A Taberna do Croio en la playa de Miño
Hartos de tanto debate
político agobiante y confuso, plagado de frutos podridos y envenenados, unos
cuantos miembros de “A Taberna do Croio” nos trasladamos para solaz y devaneo
hasta la hermosa playa de Miño.
La manada humana que
por aquellos arenales discurría nos produjo la necesidad algo frívola, pero no
carente de fundamento de divagar y especular acerca de esa grey. Era un
remolino de gentes feas y sin gracia alguna, y si bien es cierto que algún
ejemplar pudiese salvarse de la quema no hacía sustancia para mejorar nuestra
apreciación de tal multitudinaria reunión. Pensando en la belleza innegable de
una manada de cebras listadas, de hermosos caballos, tigres, elefantes, cabras,
gatos, codornices, jureles marinos y caballas plateadas, entre otros muchos,
nos dábamos cuenta de la escasa belleza de nuestra humana estirpe. Ponderada
como la primera y la reina de la creación por el dios de los judíos, cristianos
y musulmanes, nosotros entre risitas y chascarrillos coincidíamos en el error
tan grande de un dios ignorante y sin mientes como es aquel de definirnos como
lo más grande e inteligente. Craso error, cuerpos malformados ya por la edad o
simplemente por las deficiencias de la raza ponían de manifiesto que no somos
ni los primeros ni los mejores. Nos apoyamos para arrastrar nuestra existencia
en todo tipo de muletas ya intelectuales, físicas, o aquellas todavía peores y
necias como son la mayoría de las tradiciones y malas costumbres elevadas a la
categoría de excelencia. Vamos, una pobre reducción animal con todo tipo de
carencias y necesidades profundas para el desarrollo de unas capacidades bien
limitadas. La experiencia de la contemplación de tal manada cargada de
sombrajos, sillas, gafas, bolsas, cremas y otras menudencias nos daba la
percepción comparativa de lo completo que son las demás especies sin necesidad
de tantas apoyaturas esclarecedoras de nuestras grandes limitaciones. Una
especie, la humana, casi reciente en el planeta debido a circunstancias
climatológicas y ambientales, qué posiblemente y por obra y gracia de su insensatez
natural pueda que desaparezca más bien pronto que tarde, mientras las demás
especies continuarán adornando el planeta, y ya sin el agobio y persecución de
los inhumanos seres humanos. Paradojas y comparaciones chuscas.
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de
Fiunchedo-Sada; 20-07-2016
Mi gata Gelines con los aderezos naturales de collares y maquillaje de ojos tomados prestados por los antiguos egipcios
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