domingo, 27 de abril de 2014

CANONIZACIONES PAPALES: MAJADERÍAS CATÓLICAS

CANONIZACIONES PAPALES Canonizaciones papales ¡pero qué disparates! En pleno siglo XXI y todavía con jubileos faraónicos. Elevar a los altares de lo divino a unos señores vestidos de pena y farsa bizantina como si fuesen Ramsés II o más bien Akhenaten el faraón hereje, de cuya doctrina plagiaron la suya a la que luego fueron añadiendo paganismo de todo tipo: Osiris y su trinidad con Isis y Horus, de Egipto, Apolo y otros de la Grecia clásica, Mitra de Persia etc etc. Resulta tan anacrónica y obsoleta toda esa parafernalia católica que agrede a las mentes más cultas e informadas. Un agravio sin precedentes a la inteligencia. Procesiones isíacas por el Nilo del sur, y el encuentro entre Amón y su paredro Mut durante las Fiestas del Valle del dios imperial Amón en la antigua Tebas, camufladas en las procesiones católicas más deprimentes y vacuas. Hablan de un gran seguimiento para estas celebraciones. Unos dos millones de fanáticos católicos, enfermos de neurosis colectiva. Yo digo que en el concierto mundial resulta una cifra bien insignificante, aunque llenen y abarroten Roma y la plaza de San Pedro. ¡Qué ego tan desmedido! Papas de la nada que venden humo a unos creyentes fanatizados, de tal manera limitados para pensar y desarrollar materia que sientan se enfrenta con el dogma. La ciencia el caso más paradigmático. El arte cuando no representa sus intereses vacuos y aburridos también es la diana de sus malvados dardos. Canonizar a un papa es lo más absurdo y surrealista. Ellos son los primeros que no creen en ese dios católico que tanto publicitan y veneran. El negocio milenario que les proporciona el mercadeo con esa entidad inexistente es lo que pretenden continúe para solaz y desvergüenza de la jerarquía y el sufrimiento arrodillado de sus ingenuos fieles. La carta del cardenal Bembo a Juan de Médicis más tarde papa lo expresa bien claro: “De todos nosotros es bien sabido lo beneficiosa que nos ha resultado esta fábula de Jesús” Y yo digo con sarcasmo y pena: ¡Ay señor, señor, cuando acabará todo esto! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 27-04-2014

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