sábado, 8 de febrero de 2014

LA MONARQUÍA ESPAÑOLA HERIDA DE MUERTE

LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA La alfombra tricolor espera a ser desplegada en breve sobre todo acceso a edificios y despachos públicos. La monarquía española con su comportamiento está, y desde hace tiempo, preparando el advenimiento de la tercera república. La falta de personalidad de Cristina de Borbón aceptando el recorrido hasta los juzgados de Palma en coche demuestra la poca decencia y desprecio que esa familia siente por el resto de la ciudadanía al hacer ostentación de privilegios que contradicen las palabras de su padre de qué los españoles somos iguales ante la ley. No es cierto, lo hipócrita de esas palabras convierten al rey en prisionero de lo dicho mostrando así su verdadero rostro. Las consecuencias de esas y otras lindezas, propias del comportamiento de esa familia, como la caza mayor, amantes secretas, y otras muchas que aún no se conocen, pero qué sí se sabrán a la caída de esta monarquía de circo, escandalizan y aún en ese futuro republicano que se espera en este país cuando sepamos al completo lo que ahora se nos esconde. Nos echaremos las manos a la cabeza al ver a quienes hemos tenido como mandamases coronados. Será cuando en verdad abominemos del sistema monárquico, aún por parte de muchos de aquellos que ingenuamente la consideraban digno. El hermetismo acerca del comportamiento de esa familia es ya en sí mismo una ofensa ciudadana quien además es la que corre con los gastos y fastos de todos ellos. La inmoralidad que supone, aún para más inri, el que se nos dé en la cara, en estos tiempos de hambres y necesidades múltiples, con esos sueldos de reciente creación para reinas y princesas de baratillo, supone uno de los mayores insultos arrojados a la cara de esta sufrida sociedad. No podemos perdonar tales cosas. La desvergüenza de la susodicha Cristina, tras su farragosa declaración de hoy ante el juez Castro no conoce límites. O bien es tonta endogámica, o estratégicamente y muy mal aconsejada se lo hace. De cualquier manera está irremisiblemente perdida y con ella arrastrará al resto de esa familia de insaciables estómagos de todo tipo. La deslealtad con su marido, a tenor de sus declaraciones, la sitúa en el plano más bajo de cualquier persona. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 08-02-2014

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