jueves, 2 de abril de 2015

SEMANA SANTA, UNA ESTAFA MACABRA

La Semana Santa ataca de nuevo Y ya tenemos aquí la semana santa católica con todo su circo anacrónico y macabro de mantillas y cristos crucificados. Procesiones repletas de un fanatismo propio de tiempos muy alejados de estos que corren inmersos en una tecnología y educación abierta que pone de manifiesto lo inane y peligroso de estas cosas, propias de un pasado doliente y lleno de fábulas y leyendas, adecuadas a sociedades inmaduras e ignorantes. Y no me estoy metiendo con creyentes, que los hay, pero de otro tipo más cercano a una racionalidad posiblemente metafísica, y por lo tanto más sensata y respetable, que por otro lado es propiedad de todo tipo de culturas y territorios. No, aquí de lo que hablamos es de ese circo catolicista que arrastra masas engañadas de manera tan profunda y secular, que creen en todas esas bobadas como si en ello les fuese la vida. Sociedades dignas de compasión lastimera, ya que nada se puede hacer contra el sentir del fanático, que además no se da cuenta de que lo es. Ahí se inserta el peligro multiforme y casposo. Únicamente, la educación laica y adecuada, y desde la infancia, sería la medicina poderosa que habría de detener todas esas cosas ridículas y sin sentido. Comprendemos a esa masa social de tal manera encandilada, debido a la presión tradicional y a la recalcitrante insistencia católica. También entendemos que muchas empresas, pueblos, y localidades de todo tipo vean en ese circo macabro un negocio infinito, dentro del turismo y sus derivados. Pero no es ello óbice como para seguir manteniendo tales cosas, si de verdad hubiera intención política de irlas cambiando por otras más productivas y adecuadas a estos tiempos. No debemos permanecer anclados en tales disparates que nos convierten en el hazmerreir de los estados más progresistas y avanzados, donde este tipo de cosas, ni se dan, ni son necesarias. Al contrario, son una rémora que involucionan a las sociedades donde se producen. Creo que va siendo hora del cambio, y adecuarnos a nuestro tiempo. Somos, para nuestra desgracia, un pueblo antiguo, y anclado en el pasado más disparatado. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 02-04-2015 El cuadro se titula: "Viudas de Dios" Autor: Eduardo Fernández Rivas

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