jueves, 21 de abril de 2011

ATEOS Y CATÓLICOS EN MADRID


ATEOS JACARANDOSOS Y CATÓLICOS INTEGRISTAS

Resulta inconcebible que en estos tiempos informatizados y con tantos y grandes avances en todos los ámbitos, en nuestra querida y católica España, por lo que se ve, y cada vez con mayor fuerza, de pretendida, que no verdadera democracia, se prohíba una procesión atea en Madrid, preparada para salir el jueves 21 de abril de este año de 2011. Claro, como los integristas católicos piensan que son fechas que únicamente a ellos les pertenecen; secuestradas con el sábado, no se de que gloria, y el domingo de resurrección de no se quien; aunque creo que de un mito llamado Jesús. Otra de las tantas fábulas que las religiones se inventan y alternan, relevándose tras algunos arreglos, y sobre las que sustentan unos negocios altamente beneficiosos, que les suelen durar muchos siglos, al tiempo que someten y manipulan a las sociedades mediante el terror, la ignorancia y la pobreza, que toda clerigalla, y de todo tipo, época y credo, fomentan.
¿Cómo se puede consentir que se prohíba a unos españoles una cosa, y la misma, y durante siglos, se admita y potencie en otros? Las religiones como siempre, enfrentando a las gentes. Ellas encienden las guerras más sucias, duraderas, y llenas de criminales rencores seculares. Enfrentando a las dos Españas que ellos, con tales supercherías primero crean ¿Cómo se puede permitir qué una parte de la sociedad de este país pueda, tranquilamente y con fachenda fanática, manifestar públicamente aquellos despropósitos y esperpentos que entran en conflicto con toda lógica y razón, agrediendo al talento y a la inteligencia, de los que verdaderamente piensan y discurren en libertad y claro discernimiento? ¡Vamos, un mundo patas arriba! Ya me río yo de lo bueno que ha de resultar la “botifarrada” de Reus, que hoy 21 de abril, y una de las fechas secuestradas por el fanatismo católico, se celebra en esa ciudad de Girona, y desde hace ya muchos años, además en la plaza de la catedral, centro neurálgico de los actos fundamentalistas católicos, propios de estas fechas, en los que se exalta, sin saberlo la mayoría, los primeros calores del sol, tras el frío invierno, como símbolo de dios, en las antiguas religiones solares y agrarias, de donde el cristianismo usurpador y traidor toma el modelo para su dios encarnado, a la manera de un Osiris egipcio, o de un Apolo griego, y aún de tantos otros, como el iranio Mitra, cuyo mito influye directamente en el cristianismo.
Con información y cultura todas esas patrañas se vendrían abajo. Ya decía Platón por boca de Sócrates su maestro, en su diálogo: “La República”; que jamás debiera instruirse a los niños y a los jóvenes en aquellas cosas tan disparatadas y crueles como eran las violentas y atribuladas vidas de los dioses; que sí Saturno devora a sus hijos, que sí Zeus es un pica flor irredento, que si unos apoyan a los troyanos y otros a los aqueos en banderías divinas de odios y traiciones. En fin, disparates que llenaban según Platón, las mentes infantiles durante el período de impregnación. Difícilmente por ello, la posibilidad de borrarlos de su mente y de sus corazones, cuando alcanzasen la edad adulta. Marcados así, de manera irremisible, y contraria para un comportamiento libre, y poder dar salida a su talento natural con libertad, al quedar de esa manera, en poder de esas vacuas creencias el libre albedrío. En la sangrienta e inane fábula de Jesús, con un padre divino y celeste, ávido de sangre y venganzas incontenidas, que le envía a la tierra a través del vientre de una virgen terrenal, a sufrir y morir torturado como un delincuente, que dio como resultado un negocio infinito, entra también, ese tipo de adoctrinamiento dañino, encaminado al estropicio de las mentes y corazones de una mayoría de este enfermo sector católico de España y e otros paises, así como la mayoría de las gentes de sus antiguas colonias. Hoy países independientes, pero que sufren también, este lamentable vicio que es el fanatismo católico de procesiones de capirote macabro, y cachos de palo dorado, con humanas formas dolientes, y siniestramente castigadas.
Los paises más avanzados de nuestro entorno, se mueren de risa y desprecio ante tales manifestaciones de idolatría trasnochada y folklórica. Manifestaciones casi siempre nocturnas, deprimentes y supersticiosas, qué como fósiles vivientes, nos trasladan a épocas de un paganismo anacrónico, pero sin la riqueza de conceptos y matices que en aquellos tiempos adornaban y daban verdadero sentido a sus creencias, más abiertas, intelectuales y llenas de conocimiento. El cristianismo, y sobre todo la secta católica, la más integrista, que todo lo plagió mal, en un refrito borde e indigerible de ajos quemados y amargos, solo nos trajo lo peor de aquellas. El dolor sin grandeza y el sufrimiento sin razón. Solo el sádico y masoquista padecer por padecer.
En Madrid, esos jueces que sentencian más en honor de sus creencias que en el de la justicia verdadera. Políticos de hostia y evangelio, e iluminados abogados cristianos, han dejado patente quien manda aquí. Como vemos, similar a la era de la Inquisición, durante la cual el churrasco humano, por un quítame allá esas pajas, era lo más común, continúa enquistado en todos los poderes de este desgraciado país, que más que piel de toro es, de esta manera, despojo de cordero, el catolicismo más peligroso, sádico y aventurero. Ni aún el vellón de la cabra Amaltea, es este país, ya fuese náyade o nodriza de Zeus, cornucopia o égida, ni tan siquiera el del vellocino, convertido en la tontería del toisón de oro que da la boba legitimidad a la casa de Habsburgo, y al inseguro en su puesto, rey de las Españas. En este reprobable acto de la prohibición de la manifestación atea en Madrid, se revive el espanto y el terror del nacionalcatolicismo implantado por Isabel de Castilla, hija de una loca y madre de otra, llamada la católica, en connivencia con el papa de turno (Sixto IV). Terror reactivado durante el extenso y desgraciado período del dictador Francisco Franco. Toda esa herencia desemboca en estas cosas tan nauseabundas y anacrónicas para vergüenza de este país y de sus gentes más inteligentes de pensamiento libre y progresista.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 21-04-2011

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