jueves, 7 de abril de 2011

CRISIS Y MÁS CRISIS ¡LOS CULPABLES!



CRISIS Y MÁS CRISIS

Curas con toda la jerarquía católica; la escombrera nacional, innúmeros políticos de mentes más cerradas que sus hipócritas bocas, la mayoría sin vocación ni preparación adecuada, amigos de esos políticos, amigos de los amigos de esos políticos, policías municipales en exceso, hijos de amigotes, guardias civiles en número innecesario, y todo tipo de enchufados y familiares, banqueros que practican la usura con sus clientes más necesitados, aunque muchas veces emprendedores, pero que favorecen a sus pupilos políticos; industriales y todo tipo de empresarios de alto copete, encompinchados con algunos de los poderosos políticos de todo nivel, aristócratas rancios, y monarcas de medio pelo, se llevan un elevado porcentaje del erario público de este país, ya sea en sueldos y privilegios de todo tipo, como pensiones vitalicias y otros lujos, sangrando así la producción de este católico país. De no ser de esta manera, creo que jamás nos encontraríamos en una situación económica tan crítica.
Todas esas gentes aludidas viven como reyes, posiblemente matando si hiciese falta, para continuar en sus cargos, y conspirando traicioneramente otros para acceder a lo que consideran el terrenal paraíso. De mediocres e incapaces es de lo que están trufados todos esos colectivos. Chupatintas que con fachenda desatinada, salas vip y first class o business class, se dan pote ante una sociedad trabajadora, asombrada y abochornada de ver tales cosas y trato, aunque sin poder atajarlas, padeciendo en muchos casos, también es verdad, un especial síndrome de Estocolmo. No nos olvidemos; las elecciones en estos casos sirven de muy poco, ya que la gran mayoría de las gentes, sean de un color político o de otro, que tratan de subirse a ese carro, y sobre todo una cantidad innúmera de las que ya lo están, no son apropiadas para defender y gestionar lo que tienen en sus manos; de ahí el enorme fracaso, la herencia franquista nacional catolicista pesa demasiado, y lo que es peor, la contaminación hacia los pocos que aún valiendo y mucho, no pueden desarrollar sus interesantes, progresistas, y válidas intenciones al ser constantemente machacados por aquellos. No olvidemos tampoco que la sociedad española, la de estas generaciones actuales, ha sido educada por fanáticos. Desde las madres con un catolicismo fundamentalista, interiorizado desde hace siglos, y tristemente reforzado durante el período franquista, y además, por unas instituciones académicas, desde la enseñanza primaria hasta la universidad, con sacerdotes católicos que lo llenaban todo, inmiscuyéndose decisivamente en todos los ámbitos del conocimiento y de la enseñanza, consiguiendo de esa manera lastrar el progreso de todo tipo, y modificar de manera involutiva y confusa el comportamiento y la posibilidad de la sana reflexión de una gran mayoría, de esa manera torcida y sin criterio, pero en la creencia vehemente y arrogante de estar en el camino de la verdad. De ahí que la mayoría social de este país aún defienda a sus verdugos, considerándoles equivocadamente sus maestros, y estimule los privilegios y el pago mensual de unas rentas que en el concierto nacional supone muchos millones de euros que esos curas, y clero católico en general disfruta, eso sí, después de enviar a la central vaticana, pingües beneficios para disfrute de un emperador llamado papa rodeado de su curia, quien detentando el poder político sobre el más pequeño de los estados, paradójicamente tiene el mayor número de súbditos ideológicos repartidos por casi todos los paises de la tierra, tributarios de ese obsoleto faraón, riéndose a carcajadas de todos nosotros, paseando sus inanes figuras cubiertas de costosas vestiduras, entre los adornados pasillos de los ostentosos palacios vaticanos, que desde hace siglos hemos pagado nosotros y las generaciones anteriores, aunque ellos luego, ostentando la gran desvergüenza a la que nos tienen acostumbrados, usurpen arteramente la propiedad de todo ello, dentro del ejercicio de una falacia sin medida, pero estúpidamente acatada por el gran rebaño de felices mostrencos.
Aún, toda esa gente sin escrúpulos, y otras que ahora no se me ocurren, saldrá más reforzada que nunca de las crisis que ellos mismos provocan y jamás padecen, marcando así, y para los tiempos venideros, si no se les pone coto, diferencias sociales de raíces, que aunque bien asentadas, propias de arbustos y matas ruderales e infectas.


Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 07-04-2011

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