sábado, 6 de abril de 2013

HOMOSEXUALIDAD Y HOMOFOBIA

ESCENA HOMOFÓBICA Abochornado asistí hace unos días a una escena en un conocido centro comercial de A Coruña, al pie de las escaleras mecánicas, cuando un joven que se acercaba tomando la mano de otro fue increpado por su padre, quien bajaba y contemplaba desde todo el recorrido la escena. Las increpaciones fueron de lo más desagradable y cruel. El joven estaba mudo, y paralizado ante el comportamiento de la autoridad paterna delante del numeroso público que se sentía molesto. El padre renegaba del hijo llamándole de todo lo peor. El progenitor no gritaba, pero su gesticulación era demoníaca. El joven acompañante queriendo defender a su amigo fue detenido por una fulminante mirada y la mano en alto y amenazadora del agresor. No pudiendo contenerme, manteniendo una prudente distancia, le dije que la homosexualidad era sencillamente una condición natural, y que por lo tanto nadie estaba autorizado a ponerla en entredicho, y mucho menos a descalificar e insultar a esa personas. Generalmente muy inteligentes. Me llamó de todo. La gente allí concitada me daba abiertamente la razón. En la antigüedad, nadie ponía en cuestión ese tipo de naturalezas. No existía tan siquiera el término homosexual. El amor, naturalmente, se manifestaba de variadas maneras, y así se entendía, sin más. En la mojigata Roma imperial, ya contaminada de un cristianismo torpe e ignorante es cuando van tomando forma ese tipo de discriminaciones, al tiempo que se han de ir acuñando los términos más vergonzantes. El padre de nuestra escena resultó ser médico. Cuando le dije que más importante que el título era el respeto a la persona, comenzó, de alguna manera a sosegarse. Todo terminó bien. Nos dimos la mano, aunque su hijo y el compañero se las soltasen y subiesen las escaleras sin muestra alguna de mimos. El susto había sido morrocotudo. Me pregunto qué es lo que habrá que hacer para que este tipo de gente de mente abstrusa y corazón de hiena comprendan que la homosexualidad, tanto gay como lésbica, es una condición natural inquebrantable, dentro del matizado ámbito del eros. Toda especie animal, y aún del reino vegetal, la respetan sin ningún tipo de cuestionamiento o discriminación. ¡Qué mala educación hemos tenido! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 30-03-2013

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