no cumpla con el cometido obligado, y para lo que fueron creadas. Pero claro, a los políticos no les interesa que hurguen en los entresijos de sus ocultas y profundas artimañas, encaminadas a satisfacer sus intereses más vergonzantes. Son esos políticos, al menos en mi opinión, quienes tapan la boca de la OCDE y otras. El miedo, qué no el arrepentimiento, les mueve temblando a utilizar su poder incardinado por el mundo entero, para sujetar la lengua de unos representantes que además, para desgracia nuestra y de la verdad, han sido colocados por aquellos. Los políticos y todas las estructuras que han creado, está demostrado que ya no nos sirven. Son madres de la gran estafa. Debemos darles las espaladas y poner la política en manos de las plataformas sociales tras un estudio detenido y serio, mediante el cual trataremos de estructurar la manera más adecuada y democrática para llevar a cabo el gobierno de los estados, con una alternancia en los cargos racional y meritoria. En una palabra, estamos obligados por ética política y humana, a recuperar las esencias de la democracia verdadera dando la espalda a la nefasta política de partidos convertida en recalcitrante casta familiar y de nepotismo multiforme, qué deriva sin excepción, en plutocracia ¡Todos sabemos en donde se encuentran esas raíces de la democracia! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 15-05-2013

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