LOS NUEVOS POLÍTICOS LAICOS

Los nuevos políticos y el inicio de la sensatez Me parece mentira, el oír, que algunos de los nuevos políticos se nieguen a asistir a las tonterías católicas oficiales de templo, hostia, y cáliz. Aducen que este estado nuestro es aconfesional, y yo aún añadiría más: laico, y bien alejado de esas fábulas infantiles y peligrosas, tan propias del catolicismo más ultramontano característico de esta España en la que durante siglos han mandado las sotanas y las mitras. Ya iba siendo hora de que nos alejemos de la involución sufrida por este país desde Nicea, y apostillado con firmeza y crueldad por el franquismo más traidor a una sociedad librepensadora, a la ciencia, a las artes, dentro del nacionalcatolicismo más torcido y anticristiano. Me alegra saber que los inanes actos católicos de ofrenda al apóstol, los de Lugo al santísimo, y otros, no han de verse sustentados por las autoridades políticas electas. Como ya hemos dicho en A Taberna do Croio en tantas ocasiones, la religión y las creencias, en la privacidad de las casas y en los templos respectivos. Desde luego, estos principios de laicidad nos ilusionan, sobre todo como una señal de que otros, propios de los multiformes ámbitos sociopolíticos se vean también influidos para caminar hacia la modernidad y el progreso verdaderos. Cuando las creencias religiosas trufan los sistemas políticos, nunca los beneficios desprendidos de los poderes electos han de ser los genuinos y exigidos por una sociedad sensata, y conocedora, sean creyentes o no, de lo que realmente es una democracia. La mayoría de nuestra casta política continúa siendo cutre y caciquil. Una especie de nueva aristocracia, implantada tras los amaños que permite nuestra falaz democracia, es lo que resulta este sistema español de camuflaje franquista, cobijado en una monarquía de baratillo, implantada por el aborrecido dictador de El Ferrol, “vaya o demo zoupando con él”. El mismo demonio es poseedor de más virtudes que aquellas del dictador y su corte, que aún permanece camuflada en una gran mayoría de la casta política. Y por otro lado… ¡vaya juerga guerrera nos espera en Madrid si se confirma el apoyo de Ciudadanos a Cristina Cifuentes! ¡De circo entre Carmena y Cifuentes! Quedaremos a la espera. Animación y jolgorio asegurados. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 11-06-2015