domingo, 7 de abril de 2013

LA CRISIS REGIA Y ALEDAÑA

LA CRISIS REGIA Y ALEDAÑA ¡Loa, loa a nuestros reyes! Pues de su mano nos ha de llegar la deseada república que nos sacará de tan funesta situación. ¡Loa también a su directa familia y aún a la bastarda! De los comportamientos de unos y otros nos vendrá el nuevo y democrático sistema republicano, del que tanto este infeliz país necesita. Están haciendo oposiciones brillantes como para que se les expulse de los tronos, y se les despoje de la corona y manto real. Llegará un día cercano en el que veamos a estos reyes abandonar el palacio de la Zarzuela, sosteniendo en sus manos, únicamente unas maletas con sus cosas personales y poco más. Las cuentas bancarias, tanto aquí como aquellas de los paraísos fiscales, totalmente bloqueadas hasta que sean devueltos todos y cada uno de los dineros y patrimonios obtenidos de manera irregular en base a aquello tan detestable de por ser vos quien sois. Se acabarán todos los manejos políticos derivados de pactos y acuerdos tácitos o explícitos mediante los cuales, ninguno de los poderes de este país se controlaban, mirando todos para otro lado y dejándose hacer. Ese comportamiento, en el que una gran mayoría de medios, agradecidos por subvencionados, con un blindaje a esa familia, tuvieron también una gran parte de culpa en el advenimiento de tales desastres. La tercera república está, gracias a ese comportamiento soberbio y arrogante, aunque tontuno, del monarca Borbón y sus vástagos, más cerca de lo que nos podamos imaginar. Abajo ese tipo de dinastías qué como la historia como maestra de la vida “Historia est magistra vitae” (Cicerón) nos enseña, y de la que debemos aprender para no cometer los errores del pasado. De eso en Europa sabemos mucho. Insisto, debemos dar gracias a sus majestades y vástagos por la gran labor que están realizando a favor del advenimiento de la tan necesaria tercera república. Se restauraría además la verdadera legalidad política tras la muerte del dictador. Dando al traste con lo que fue el fraude de la llamada transición, qué no fue otra cosa más que una imposición autoritaria sibilinamente solapada. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 07-04-2013

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