jueves, 2 de julio de 2015

LA UE ENTRE BANDIDOS

La UE entre pillastres y trapisondas Pillastres y trapisondas, al final son sierpe detectados, señalados y castigados adecuadamente. Si es bien cierto que Grecia, para entrar en la UE, tuvo que hacer malabarismos y amaños ocultos con la intención de engañar, no es menos cierto que Aznar, también hizo sus manejos económicos en la sombra con la misma intención, al advenimiento del euro. Detectada y señalada la primera, se encuentra en un callejón con muy difícil salida. Lo que mal empieza mal acaba. Él adecuado castigo será impuesto. Pero también hemos de decir que la ciudadanía nada tiene que ver con esos manejos, siendo la que acaba pagando injustamente los platos rotos por sus incapaces, aprovechados, y abstrusos gobiernos. En breve, veremos el resultado del asunto heleno. Y como dice el refrán: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar”. España, como ya dejamos dicho, también trucó sus cuentas para entrar en el selecto club del euro, por lo tanto, ya podemos ir preparando la brocha, el agua tibia, la crema de afeitar, y la maquinilla, para atenuar así los efectos de un mayor rasurado que posiblemente se nos viene encima. Y si también es verdad, que la mentalidad de la actual mayoría griega, bien lejos de la grandeza de la Grecia clásica racional y sensata, es más bien otomana, debido a la larga permanencia imperial del turco, y carente por lo tanto de la racionalidad más europea, también nuestra querida piel de toro raquítico, es proclive por defecto, debido a la ancestral herencia de corruptos hábitos, de los que a menudo se hace gala con orgullo ramplón, a utilizar el engaño y la picaresca que tan bien nos define, sobre todo en cuestiones políticas de todo nivel y ámbito. Desde a “Taberna do Croio” reflexionamos que aquel gobierno de José María Aznar, cuando además decía aquella frase que lo evidencia: “¡quien me va a decir cuantos vasos de vino puedo o no beber!”, enfrentándose abiertamente con la ley, es el mismo que con sus trapisondas, propias de un aventurero chulesco nos metió en el euro de manera, quizás precipitada y poco clara, y que posiblemente hayamos de pagar ahora…con un PIB y unos activos financieros entonces, que no cumplían ni por despiste, lo exigido por Bruselas. Dios nos pille confesados, ¡y soy ateo! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada, 02-07-2015

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