martes, 25 de marzo de 2014

ADOLFO SUÁREZ Y PAPARRUCHAS

POMPAS FÚNEBRES Y PATRAÑAS ¿Pero cómo pretenden atontarnos con tanta pompa fúnebre y veneración hacia Adolfo Suárez como si este fuese el adalid de las libertades democráticas y la gloria de nuestra coja democracia? Los que andábamos por los treinta años entonces recordamos lo que en realidad sucedió. Y este hombre profundamente imbricado en el franquismo, y que respondía como jefe de falange a las ideas de José Antonio Primo de Rivera que sustentaron al franquismo más involucionista y ultraconservador fue el recomendado por Franco moribundo al que pronto habría de ser rey, adoctrinado por el dictador, y a quien este a falta de hijo varón, dispuso como su sucesor. El dueto Franco José Antonio se prolongaría a través de Adolfo Suárez y Juan Carlos Borbón, dentro de una parodia democrática que aún es, algo amañada por los acontecimientos internacionales que se imponen desde entonces, lo que tenemos. Ni en Italia ni en Alemania sirvieron de ministros y herederos, ninguno de aquellos que fueron colaboradores de sus líderes nazis y fascistas: Hitler o Mussolini. Solo en España se consintió que ministros al servicio del llamado de manera aduladora Generalísimo Franco, y que habían contribuido a firmar las salvajadas del sistema, se presentasen como líderes demócratas a la muerte del dictador. El funcionariado estatal y la levantisca casta militar continuaron en sus puestos. Con tales cartas es imposible realizar una verdadera democracia desde arriba. Sencillamente lavaron la cara al régimen franquista y se presentaron como demócratas. La admisión de Santiago Carrillo y el partido comunista, hubieron de sufrir unos cepillados de garlopa tan profundos que los desmadejaron para consentir su presencia en España y participar en las primeras elecciones “democráticas”. Juan Carlos que ciertamente no se destaca, como toda la familia, por su talento, se apoyó en Suárez, algo mayor que él, quien como un segundo Franco le prestó el apoyo necesario para ejercer sus funciones, así como un hombro paterno sobre el que descansar, y él dedicarse a la caza de todo tipo, igual que sus antepasados. De Adolfo Suárez se están contando patrañas que confunden a la juventud e indignan a quienes hemos vivido aquello. Podríamos hablar y contar mucho más, pero de momento vamos a dejarlo así. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 24-03-2014

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