viernes, 3 de octubre de 2014

TARJETAS FANTASMA Y OTRAS VELEIDADES DE ESTE PAÍS

TARJETAS FANTASMA Y OTRAS Y continuamos con el chorreo diario de corrupción y desvergüenza dentro de las instituciones de este país, ya sean públicas, privadas, o compartidas. La impunidad de la que disfrutan este tipo de delincuentes resulta sangrante y bochornosa para la sociedad española, que ya no sabe ni que hacer ni por donde tirar. Lo de las tarjetas fantasma de Caja Madrid publicado en el año 1999 en diario “El País”, y dictaminado por la fiscalía como algo no delictivo pone los pelos de punta. Ese comportamiento de la fiscalía de Madrid deviene en sospechoso de complicidad. Mucho nos tememos que la cosa debió ser generalizada entre los equipos de dirección de esas instituciones y de sus compañeras mayores, los grandes bancos y financieras. Cañete hecho unos zorros para aprobar sus intenciones europeístas. El clan Pujol de escándalo. Sobresueldos en el PP. ¡En fin! Una nación en la que las instituciones están repletas de codiciosos de ambos géneros que la arruinan, y todavía los protagonistas se pasean como héroes ofendidos, protegidos bajo cuerda por una justicia sin calidad, con la venda de los ojos bajada, y haciendo guiños en una rueda agitada de intercambio de favores. Es despreciable que estemos mandados, que no gobernados, por tal casta de chorizos. Esta justicia interesadamente inoperante habría que demandarla ante los tribunales europeos como cómplice de la situación. Si funcionase como debiera jamás estas situaciones que nos abochornan ante el mundo, se hubieran dado. Ella, la justicia, es la principal causante de los males que sufrimos como colectivo social, como individuos, y lo que es peor, el sentirnos cuando viajamos al extranjero, y ante los comentarios, como ratas insaciables plenas de una codicia enfermiza y propia de miserables y muertos de hambre. Incluyen a la sociedad dentro del mal ya que seguimos votando a la misma basura que nos saquea y maltrata. Y aunque les digas que al menos hasta ahora no hubo alternativa, no se lo creen. Se ríen en mis narices y debo someterme a sus burlas y choteos de todo tipo. Créanme, es muy triste este tipo de situaciones contra las que no puedes hacer nada. Mi dolor y bochorno como español es de tales características que a veces pienso en marcharme de este país, y recorrer el mundo de incógnito, para no regresar jamás. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 03-10-2014

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