sábado, 5 de abril de 2014

ESPERANZA AGUIRRE; LA REINA DEL CHASCARRILLO

ESPERANZA AGUIRRE; LA REINA DEL CHASCRRILLO Esperanza Aguirre o La Jocosa de pollera recortada, se las pinta sola para convertir cualquier cosa que emprenda o toque en una bufonada del más bajo casticismo. Tras la situación creada con su multa en la Gran Vía madrileña, podemos entender aquello de cuando hace unos años nos vendió la pizpireta el interés que su genio despertara en una empresa de caza talentos. Se habían tirado a por ella como el paradigma del talento hispano. Talento del chascarrillo más populachero y del cómico de la legua. Qué se dedique a protagonizar los entremeses de Cervantes o los pasos de Lope de Rueda, seguro que tiene éxito. Ya vemos el ego de esta señora que se pasea por los medios de manera impertinente. Ese talento del que presume probablemente no va más allá que aquel de una charlatana de tómbola de los años sesenta. Resulta indignante que este tipo de politiquillos estén rigiendo los destinos de un país o territorio autonómico. En cualquier estado decente y serio, con democracias verdaderas, una “señora” con tal comportamiento hubiera sido obligada a dimitir sin más. Resulta una bofetada a la decencia de esta sociedad española, con un nivel en su conjunto muy por encima de los políticos que en desgracia le han tocado. Es más, aún se le ríen las gracias, convirtiéndonos en un país de chiste. Resulta patético que a un pueblo tan serio y trabajador como es el español se le pueda tomar el pelo de esa manera y no pase nada. Luego se quejan de las manifestaciones y la minúscula violencia, necesaria para que tomen en cuenta la sustancia de la protesta. Ahora se permiten el presentar unas leyes mordaza que pretenden aprobar arrodillando así a jueces, medios, y la sociedad al completo. El pueblo español como dueño de los destinos del país no debe, bajo ningún concepto aprobar esas medidas, ilegales e injustas. Y volviendo a la señora Aguirre, lo mejor es que se marche a su casa, se le investigue su patrimonio con rigor, como a toda la casta política, y hacienda y la justicia obren en consecuencia. Se le agriaría, lo mismo que a Puyi esa sonrisa jocosa tan molesta e impropia para un político serio y decente. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 05-04-2014

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