jueves, 8 de agosto de 2013

LA CRISIS Y LOS MEDIOCRES DENTRO DE LOS AYUNTAMIENTOS

LA CRISIS Y LOS MEDIOCRES DENTRO DE LOS AYUNTAMIENTOS Cuando en una institución pública cercana, como son los ayuntamientos, se nos cuela alguien mediocre, será un grave problema para el desarrollo y realización de proyectos válidos. La envidia solapada, y ahí está el peligro, en el disimulo, originada en la inutilidad sabida de tales elementos, dará al traste, mediante el engaño más sonriente, aunque con chispazos incontrolados de odio, de todo gran proyecto salido de personas de afuera de la cofradía, quienes sin pretender gloria propia, ceden esas ideas brillantes a tales personas, debido quizás a un vínculo de amistad profunda y generosa. Cuando esa persona inocente, inteligente y buena se da cuenta de la envidiosa traición, el plan ya ha sido quebrado desde la sombra y dentro del engaño más mezquino. Las personas mediocres, buscando mediante todo tipo de subterfugios, el encuadrarse en las instituciones públicas, únicamente parasitando, deben ser detectadas y expulsadas. No es difícil su localización ya que sus obras, en bien poco tiempo las han de dejar al descubierto. Un corporativismo enfermizo suele detener la limpieza. Las listas abiertas facilitarían esa sana labor. La persona agraviada, muchas veces por una ingenuidad desprendida de la bondad, aunque ya se haya percatado del fraude, dejará, debido a ese cariño antiguo y a la perplejidad, pasar un tiempo precioso, necesario para detener a ese tipo de impostores e impostoras. Solo pretenden sacar adelante sus menudencias y frivolidades, que para que destaquen algo, deben procurar desde su cargo y circunstancial poder, frenar los mejores proyectos, propios de aquellas gentes cercanas, y que por ello saben de tales propósitos, y que además son puestos en sus manos generosamente como ayuda a su labor. La necedad les hace incapaces de darse cuenta de la magnanimidad que se les ofrece. Estas situaciones tan mezquinas, y onerosas por otra parte, complican de tal manera el buen entendimiento, el desarrollo, y el progreso, que impiden, con sus marrullerías y falsedades, que algo bueno pueda salir adelante. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 21-07-2013

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