lunes, 22 de abril de 2013

LA CRISIS Y LA ESTAFA DE LA GRAN ECONOMÍA

LA CRISIS Y LA MACROECONOMÍA DOLOSA En mi opinión, uno de los fundamentos principales de la crisis que padecemos, y que por desgracia todavía se ha de quedar con nosotros por algunos años más, los países irán cayendo unos detrás de otros, ninguno se ha de salvar ya que formamos entre todos, y a Europa me refiero, un entramado comercial y económico que ha de obligar a ello. En mi opinión, como decía más arriba, y que de alguna manera ya he comentado en anteriores trabajos, el origen de la crisis o más bien estafa, se encuentra, entre otras cosas, en haber dado prioridad y fluidez a las finanzas de todo tipo, creando así un despotismo financiero y bancario que se entremezcla con la gran empresa, dando de esa manera la superioridad económica sobre la política, incidiendo de manera directa y efectiva en una sociedad timada desde esos poderes, haciéndole creer, tras la facilidad sibilina para conseguir créditos e hipotecas, el qué todo era posible al considerarnos todos de esa manera iguales. Aunque así lo pareció durante años, al final hay que pagar por aquello, a lo que al menos de esa manera de fácil apariencia, no teníamos derecho. La estafa de los mercados económicos y empresariales de altos vuelos, entroncados con las multinacionales y las empresas públicas o semipúblicas de puerta giratoria, y aún aquellas privadas, de gran capital y trascendencia, trajeron cuando el sueño remató, esta pesadilla de la crisis que padecemos. Quieren cobrar, y de prisa, aquello que nos prestaron con tanta sonrisa y amabilidad engañosas. Y no es menos cierto que culpables hubo y hay, con nombre y apellidos, pero que por lo que vemos, no existe la menor intención de llevarlos ante la justicia internacional, acusados de delitos económicos y financieros de lesa humanidad, de engaño alevoso y continuado, y de estafa social. Ninguno de los mandatarios actuales, lo mismo que los anteriores, y de los cuales son herederos por interés y costumbre, se salvan de la quema. Dos personajes que influyeron activamente con sus políticas ultraconservadoras, fueron sin duda, la inglesa Margaret Thatcher y su colega y hermano de piratería corsaria, Ronald Reagan. Ellos, sin duda y en un momento propicio para imponer sus políticas que premiaban la usura bancaria y el arrodillamiento social mayoritario, envuelto en velos de seda, originaron el desastre que padecemos. Nadie hubo desde el poder de todo color, seguramente debido a intereses personales y fluidez para sus cuentas corrientes y patrimonio, que diese la voz de alarma deteniendo tal despropósito. El camino estaba trazado y resultaba atractivo, queriendo entonces todo el mundo, sobre todo la mediocridad, apuntarse a la política que tantos y tan abundantes beneficios procuraba. Así estamos, y así nos va. La miseria que todo lo invade, menos a los culpables, políticos mediocres y aprovechados, quienes aún se enriquecen más cada vez, chupando como piojos la sangre de las cabezas de sus víctimas, los desprotegidos que padecen recortes en aquello propio de la mismísima supervivencia. Un crimen y una estafa económica a las sociedades humanas sin precedentes. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 22-04-2013

No hay comentarios: