JOSÉ MARÍA AZNAR O EL REGRESO DE LA MOMIA

LA CRISIS: JOSÉ MARÍA AZNAR O EL REGRESO DE LA MOMIA ¿Pero quien se ha creído que es este pobre hombre que recuerda al gato Silvestre, y qué amenaza con regresar como la momia devastadora? La vergüenza ajena más profunda y el ridículo más espantoso fueron las sensaciones que tuve al escuchar en Antena 3TV a José María Aznar amenazar con su regreso como si fuese un nuevo mesías. Un enviado o Mahdi, comisionado no sé por que divinidad con la misión de salvar una patria a la deriva. Él que formó parte importante de esta debacle que nos ha sobrevenido. Sus majaderías como ratoncillo saltando alegre siguiendo a maese George W.Bush-Hamelin, mientras el pistolero borracho tocaba la flauta en compañía del corsario inglés Tony Blair, así como otras ratas menores, pero quienes también dieron su apoyo a tal despropósito como fue la destrucción de Irak. Tuvieron aquellas majaderías su resultado en terribles atentados en nuestro país y en otros, a la voz de armas de destrucción masiva, al tiempo que Irak permanece desde entonces en una situación desesperada y sin posibilidad de solución a corto plazo. Aznar, un cómplice en crímenes de guerra quién jamás pidió perdón, ni siquiera mostró el mínimo arrepentimiento. ¿Cómo pretende volver quien con su bananera ley del suelo promovió con fruición la burbuja inmobiliaria que hasta aquí nos trajo? ¿Pero es que este señor no se da cuenta de que es ya un fósil, además de feo e inexpresivo, innecesario y dañino? Parodia de una especie de Charlot de medio pelo a la manera del protagonista del film: “El Gran Dictador”. Le estamos viendo con las piernas sobre la mesa, fumando un puro y hablando en un inglés macarrónico y vergonzante, deslumbrado ante Bush. Cosa nunca por él imaginada aquella relación que le venía grande, y por demás espuria. Este hombre no tiene sentido del ridículo. Ahora agrede con olor golpista de salón, entre otros, a uno de sus epígonos, con la única intención de violentarle y sacarle de la presidencia por considerarlo incompetente, que lo es, pero no menos que él, debido a unos celos poltroneros y fachenda que lo hacen rabiar como aquel Rey que Rabió de la zarzuela. Déjese estar señor Aznar, no pague más medallas embusteras con nuestros cuartos ni se mueva, o hará el ridículo más espantoso que nadie pudiese imaginar, y disuélvase políticamente como los hilillos del “Prestige” para siempre jamás. No necesitamos un nuevo Cid Campeador, ni un Guerrero del Antifaz. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 23-05-2013