martes, 16 de abril de 2013

ROUCO VARELA Y SUS DISPARATES FUNDAMENTALISTAS

ROUCO VARELA Y LOS FUNDAMENTALISMOS CRISTIANOS EN ÉPOCA DE CRISIS ¿Cómo se atreve un desvergonzado y fantoche de mitra y atuendo bizantinos, situarse por encima de la constitución y exigir la derogación de la ley del aborto y del matrimonio igualitario? ¿Debemos acaso permitir que una religión, a la que únicamente, y por caridad, como forúnculo rancio, se le ha permitido que gobierne en un diminuto país como es el Vaticano, el qué se entrometa en las cosas propias de los gobiernos y de los estados? ¡Vamos!, que nos quieren devolver al siglo XIII y a los Reyes Católicos, por no decir una regresión al mismo Constantino I, facedor del sistema católico por intereses políticos y de mayor posibilidad de control territorial, por parte del ya decadente gobierno imperial de la Antigua Roma. Caspa por todos los sitios. Habría que encontrar un nuevo vellocino de oro para ver si nos la limpiábamos definitivamente. En ningún país de nuestro entorno se permite que un cura o cardenal, me da lo mismo, se entrometa como si fuese el mismísimo rey de los luceros, a dar órdenes a un gobierno. En este país llamado España la iglesia disfruta de una serie de privilegios infinitos como en ningún otro sitio. Qué no se pase con sus delirios de grandeza porque, alegrémonos, estarán allanando el camino para qué, como en los demás países de democracias asentadas, se les ponga en su sitio. Es decir, el silencio público y recogerse al ámbito de lo privado y al interior de sus paganos templos. Posiblemente sea un resentido y un frustrado el señor Rouco, en sus apetencias eróticofestivas de cama igualitaria, debido quizás a su fealdad manifiesta. Y qué lo sepa, ofrenda al dios católico, y cristiano en general, una divinidad menor y dañina, según algunos apócrifos gnósticos, ya que es la mutación perversa, adulterina y errónea, ese dios cristiano, del eón primigenio, dentro de unos amores incestuosos con su hija Justicia, luego arrepentida. Su padre, el eón primero, además, castiga a ese dios menor y rebelde por su desobediencia y sus actos inmorales, opuestos a la bondad del prístino eón. Qué se entere primero ese señor y sus seguidores a que clase de divinidad adoran. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 16-04-2013

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