Todos somos Leo Messi
Pero qué desvergüenza y
desproporción esa insultante campaña del Barça a favor de un par de defraudadores,
padre e hijo, de cantidades millonarias a la búsqueda de un perdón judicial y
de hacienda, como si de un salvador de la patria se tratase. Algo insólito en
un país decente y con instituciones serias y objetivas. El que la hace que la
pague.
Personas decentes y
trabajadoras expulsadas de sus casas por un quítame allá esas pajas en
comparación con lo expuesto. Además a todos nos atañe ese tipo de fraudes, y
encima si la sentencia es rotunda por culpables se pretende que el club azul
grana corra con los gastos, sea de manera solapada en una subida de sueldo al
jugador argentino o bien de manera abierta correr con todos los gastos civiles
ocasionados por la sentencia. Jamás pude entender como un sector tan
mayoritario puede verse entregado a cosas tan tontas como pueda ser el fútbol y
otras. Negocios infinitos, semejantes en su estructura al fraude multiforme de
la secta católica. Grandes subvenciones estatales sufragadas con el dinero de
todos, pero que no en todos repercute en materia de beneficio. Fraudes
inconmensurables a la vista de una sociedad ciega y por ello consentidora. No
olvidemos que la situación de crisis actual y desde hace ya algunos años,
tiene, según Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, unas especiales
singularidades en lo que a España se refiere, y en su libro: “El Precio de la
Desigualdad”, en el que dedica un capitulo aparte a la crisis en España, diciendo
entre otras cosas que en nuestro país han fallado por estrategia interesada los
mecanismos de supervisión y control. Está diciendo entre otras cosas que la
política y las instituciones, de alguna manera son corruptas en España, y
desiguales en el tratamiento a los distintos sectores ciudadanos. Encubierto
todo dentro de una justicia artera y cargada de argucias legales, heredera
incuestionable del régimen autoritario fascista liderado por Franco y sus
secuaces. El futbol debiera ser únicamente de nivel local y modesto, destinado
a entretener a un sector ciudadano minoritario y poco más, lo mismo que la
secta católica antes citada. Entre ellos y otros cuantos devoran una parte
importante del erario público, gestionado así por poderosos y astutos
entendidos en la materia, burlando mediante intoxicación continuada a una
sociedad engañada: ¡lanistas, gladiadores, y culto divino al voraz emperador!
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de
Fiunchedo-Sada; 11-07-2016
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