martes, 30 de septiembre de 2014

PODEMOS Y MÁS...

PODEMOS Y EL NEOZARISMO HISPÁNICO “Podemos”, una agrupación asamblearia surgida al calor de una juventud muy preparada académicamente y dentro del 15-M, se rebela como la fuerza necesaria para enfrentarse a una especie de zarismo casposo y enquistado propio de la alternancia de los dos partidos mayoritarios españoles, el PP y el PSOE. Hartos ya de sus cambalaches y promesas incumplidas emerge Podemos como una fuerza imparable y protectora, dentro de una especie de trotskismo anafiláctico. Nunca esa agrupación hubiera aparecido si las políticas de los diferentes gobiernos durante estos últimos treinta y ocho años fuesen verdaderamente democráticas, limpias, y transparentes. Los unos y los otros fueron los provocadores del nacimiento de “Podemos”, a quien temen y odian tan profundamente que buscan todo tipo de argucias e insidias para echarle abajo sin darse cuenta que la sociedad también piensa y sabe, y bastante mejor que ellos porque lo sufren, lo que conviene al país. Los que han estado durante más de treinta años, y esto es axiomático, no van a resolver los problemas que ellos mismos han causado, sería como poner a la zorra a cuidar gallinas. La sociedad es consciente de todo ello, y por eso da de buen grado y esperanzada, un voto de confianza a esa nueva agrupación que nos ilusiona dentro de un futuro cercano cargado de un programa que promete ser serio y aplicable, y que de alguna manera pondría al descubierto los errores, trapacerías, y amaños que durante tantos años han preñado la política de este sufrido país. Políticos, banqueros, jueces, y otros, corruptos y recalcitrantes que aún continúan en sus cargos disfrutando de prebendas inmerecidas riéndose de la sociedad en su cara. Malos aprendices de políticos, quienes desde los municipios más pequeños hasta las jurisdicciones más extensas que nos han mostrado sus arterías más despreciables y multiformes, han promovido la aparición de “Podemos”. La anafilaxia está en marcha, la sensibilidad social herida, debido a la acción excesivamente prolongada de las sustancias molestas, despega su fuerza en la superficie de la piel de toro para defenderse de las agresiones. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 30-09-2014

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