LA CRISIS O EL DESASTRE DE LA CONSPIRACIÓN

LA CRISIS Y LOS CRUELES PODEROSOS Desde los primeros artículos de estas crónicas de la mal llamada crisis, dejamos apuntado que esta no era más que una conspiración de los poderosos y amos del mundo contra los de abajo. Hoy, a tenor de las exigencias de Bruselas de rebajar los sueldos en España, y otras cosas, un 10% más de lo que ya están, no deja duda alguna de lo que venimos diciendo. Cuando ellos cobran inmensos sueldos, comisiones varias, y los llamados gastos de representación, amén de privilegios de todo tipo. ¡Qué desvergüenza! En a “Taberna do Croio” no somos tontos. Y aunque tampoco seamos profetas, todo indica de donde proviene este desaguisado que eufemísticamente llaman crisis, cuando ha sido creada tal situación por intereses varios para dar así satisfacción a esos señores del mundo, quienes además, y en todo rango, ya buscan gangas en todo tipo de compras y transacciones, con la intención de enriquecerse todavía más, despojando a los de debajo de lo poco que tienen. Se sirven de una política multiforme que estratégicamente han precarizado, convirtiéndola en enclenque al depositarla mayoritariamente en manos de políticos peleles, quienes por unas cuantas monedas y cascajo social de aparente grado superior, se prostituyen, vendiéndose como meretrices a ese grupo de mandatarios ocultos que son quienes en realidad, y por detrás, lo gobiernan todo según su antojo e intereses. Van a la búsqueda funesta de la esclavización de las sociedades en pos de la involución hacia una nueva Alta Edad Media, producida tras la decadencia, y posterior caída y fragmentación del Imperio Romano. Donde, y durante siglos, todo fue confusión, pobreza, esclavitud y rezos, sobre todo, y como siempre, entre los de abajo. Si la sociedad en masa, con sus representantes de a pie, nada de políticos nada de políticos de medio pelo que son los que tenemos, no toma medidas contundentes como para atacar el desastre que ya tenemos encima, podemos darnos por arrodillados, y merecedores de este mal que ya nos oprime cruelmente como fatal losa de piedra de muy diversas maneras. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 07-08-2013