sábado, 25 de abril de 2015

LA NUEVA SISSI O LA EMPERATRIZ DE OVIEDO

La reina Leticia y sus frivolidades Ayer pude asistir escandalizado, lo mismo que todos los miembros de la numerosa agrupación “A Taberna do Croio”, y republicanos de pro, a la contemplación de la llamada nueva imagen de Dª Leticia Ortiz, reina de las Españas y presunta princesa de la escanciada sidrina. Nuestra sorpresa era de epopeya. Pensamos y así lo manifestamos, que nos encontramos ante una persona que no sabe el lugar que ocupa. Pareciese que hubiera perdido el norte tal y como se presentó. Más bien para un desfile propio de una feria de las vanidades. Para suavizar tal cosa hizo luego su aparición una especie de asesor cuyo nombre no recuerdo, hablando de las maravillas de la niña coronada, en la línea de un así acercamiento, cosa errónea totalmente, a la sufrida sociedad española, que a la vista de los acontecimientos no esta para este tipo de frivolidades tan escandalosas, sobre todo por provenir de quienes debieran, de alguna manera solidarizarse con el dolor y el sufrimiento de un gran sector social, que, para mayor burla y escarnio, ayuda a pagar sus infinitos sueldos. Ya nos tiene acostumbrados su majestad a reparaciones en el rostro, trajes y vestidos, más propios de una superficial actriz del Hollywood de los años treinta, cambios histéricos de peinados, gritos a un periodista cuando le pregunta que para que medio trabaja. Ella responda airada y ejerciendo de faraona: ¡soy una princesa real! En fin, hartos de tantas estupideces, y las que aún nos queda por ver, expongo aquí en estas líneas mi desacuerdo con el comportamiento de la actual reina. María Antonieta perdió la cabeza en la guillotina por cosas parecidas, y la emperatriz de Austria, Isabel de Baviera, más conocida por Sissí, esposa del emperador Francisco José, sufrió un atentado mortal a las orillas del lago Lemán en Ginebra, a causa de aquella estupidez que la llevaba a la obsesión enfermiza por su figura y aspecto. Solo le falta instalar a la nuestra, entre los parterres del palacio de la Zarzuela, una pista circense como Sissí, en el colmo de la estupidez e infantilismo más profundo y baladí, instaló en los jardines de su palacio de Corfú. No se apuren, todo se andará. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 22-04-2015

No hay comentarios: