sábado, 19 de julio de 2014

FIESTAS DEL CARMEN: COHETERÍA DIVINA

FIESTAS DEL CARMEN Y OTRAS MAJADERÍAS ¡Pero qué cantidad de majaderías católicas en estos días! Resulta inaudito que a estas alturas del siglo y de la historia todavía nos bombardeen con cohetes y petardeo de lo más ruidoso para celebrar bobadas propias de una iglesia romana obsoleta y desgajada de la verdad y la razón. Todavía siguen en sus trece de hacernos comulgar con piedras de molino. Procesiones marítimas ofrendando a un cacho de palo con aspecto femenino vestido con hábito, corona y escapulario del Monte Carmelo. ¡La reina del mar! Título entre otros tomado de las letanías de la diosa Isis. ¡Pero que bobadas y supercherías! Plagiaron, durante el destierro de los primeros años del cristianismo, debido a las persecuciones, allá por la provincia romana de Aswan al sur de Egipto durante las festividades de la diosa Isis, considerada por aquellas calendas la gran madre universal, las floridas procesiones fluviales. El misterio de la velada diosa dentro del elevado baldaquín erigido en el puente abierto de la nave mayor de la procesión enfebrecía a aquellas gentes henchidas de la devoción más profunda propia de una sociedad inmersa en tales maravillas de la antigüedad. Podemos entenderlo dentro de tan remota época, pero qué hoy, y a estas alturas tan informatizadas, nos quieran colar esos disparates tan fuera de lugar y época, ¡vamos, de traca! Solo nos falta ver a los alcaldes ataviados con blanca mantilla como lo iban los faraones de Egipto con tanto aderezo múltiple durante las celebraciones. Sirenas de barcos y cohetería que destrozan los nervios del más plantado. ¡Las ceremonias de cualquier religión en la intimidad de sus casas y dentro de los templos propios! No existe democracia ni cultura, ni igualdad de no ser así. Un tormento para las personas de bien y con el cerebro perfectamente amueblado. Fiestas públicamente impuestas por el fanatismo de unos pocos, y a quienes se les consienten tamaños despropósitos, propios de estados ultraconservadores e involucionistas que lastran todo tipo de progreso. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 19-07-2014

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