domingo, 14 de abril de 2013

LA CRISIS; PRELIMINARES TOTALITARIOS

PRELIMINARES TOTALITARIOS Prácticas dentro de unos preliminares totalitarios, más propios del sistema fascista del general Franco, son estos acosos cobijados en decretos inmediatos y ad hoc hacia las manifestaciones llamadas escraches. La indignación de un sector social, al que se une toda una ciudadanía, que de una o de otra manera, o en mayor o menor medida, se siente atropellada y estafada sin que ningún gobierno la escuche y se solidarice con ella ni en hechos ni en palabras. La respuesta a tales situaciones, en los países verdaderamente democráticos, cuando los políticos resultan autistas, esa forma de manifestaciones son las habituales y respetadas. Por otro lado, es esa la manera que los gobiernos democráticos tienen para tomar el pulso de los pueblos en momentos difíciles. Resultan, por lo tanto, una línea a seguir desde el poder, qué de esa manera encontrará el camino a las soluciones de graves problemas. En nuestra bisoña democracia, aún solapada dentro de un franquismo que aflora de manera habitual sobre todo dentro de un tipo de gobiernos ultraconservadores y con amplísima mayoría. Esas prácticas de estrangulamiento a los escraches no son más que los preliminares propios de los totalitarismos, qué iniciándose de esa manera acabarán provocando una violencia deseada para así poder ordenar a los cuerpos de seguridad abrir fuego contra una ciudadanía desprotegida y desarmada, amedrentándola. Esa es la estrategia a seguir por gobiernos plutocráticos, enmascarados en una falacia democrática asentada en grades mayorías, y con la que además tratan de acabar. Qué no se olviden aquellos gobiernos que pretendan ser democráticos, o que ya lo sean, aunque en tono menor, que la disconformidad o descontento de los pueblos ha tenido siempre derecho a manifestarse, acudiendo si no son escuchados, incluso hasta las viviendas y sedes de la clase gobernante. Están a nuestro servicio y no pueden tratarnos como imbéciles, criminales, y aún tildarnos de terroristas y nazis. Ellos con esas prácticas y decretos sí que se están comportando como un grupo que desde el poder atropella a los ciudadanos convirtiéndose con sus decretos en los prolegómenos de terrorismo de estado. Durante el periodo franquista las manifestaciones y huelgas estaban prohibidas. En el año de 1972, la manifestación en Ferrol dejó abandonados los cuerpos muertos a tiros por la policía en las calles durante días, sin que nadie pudiese asumir vínculo alguno y retirarlos. Tras los cristales de las ventanas, familiares y amigos, contemplaban a sus muertos, transidos de dolor, llanto, rabia, e impotencia. Creo que con las medidas actuales del gobierno se pretende retroceder a lo mismo. El exdiputado del PP, Sigfrid Soria, ha enseñado las zarpas, y me temo que sus manifestaciones sean compartidas dentro del círculo más ultraconservador del partido. De ser así, solo esperan la oportunidad de manifestarse abiertamente mediante una especial situación, por ellos sibilinamente creada. Pienso que el partido debiera investigar y controlar a ese tipo de personas tan peligrosas. Un gobierno plagado de inútiles, pudiera darse la circunstancia, cobarde y sin ideas, en momentos difíciles, acaba haciendo, debido a esa incompetencia, que todo salte por los aires por obra y gracia de salvapatrias revoltosos y criminales agazapados para dar el golpe en el momento oportuno. Pienso que las manifestaciones del señor Soria son un aviso a navegantes. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 14-04-2013

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