martes, 21 de octubre de 2014

SECTAS RELIGIOSAS Y FANATISMO A ULTRANZA

SECTAS RELIGIOSAS Y COFRADÍAS DEL FANATISMO Por si no era ya suficiente el secular fanatismo católico de este país, ahora, y desde hace años, nos vemos infestados por la peste de otras sectas del mismo jaez y origen bíblico. Un libro esa biblia de lo más torpe y mezquino. Testigos de Jehová, católicos, evangelistas, y otras. Se enfrentan entre ellos llenos de odio y rencores, y a dentelladas como si de lobos despedazando la pieza, la social en este caso, se tratase. Quisieran toda la pieza para sí sin compartir jamás. Matan por ello si es preciso y siempre que puedan, y lo que es peor en nombre del mismo dios. Cosas de esa malhadada e insaciable cofradía bíblica así dividida. El milenario negocio provee de pingües beneficios. Si ese dios existiese jamás permitiría tales aberraciones. Acabo de encontrarme con un conocido evangélico que llevaba de la mano a su nieta bien pequeñita. Cuando le pregunté si con ella iba a hacer lo mismo que con sus hijos, dentro de la cofradía evangélica, me respondió que sí -También habría de leer solamente la biblia- ¿Cómo puedes, le pregunté, robarle la libertad de pensar y de elegir a esta criatura? La someterás al desconocimiento de la verdadera vida y sus diversas y ricas funciones. Su respuesta fue un sarcasmo al tiempo que huía con odio manifiesto hacia mí. El atrevimiento de la ignorancia. Fue tanta la pena que esa pobre criatura me produjo que me cuesta deshacerme de tal sentimiento. ¡Naciendo e incapacitarla para pensar! Opino que estos comportamientos debieran ser contemplados como delito, y como tales castigados. Los seres deben ser formados en libertad y de manera igualitaria y aconfesional. De mayores que elijan, y entonces yo respetaré esa elección. Pero robar todas las capacidades naturales de un ser sin contar con la opinión de esa víctima inocente pienso que es un crimen execrable, y fundamento de la mayor de las frustraciones e infelicidades. Ningún estado serio debiera permitir estas cosas. Los fanatismos enfrentan a las sociedades y destruyen desde dentro a las personas que lo sufren, lo mismo que la carcoma a las maderas. Ese fanatismo no les permite discernir. Creyendo además poseer una parcela postmortem al lado del palacio de su dios. ¡Qué estupideces creen algunos humanos! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 21-10-2014

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