viernes, 20 de marzo de 2015

CRÓNICAS DE LA CRISIS VISTAS DESDE EL FUTURO

CRÓNICAS DE BERTRAND PIOJO DEL CLARINETE: 02 Y como pretendo darme a conocer con mayor precisión, aunque les hable desde el futuro, año de 2170 AD, tendré que comenzar por el principio. Diciendo que pertenezco, como ya anteriormente dejé expresado, a una familia de aquellas que perteneciendo a la clase que produjo la estafa en este país hace más de siglo y medio, a principios del siglo XXI, desde donde se fraguó la importancia de mi familia y apellidos. Todo sostenido en la corrupción de uno de mis antepasados: Bernardino Piojo Fernández, primer conde del Tropezón. Era Bernardino tan allegado a los poderes, cómo que era uno de los amigos inseparables del rey de entonces, según las crónicas: D. Juan Carlos I de Borbón. Hoy por suerte, ya vivimos, y desde hace lustros, en una república seria y socialmente equilibrada, totalmente alejada de las frivolidades propias de todo tipo de monarquías. Por aquel entonces, la mayoría de partidos políticos rendían a la institución monárquica, un temor reverencial que los incapacitaba para ejercer una verdadera política social, igualitaria, y digna. Bernardino, mi antepasado, después de una noche de juerga infinita con su majestad. A la mañana siguiente, y con la resaca correspondiente, y haciendo la obligada reverencia al rey, se dio un tropezón en uno de los escalones de entrada del palacio de la Zarzuela, residencia habitual de los reyes, cayendo de bruces, y estirado a los pies del alegre monarca. Fue en ese momento cuando el rey, vivo y jocoso como era, decide otorgar a Bernardino el título solemne de primer Conde del Tropezón, con carácter hereditario. Sí en un principio, la cosa causó hilaridad oculta, hemos de decir en honor a la verdad, que bien pronto aquel título se convirtió en algo de honor y respeto. Mi familia, y desde la proclamación de la república, hubo como tantas otras, de renunciar a tales distingos aristocráticos. La III república no admitía tales diferencias entre la nueva ciudadanía, que había pasado a tal estatus de dignidad, abandonando aquel de súbditos, en que le convertía una monarquía, qué aunque llamada constitucional, en verdad, no lo era tanto. Quería decirles, que hace unos años, revisando documentos de la época de la estafa, y que ahora estudiamos, y preparando mí tesis doctoral sobre ella y su contexto histórico, en los archivos de un pequeño pero sustancioso museo ubicado en Sada, fundado en la época, me encontré con cientos de papeles firmados, referentes a la estafa, y además cronológicamente fechados. Bien, fueron ellos los que me dieron variada e interesante información de aquellos hechos que aquí iré relatando en diferentes capítulos, en el deseo les resulten atractivos para esclarecer, al menos en parte, aquella estafa llamada eufemísticamente crisis, tratando así de ocultar a los verdaderos fautores de la debacle. Iremos, a partir de hoy día 07-10-2170, año 125 de la IV República de España. La anterior, la tercera, resultó quebrada pocos años después de su proclamación, debido a los efectos contaminadores que se arrastraban del oscuro período anterior. Y continuaremos con las crónicas... Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 20-03-2015

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