viernes, 5 de abril de 2013

LA CRISIS Y LAS BOLSAS DE PLÁSTICO (Una tarde segoviana)

LA CRISIS Y LAS BOLSAS DE PLÁSTICO Una tarde segoviana Ahora es cuando, después de algunos años, valoro aquella conversación que a mediados de un cálido septiembre, degustando un delicioso cochinillo asado en un restaurante típico de las inmediaciones de Segovia, tuvimos dos amigos circunstanciales y yo. El sol derramaba sus favores con generosidad infinita. Fue cuando a los postres, uno de ellos, alto cargo de una gran área comercial, se dirigió a nosotros alegre y jocoso, con un comentario acerca de la grandísima estafa que las áreas comerciales iban a ejercer sobre los clientes. Las bolsas de plástico habría que pagarlas. Se reía de la estafa de manera demoníaca, cuando el otro convidado, un sacerdote con sotana y servilleta de babero, harto de rojo vino local, no queriendo ser menos listo, espetó aquello de que la mayor estafa jamás cometida sobre las sociedades, y la más duradera, era por estos andurriales, el catolicismo. Al primero le respondí llamándole cara dura, y el sacerdote tuvo que encajar mi comentario, acerca de la carta autógrafa que el cardenal Juan de Médicis, antes de ser papa con el nombre de León X, le envió a su colega el cardenal Pietro Bembo, y que decía lo siguiente: -Querido cardenal Bembo, de todos nosotros es bien sabido lo beneficiosa que nos ha resultado esta fábula de Jesús. Y esta otra: -Puesto que Dios nos ha dado el papado, disfrutémoslo. El sacerdote me comentó que la jerarquía vaticana, desde el papa hasta la mayoría de los sacerdotes no creían en tal tontorrona doctrina. Solo con los beneficios económicos extraídos de las bolsas de plástico, infinitamente mayores que las ventas de productos, decía el uno, sí los políticos fuesen honrados, y no pensasen en las prebendas que les ofrecemos tras el abandono del cargo, aprovecharían para promulgar una ley. Qué esos dineros, de algún modo, pasasen a las arcas públicas. La crisis, decía, se solventaría al completo y en poco tiempo. Nos quedamos boquiabiertos. Cuando en un respingo el curita también dijo que si la iglesia pagase impuestos como todos, y se le suprimiesen las exenciones fiscales, combinando una cosa con la otra, todo el problema de la crisis se arreglaría, y bien pronto. Cosas de canallas. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 02-03-2013

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