sábado, 25 de abril de 2015

ÉTICA EN LA POLÍTICA ESPAÑOLA

Ética y política. Una mala combinación en este país En la reunión de nuestra Taberna do Croio, este fin de semana hemos decido, a la vista de los perturbadores acontecimientos políticos en el ámbito de la corrupción, tratar el tema de la ética. Hemos coincidido en que resulta dicha palabra algo muerto y desaparecido en el concierto político español. Es algo normal, considerando la falta de ética de la que la gran mayoría de nuestra casta política suele hacer gala. De ahí, que el comportamiento ético de esa casta esté tan alejado de un concepto tan necesario, y que además debiera ser definitorio del comportamiento de aquellas personas que por sus cargos han de representar la mayor honradez y honestidad. Decíamos durante la reunión, y todos de acuerdo, que la falta de uso de cualquier cosa o concepto, acaba irremisiblemente, o bien destinado a la desaparición, al deterioro, o sumido en el olvido, y como consecuencia, su práctica también desaparece. De esta manera, y como es el caso, todos en la casta contentos al no tener que sufrir el significado de tal término por no escucharlo habitualmente. Es desterrado a perpetuo, para de esta forma, poder cometer todo tipo de fechorías. Existe riesgo fundado de contaminación social, y ello es lo peor. Consideramos que el término ética debe, y con premura, extraerse del olvido, reponerlo, y cada día restregárselo insistentemente por las narices y a través de los medios, a toda la caspa política, para ver si de esta manera llegan, al verse retratados en su indignidad, a sentir un mínimo de vergüenza y contrición, y así, cargados de un oprobio admitido, pedir perdón, abochornados por sus hechos. Renunciando a sus inmerecidos cargos, reponer lo robado, y consentir en pagar por lo hecho, tanto en multas pecuniarias como en destinos de mazmorra. Aunque en este país, la arraigada herencia franquista y catolicista, propias de aguas de retrete, hipócritas y desvergonzadas, hasta lo de ahora impidieran esa regeneración ética. Decía Henry Kissinger que el noventa por ciento de los políticos da mala reputación al diez por ciento restantes…Creo que se acerca a la verdad. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 25-04-2015

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