jueves, 10 de abril de 2014

LAS POLÍTICAS MUNICIPALES Y OTRAS

COHECHOS, COIMAS, Y RAPIÑAS MUNICIPALES De todos los habitantes de pueblos pequeños o ciudades de todo tipo, es conocido el patrimonio, aunque no en detalle, de sus alcaldes y concejales. Y comparando lo que la mayoría de esos conocidos de ambos géneros, metidos en la política local y aún con ramificaciones de mayor enjundia, tenían antes de su entrada, que pretenden a perpetuo en las instituciones públicas, con el monto con el que salen, o aún por codicia y temor se mantienen contra viento y marea es delirante. Hay un abismo entre ambos patrimonios, aquel de entrada y el posterior, que manifiesta, cuando menos, un comportamiento irregular. Creo que sí se están mirando con detenimiento las finanzas y patrimonio de los de muy arriba y así sacar a la luz los cohechos y otras lindezas, debiera también la justicia tomar cartas dentro de la política más local y cercana. A buen seguro, y a poco que se investigara saltarían las alarmas y las luces rojas estallarían. Las corrupciones generalizadas dentro de la política más cutre y local sacarían a la luz los delitos que la mayoría ciudadana conoce, pero que se ve impotente ante tanta manipulación, desfachatez y soberbia, propias de una mayoría de esas gentes metidas en política únicamente para dar satisfacción a sus intereses codiciosos. Quienes una vez comenzado su desarrollo e intentos de perpetuidad, ya miran a sus convecinos por encima del hombro, eso sí, con meliflua palabra en período electoral. Claro que la justicia tendría tanto trabajo que saltarían los fusibles judiciales fundiendo escandalosamente todo el entramado político de este país en el que la picaresca más populachera se ha encaramado a las poltronas más casposas. Rinconete y Cortadillo, ¡dos ingenuos al lado de los retrepados poltroneros!, Monipodios electos y con manípulo, dentro de la farsa que resulta ser la representativa democracia española. ¡De coña! Si no fuese por la gravedad de los delitos. Aquí tendrían que dimitir los de arriba, los da abajo, y los del medio, quedando así el país en un estado de pureza ácrata, silvestre y feliz. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 10-04-2014

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