ERNESTO ANIDO Y SU SUELDO A CUESTIÓN

ERNESTO ANIDO Y SU SUELDO DE ALCALDE ¿Pero cómo se puede plantear siquiera aquello de suprimir el sueldo de una persona que está en el ejercicio, en esta caso público de sus funciones? Según la constitución quien desempeña un trabajo conocido mediante contrato público o privado debe ser remunerado en la cuantía pactada o tradicionalmente reconocida. De no ser así, entonces el delito de estafa y esclavismo será punible hacia aquellos que basándose en razones espurias y de venganza, pretendan tales cosas mediante la manipulación de cargos y personas con influencia para apoyar mezquinamente el reprobable acto. Las vías para suspender ese tipo de sueldos de orden público han de ser muy miradas por las autoridades competentes con la seriedad y rigor que merece el caso. Jamás a la ligera y en base a un trufado de cargos debidos al amiguismo encubierto o simonías, ya creados o colocados durante largos períodos de gobierno, propios para la consecución de un estratégico y llegado el caso, manipulado poder clientelar. La manera única de suspender ese tipo de sueldos, es aquella de despojar legalmente de su cargo o cargos al señalado, eso sí, tras demostrar hechos de tal gravedad, y proporcionados al castigo deseado, cometidos por la persona en cuestión, y que así lo requieran. De no ser así, esa intención solo será una venganza producida por la pataleta infantil de unos cuantos agraviados qué con razón o sin ella, no lo sé verdaderamente, pretenden saltarse las leyes y la decencia en materia de tanta enjundia, a la búsqueda de un castigo fulminante cegados por esa ansia de venganza. No perdamos los papeles y seamos coherentes y serios con este peliagudo tema que pudiera traer consecuencias muy graves, tanto para los envenenados como para las gentes de leyes que se puedan ver implicados, debido a sumisión por deuda, en la determinación de sentenciar y aplicar tal castigo. Sería cosa de caciques y pretendidos amos. Algo propio de tiempos pasados, casposos, y cutres. Involución hacia aquel caciquismo gallego más detestable. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 17-04-2014