viernes, 15 de noviembre de 2013

CRISTINA BORBÓN Y SU ATRIBULADA IMPUTACIÓN

LA INFANTA Y EL VASALLAJE Es bien triste para lo que se pretende democracia el levantarse con la sensación de impunidad persistente acerca del caso de Dª Cristina Borbón, Sra. de Urdangarín. Cuando de todos es bien sabido de sus andanzas y trapicheos dentro del affaire Noos-Aizoon, y posiblemente de otros. ¿Pero no le dará vergüenza a ese fiscal Horrach el someter al juez Castro a semejante puñalada trapera, por demás reiterada? Resulta inaudito que puedan suceder semejantes cosas, y aún otras, en un país que pertenece a la UE. Como sigamos en la línea de la contumacia multiforme y de escandaloso nivel, probablemente, o bien nos expulsen del club, o nos inviten a dejarlo. Jamás se admitiría en una hermandad de tan amplio espectro territorial e histórico, de publicitada democracia, honestidad, y rigor judicial, a un miembro que permite comportamientos semejantes en alguno de sus magistrados sin exigir, y de inmediato, las responsabilidades convenientes y sus conclusiones. Aquí, por lo que se ve y se adivina, cualquier titulado dentro de la magistratura y otras, se mueve como satélite independiente del planeta que lo cobija. Cristina Borbón, demostrada está su implicación en los negocios de su marido. Qué son los suyos propios. La defensa del fiscal Horrach hacia esa señora ofende al sentido común y a la dignidad ciudadana. Tenemos derecho a opinar, juzgar, y sentenciar, a tenor de las pruebas publicadas. Aunque también es cierto el qué el juicio ciudadano no conlleve la posibilidad de aplicación, sí lleva aquella de la razón que otorga la libertad de expresión en base al rigor de los hechos conocidos. A la justicia oficial, cuando alguno de sus miembros sale con tales cosas, debemos dejarle bien claro que dentro de la sociedad también existen jueces, abogados, y gentes de talla, con criterio y conocimientos suficientes como para poner en entredicho lo que esos satélites, posiblemente cortesanos, se atrevan a decir desde el ejercicio de sus funciones, qué consideran equivocadamente, y quizás por defecto de flecos de herencias envenenadas, a veces inmarcesibles e intocables. Grave error. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 15-11-2013

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