LA CRISIS: LA ESTAFA CONTINÚA

LA CRISIS: LA ESTAFA CONTINÚA Como ya hemos dicho en anteriores trabajos, qué esta crisis que llamo estafa multiforme, continúa mostrando otras caras diferentes. Los hechos así lo confirman. El caso es sacarle el poco dinero que le queda al sector social más precario. Sí los políticos de todo color y género se enriquecieron durante años, fue, como ya sabemos, en connivencia con constructoras, banqueros, financieros, y una judicatura silenciosa que todo lo permitía. La finalidad era esquilmar a los más pobres vendiéndoles la moto de que todo iba bien. La trama es de una putrefacción que no conoce límites. Se crean constructoras a troche y moche por influencia política de la liberación del suelo durante el primer gobierno Aznar, y que luego los socialistas en el poder consintieron. Como las setas en otoño crecen por todo el país, desde las más sofisticadas y grandes hasta las más pequeñas dentro de los ayuntamientos más insignificantes. El amiguismo se impone. Los bancos ofrecen créditos caros pero prolongados en el tiempo a una clientela deseosa de ser propietaria. Ese tipo de viviendas, para pagar las comisiones a los políticos, han de incrementar sus precios de manera abusiva, aunque vendido todo por nuestros amigos bancarios de forma agradable y sonriente. El cliente cae en la trampa y paga lo que sea con tal de sentirse dueño de su casa. Hoy, tras confirmarse esa estafa inmensa, pero de la que algunos ya nos habíamos dado cuenta desde un principio, muchos de esos delitos han prescrito. Unas leyes adecuadas y dolosas así lo han permitido. Nos estafaron de aquella manera, y ahora nos van dosificando las noticias de lo ya sabido, únicamente para tenernos delante de la caja boba, la radio, y lo que es peor, vendernos revistas y todo tipo de cascajo mediático, extrayéndonos la poca economía que nos pueda quedar. Qué de una vez las leyes actúen raudas y se apliquen las sentencias adecuadas. Mucho me temo que la mayoría de esos fraudes quedarán en nada. La burla entonces a los mismos será mayor y más descarnada todavía. ¡Qué país! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 22-04-2013