ESPERANZA AGUIRRE Y SU DEFENESTRACIÓN INMEDIATA

Esperanza Aguirre y el quitasol Como dice la letrilla de la canción…”A la sombra de una sombrilla de encaje y seda, con voz muy queda canta el amor”, claro, como aquel que sintieron Esperanza Aguirre y Paco Granados, su delfín. Ni el quitasol del cartón de Goya será suficiente como para guarecer a la presidenta en funciones del PP de Madrid. Hará falta mucho más que aquello de extenderse sobre la fresca hierba de la pradera de San Isidro de Madrid, cuajada desde hace siglos de majos, manolas, chulapas, y chelis de toda laya. Pobre Esperanzita. La fusta de la justicia, aunque tarde, mal, y arrastro, se cierne ya, cercándola y sin posibilidad de huida. ¡La que está cayendo en Madrid! Esas personas políticas profundamente relacionadas con ella, no han de mantener su silencio viéndose en tal situación. Posiblemente, nuestra castiza heroína pasará de semejarse a una Agustina de Aragón a la madrileña, a ser la mariposa pizpireta caída en desgracia, y atrapada bajo el butterfly hunter. Tras los arreglos y pactos que consoliden los diferentes gobiernos, es muy posible que una gran tropa de los apartados por voluntad ciudadana, vea sus tropelías y amaños múltiples descubiertos. Comenzando entonces la caza y captura, durante tanto tiempo soñada por una decencia hasta ahora tristemente fusilada. Esperanza Aguirre, en el ojo del huracán, está rodeada de excrementos políticos hasta las mismas narices. Ninguna persona adornada con tales coronas, puede sostener para sí, una limpieza y honestidad verdaderas. Nadie se lo cree, a no ser que medicamente se demuestre que esa persona es tonta de capirote. Y no parece ser el caso. Aunque también, aquí en A Taberna do Croio diremos, qué si algún talento tiene la señora con grandeza de España, es, al menos presuntamente, aquel de aprovecharse de sus cargos para satisfacer sus caprichos e intereses, propios de una fantasmal y caciquil dama goyesca, a la búsqueda de una imitación ramplona de aquella Cayetana de Alba, patrona de Goya, en una pirueta populista de lo más ridículo, vergonzante, y anacrónico, que la deja en evidencia ante las mentes más preclaras y avanzadas. Señora Aguirre, dama de la tontería y espejo del kakapo, ponga si las tiene, sus barbas a remojo, ya que las de los suyos están empezando a ser cortadas, y sin posibilidad de volver a crecer. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 04-06-2015