sábado, 25 de abril de 2015

LA CULTURA Y EL ARTE ABANDONADAS Y MENOSPRECIADAS

La cultura y el arte en España, martirizadas y desaparecidas El ministro de cultura, desaparecido desde hace tiempo. Su feo rostro de Nosferatu, tras los desplantes y ninguneos bien merecidos, por parte, de las gentes universitarias, así como de todo tipo de artistas, comediantes, e intelectuales, no se deja ver por ningún lado. Las injustas tasas, impuestas a ese colectivo tan necesario para dar brillo a los estados y a los pueblos, están acabando con el genio creativo de este país. Un sector tradicionalmente heroico, que ha sufrido más las necesidades que las harturas económicas, fundamentadas tradicionalmente en el desprecio y abandono de todo tipo de artes y letras, que una gran mayoría de nuestros gobiernos, y desde hace siglos, practica de manera recalcitrante, torpe, y cruel. Héroes de ambos géneros, quienes por vocación profunda, estrecheces y esfuerzo continuado, dieron, y dan gloria a una España que, al menos dentro de la oficialidad pública, no se merece. Desde unos cargos políticos inanes, impone el desprecio a quienes nos diferencian y con mucho, del común de los mortales. Jamás ayudas y subvenciones adecuadas, como sucede en otros países de nuestro entorno, fueron destinadas para ayuda de tan encomiables trabajos, que además ahí están y permanecen. Desde Velázquez, Goya, Picasso, y tantos otros, somos mirados en el mundo entero como reserva del arte universal. Aquí, todavía no se han enterado, imbuidos como están de un catolicismo destructor de la verdadera cultura. El artista es inteligente, y por lo tanto crítico. Un peligro. Hay que silenciarlo por hambre. Les cargan de impuestos sin conocer siquiera la lucha y el esfuerzo que hacen para sobrevivir. Dejan luego su arte a quienes no se lo merecen. Sandro Botticelli quemó en la Piazza de La Signoría en Florencia, las obras que albergaba en su taller, 7 de febrero de 1497. El fanático monje católico Savonarola fue el inductor de tal crimen. Este gobierno actual plagado de savonarolas, pretende, con tales medidas impositivas, hacer sufrir a los genios artísticos. Sometidos a la pobreza y a la duda, se les impide así el desarrollo de sus artes. “Mens sana in corpore sano”. Si no hay que llevarse a la boca, la inspiración no puede venir y el arte, por lo tanto, se detiene. ¡Ciertamente, este no es mi país! No nos merece. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 21-04-2015

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