martes, 9 de abril de 2013

SARITA MONTIEL Y MARGARET THATCHER

LA MUERTE DE DOS GRANDES Y CONTROVERTIDAS MUJERES Las dos, Sarita Montiel y Margaret Thatcher, tan grandes como controvertidas. Creo que jamás podrían ser amigas. La británica con mente de tendera elevada a la grandeza de la política nacional y aún supranacional, resultó una ultraconservadora prepotente e involucionista. Amiga de un desalmado dictador como fue Pinochet, y caballo de Troya en relación con la Unión Europea. Pareja desmandada de Reagan en el complicado asunto de las islas Malvinas, en traicionero comportamiento de ese presidente de EE.UU. a los pactos panamericanos que obligaban a defender el territorio continental de agresiones externas. Fundamento su política de recortes sociales de la actual crisis internacional. Primó escandalosamente a los mercados en detrimento de los estados reguladores. De aquellos polvos vinieron estos lodos. Me imagino que sus muchos remordimientos de aplicación de una política de tendera, mezquina y pesetera, la llevaron a darse a la bebida más de lo conveniente, arrastrándola a una demencia, posiblemente inserta en la perturbación causada por sus políticas desaforadas y profundamente antisociales. La española, nuestra bellísima e inteligente Sarita Montiel, hizo más beneficio por su país que la otra por el suyo. Llenó con su belleza y sus canciones una España plena de hambre y miserias de todo tipo. La felicidad, picardía inteligente, y ternura, puestas con primor en sus papeles, ayudaban a recuperar el ánimo de un país asolado por la vergüenza de un autoritarismo cruel, rencoroso, y discriminatorio. Nuestra Sarita estableció lazos de cultura dentro del cine de la época, con lo más difícil. Salida de la nada y de un país casposo, logró encandilar a actores de Hollywood; besarse con Gary Cooper, casarse con el director Anthony Mann, y cargar de envidia a alguna de aquellas divas del celuloide mundial. Sus éxitos, fueron una de las mayores felicidades que esa inigualable mujer nos proporcionó durante muchos años, y que jamás este envidioso país le reconoció como es debido. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 09-04-2013

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