sábado, 4 de abril de 2015

LA ÚLTIMA ESMORGA DE JESÚS Y SUS CONSECUENCIAS

La última cena; consecuencias 04 IV Como quiera que fuese, Jesús, llamado el nazareno por ser oriundo de la aldea de Nazaret en Galilea, fue condenado por sentencia irrevocable del Sanedrín, a morir crucificado. Es entregado el reo al brazo civil de las autoridades romanas para que se de cumplimiento a la sentencia. No podía la institución perdonar la peor de las blasfemias. De manera contumaz, Jesús, aseguraba ser el enviado prometido por Yahvé como salvador de la patria, y expulsar así a los odiados invasores romanos que humillaban y oprimían a una población elegida por ese dios sinaítico. Subiendo, como tantos millares más de condenados por terrorismo, la cuesta que llevaba al lugar de la crucifixión, en la parte alta de Jerusalén, y con la cruz a cuestas como los otros condenados, y alcanzando la cumbre, se le crucificó entre otros dos malhechores, aún vivos, y recientemente ajusticiados. Su familia transida de dolor, y sus amigos y componentes del grupo le acompañaron. Lloraban los primeros, así como los segundos, irritados, dispersos, y temerosos, buscaban la manera imposible de sacarlo de allí. Pareció expirar cuando el romano le atraviesa el costado tratando de confirmar su muerte. Jesús, poco antes, superando ya la resaca producida por la borrachera consumada en aquella que habría de ser la última cena, elevando los ojos al cielo, bajo un potente sol deslumbrador, pronuncia aquellas palabras de: “Padre mío porqué me has abandonado” Se dio cuenta, ya sobrio, de la situación, reclamando, irritado, a un Yahvé que ya negaba, que no había valido la pena el luchar por una causa bien perdida. La guerra de guerrillas, practicada por aquellos nacionalistas desesperados no podía tener éxito alguno contra la demoledora maquinaria de guerra romana. Ni aquel dios tonante, como demostrado queda, podría con ella. Longinos, el alanceador del costado de Jesús, confirma la muerte del maestro del grupo desangrado en la cruz. Los propios judíos, hartos de los problemas acarreados por el fanatismo de Jesús y su grupo, le arrojaron una corona de espinas para que poniéndosela sobre la cabeza hiciese gala de su reinado de terror y blasfemia. Continuará… Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 04-04-2015 Los dos cuadros pertenecen a mi colección titulada: "Viudas de Dios" Títulos: "Jesús camino del Calvario" Y "Mater Dolorosa" Año: 2009

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