Mariano Rajoy y el fordismo
Como en “A Taberna do
Croio” pocas cosas se nos escapan, hoy nos hemos reunido para debatir sobre las
nuevas promesas de Mariano Rajoy y su equipo, llegando a la conclusión, según
dice el sabio que quien ha mentido una vez ya no es digno de confianza.
En base a ello
conjeturamos que ni los sueldos, que ellos con sus políticas dejaron más
menguados que la lluvia en el desierto del Sáhara, facilitando el despido libre,
y las tasas judiciales que tanta desprotección e injusticia están causando
dentro de una desigualdad profunda en una sociedad de tal manera diferenciada y
clasista. No podemos creer en las palabras de regeneración de ese partido
aunque se aviniese a pactar con Ciudadanos, partido que de inmediato quedaría
contaminado de todos los males de los que el PP es paradigma. El fordismo que
de alguna manera acerca las rentas del capital a la de los obreros cualificados,
no ha de ser ejemplo alguno para las políticas sociales de Rajoy como bien dejan
patentes las aplicadas durante los cuatro años de mayoría absoluta en un
desprecio y desconsideración a todas las fuerzas parlamentarias. Gobernaron por
decreto y cargados de soberbia. Y si como dice el sabio nadie cambia pero el
hipócrita se camufla, entonces ya sabemos que el PP no cambiará su sistema de
diferencia de clases. La camuflará en orden a los pactos resultantes. Sueldos
infames, pero que al conseguir introducir en un sector social aquello de que
más vale algo que nada, consiguen al mismo tiempo el silencio cobarde e
individualista de renuncia a la reivindicación salarial y de todo tipo de
derechos. Henry Ford subía los sueldos de sus obreros para que de esa manera
pudiesen adquirir los coches que ellos mismo producían. Era toda una
satisfacción para el empresario y una felicidad para los obreros. Pero como la
sociedad igualaba, entonces las facciones más conservadoras y de ultraderecha, profundamente
neoliberales, jamás en aquellos países en donde mandaban, que no gobernaban,
como es España, facilitaron ese fordismo justo, ni siquiera suavemente. Y
volviendo al principio, retomaremos la frase de que: “quien miente una vez ya no es digno de confianza”.
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo-Sada;
19-08-2016
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