ESPERANZA KAKAPU

Esperanza Aguirre y el pájaro kakapu El pájaro kakapu. Una especie de loro al despiste camuflado en lechuza. Se pasea por su entorno sin saber ni poder volar, pero lo mismo que las gallinas da saltos con sus torpes alas desplegadas con fuerza como si fuese a emprender un vuelo transoceánico. Nadie se lo cree. Mira a los lados con desgaire, pestañeando como loca seductora. Se pone farruco el kakapu, como si fuese a sacarse las pistolas de las cartucheras. Todos sus actos no son más que una especie de simulacros de inteligencia y pragmatismo. ¡Vamos! Un bluf. Y aunque él, por pedante no se entere, todo su entorno conoce su estupidez, camuflada en plumas al cuello, como la otra con sus fulares ocultando arrugas garganteras. Se pasea por Madrid como si fuese la reina del Chantecler, obviando a los agentes de movilidad, y de quienes huyó como delincuente inmigrado. Una especie de kakapu inflado, y con ínfulas de un talento superior cuando no es más que una pobre mujer con ganas de cacarear sin haber puesto jamás un huevo. Engaño y petulancia. Pobre Espe. Más ajada que una pasa, pero sin el dulce sabor de la uva. Resulta agria como el melón pasado que de morderlo te salen ampollas y te atragantas cloqueando. Andares y miradas nerviosas de kakapu, ladeando la cabeza al mismo ritmo que esa ave que ni siendo chichí ni limoná, van de rumbosos dando clases de inteligencia superior cuando lo que pretenden, el uno y la otra es, en su patético disfraz plumífero, ocultar la realidad de su propia inoperancia y cutrez. Váyanse en internet al video del kakapu, y comprobaran que la similitud, tanto física como de comportamiento, entre los dos personajes, la Fuencisla y kakapu, es ciertamente asombrosa por certera y divertida. Claro que el kakapu no pretende cargo público alguno, y mucho menos el de alcalde de Madrid ¡faltaría más! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 14-05-2015